Historia

Operación Barbarroja: cuando Hitler quiso invadir Rusia y perdió la guerra

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Operación Barbarroja

En la madrugada del 22 de junio de 1941, Hitler ordenó la gran ofensiva nazi contra la Unión Soviética. Pocos pensaron que después de la Operación Barbarroja, Alemania perdería la guerra después de haber conquistado buena parte de Europa y someter a la influencia nazi a unos cuentos países de su entorno.

La operación que había pensado Hitler iba mucho más allá de una simple invasión. Se trataba de un exterminio con un nivel de salvajismo nunca antes visto en el mundo. Comenzó entonces el asesinato sistemático de los judíos europeos, al igual que cuatro años de batalla que fueron los más sangrientos de la historia que conocemos hasta el momento.

¿Qué fue la Operación Barbarroja?

Hitler había demostrado todo su poder en Europa y se hallaba en la cumbre. Para demostrar que su ambición era desbordante, comenzó a idear el plan de conquistar Rusia, conseguir sus recursos y con ello eliminar a uno de sus mayores enemigos.

Los alemanes despreciaban a los rusos y suponían que en tres o cuatro meses estarían en Moscú después de haberse hecho con París. La ofensiva fue planteada rápidamente en varios frentes: en el norte hacia Lituania, para llegar a San Petersburgo; en el centro desde Minsk hasta Moscú y en el sur por Ucrania para debilitar la industria Rusia que por aquél entonces se encontraba allí en un 60%.

Además, los rusos no tenían un plan de defensa convincente y no creían que los alemanes fueran capaces de adentrarse en el frío de su territorio, pero la invasión se puso en marcha tras la órdenes de Hitler.

Mala estrategia

Pero la Alemania de Hitler no contó con factores como el clima o las condiciones del terreno en Rusia. La confianza pudo con el ejército alemán que se veía capaz de todo, pero lo cierto es que la mayoría de tropas alemanas carecían de ropa de invierno. Esto sucedió porque cuando se empezó la operación, en junio, para diciembre ya habría terminado según los mandatarios alemanes.

El frío, la lluvia, el terreno y la confianza alemana lastró el éxito de la Operación Barbarroja.

Los muchos frentes abiertos por parte de Hitler y su ejército no hicieron más que debilitar a los alemanes y con ello dar aliento a las tropas rusas y a los Aliados que, poco a poco, vieron como el frío y el invierno eran la mejor arma para combatir a los nazis de Hitler.

El 15 de octubre, con los alemanes a unos 100 kilómetros de Moscú, una tremenda nevada convirtió las carreteras en lodazales y gracias a esto, los rusos pudieron recibir tropas de ayuda que cambiaron el curso de la historia.

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