Hallazgo asombroso: ubican geográficamente dos grupos distintos de australopitecos en el mismo lugar de África
La historia del ser humano sigue planteando más preguntas que respuestas. África, y en especial su zona oriental, concentra algunos de los hallazgos más relevantes para entender cómo vivían nuestros antepasados y cómo se adaptaron a un entorno cambiante hace millones de años.
Entre esos protagonistas destacan los australopitecos, homínidos que ya caminaban erguidos, aunque seguían muy ligados a los árboles. Durante mucho tiempo se pensó que su evolución fue lineal, con una especie sustituyendo a otra, pero los nuevos datos obligan a revisar esa idea.
Descubren dos grupos distintos de australopitecos en el mismo lugar de África
Un equipo internacional de investigadores ha conseguido ubicar geográficamente a dos especies diferentes de australopitecos en una misma región del este africano. El trabajo se ha desarrollado en la zona de Woranso-Mille, dentro del valle del Rift, un área clave para el estudio de la evolución humana.
Los restos fósiles confirman la convivencia de Australopithecus afarensis, la especie a la que pertenece el célebre esqueleto de Lucy, y Australopithecus deyiremeda. Ambas habitaron la región hace entre 3,5 y 3,3 millones de años, compartiendo paisaje y condiciones ambientales.
El estudio, liderado por Yohannes Haile-Selassie junto a Gary T. Schwartz, ha permitido asignar con mayor precisión varios restos dentales y mandibulares que hasta ahora no se habían identificado con claridad. Entre ellos destaca un fragmento de pie hallado en la zona de Burtele, cuya pertenencia había generado debate durante años.
Los investigadores han podido confirmar que ese pie corresponde a A. deyiremeda y no a A. afarensis. Este dato resulta clave, ya que demuestra que ambas especies no sólo fueron contemporáneas, sino que ocuparon el mismo espacio geográfico sin ser idénticas en su anatomía ni en su forma de vida.
Las diferencias aparecen sobre todo en la dentición y en la locomoción. A. deyiremeda presenta dientes más primitivos y una dieta basada principalmente en vegetales propios de entornos boscosos. Los análisis isotópicos indican una clara dependencia de alimentos del tipo C3, lo que apunta a hábitos distintos a los de otros australopitecos del mismo periodo.
Por qué este hallazgo es tan importante para entender la evolución humana
Este descubrimiento cambia la forma de entender la evolución humana temprana. Durante años se asumió que una especie daba paso a otra de manera progresiva. Sin embargo, los datos actuales muestran un escenario más complejo, con varias especies coexistiendo y adaptándose de forma paralela.
El pie atribuido a A. deyiremeda resulta especialmente revelador, ya que combina rasgos claros de bipedismo con una notable capacidad de agarre, lo que indica que estos homínidos caminaban erguidos, pero seguían utilizando los árboles con frecuencia. Por otro lado, A. afarensis muestra un pie más adaptado a la marcha terrestre.
Esta diferencia sugiere que cada grupo ocupaba un nicho distinto dentro del mismo entorno. Probablemente explotaban recursos diferentes y se movían de manera distinta por el territorio, lo que reducía la competencia directa.
¿Cómo eran los australopitecos?
Los australopitecos combinaban rasgos de simios y humanos. Caminaban sobre dos piernas, conservaban brazos largos y dedos curvos, y medían entre 1,1 y 1,5 metros.
Su cerebro era pequeño, similar al de un chimpancé, y sus mandíbulas estaban preparadas para masticar alimentos duros como raíces, semillas y vegetales fibrosos.