Ni Pompeya ni Herculano: esta villa romana fue sepultada por el Vesubio y aún revela valiosas joyas de arte

Lo que es recordado como la erupción volcánica más famosa de la historia podría tener un impacto que hoy sigue sorprendiendo a los especialistas. En el año 79, el Vesubio sepultó las ciudades romanas de Pompeya y Herculano bajo una avalancha de escombros volcánicos, conservándolas en un estado único hasta su redescubrimiento siglos después. Sin embargo, estas no fueron las únicas víctimas del desastre.
Localizada al sureste de Pompeya, la Villa Cuomo también quedó enterrada bajo tres metros de lapilli. A pesar del tiempo transcurrido, los hallazgos recientes en este sitio siguen aportando información clave sobre la vida cotidiana en la antigua Roma.
Una villa romana que el Vesubio no logró borrar
Descubierta en 1974 en Sant’Antonio Abate, esta villa romana era una explotación agrícola, con estancias organizadas alrededor de un patio con columnas de ladrillo sin revestir. Esta estructura refleja su función productiva dentro del mundo rural romano.
Las excavaciones han descubierto una serie de espacios que incluyen un pozo, almacenes para la maduración de quesos, un larario decorado con escenas de sacrificio ritual y una sala con frescos del tercer estilo pompeyano.
Pero lo más llamativo ha sido el hallazgo de murales que representan escenas de vendimia vinculadas al culto de Baco. Estas pinturas no sólo ilustran técnicas agrícolas, sino que reflejan la importancia del vino en la vida religiosa y social de la época. Según los arqueólogos, la vendimia no era sólo trabajo, sino un rito de abundancia y comunidad dedicado a la divinidad.
¿Por qué es crucial estudiar estos frescos sepultados por el Vesubio?
Para garantizar la preservación de estos frescos, un equipo dirigido por el restaurador Davide Melica ha iniciado estudios de conservación mediante técnicas no invasivas. «Las actividades incluyen análisis en laboratorio de pequeñas muestras extraídas de las pinturas», explicaron desde la Superintendencia ABAP para el Área Metropolitana de Nápoles.
«La primera prueba realizada ha sido la espectrofotometría de fluorescencia de rayos X (XRF) para el análisis elemental de los componentes químicos que conforman la película pictórica de los murales. Los resultados permitirán conocer la técnica pictórica utilizada y definir el método de intervención más adecuado para su conservación», detalló el equipo de investigación.
Este trabajo tiene varios objetivos:
- Proteger el patrimonio.
- Analizar la composición de los pigmentos y materiales utilizados en la pintura romana.
Con estos estudios, los investigadores esperan reconstruir las técnicas artísticas de la época y garantizar la conservación de estos hallazgos para las futuras generaciones.
Las autoridades han destacado la importancia de este descubrimiento para la valorización del patrimonio de la región. «El futuro de nuestro territorio se construye reconociendo el valor de nuestros orígenes. Estas pinturas no son sólo arte; son un mensaje de identidad que nos recuerda que la tierra, la fe y la cultura son inseparables», declaró un representante de la Superintendencia.
Este descubrimiento confirma que Villa Cuomo es un testimonio del arte romano que sobrevivió a las cenizas del Vesubio. Tras la catástrofe, todo parecía perdido, pero cada hallazgo demuestra que aún queda mucho por descubrir.