Edad Media

Ni caza ni esgrima: el deporte más popular en la Edad Media todavía se practica hoy casi sin cambios

Deporte más popular de la Edad Media
Dos personas de la Edad Media jugando backgammon. Foto: ilustración propia.

En la Edad Media se vivieron profundas transformaciones sociales, culturales y políticas en Europa. En ese contexto, a pesar de las duras condiciones de vida, las personas encontraron tiempo para dedicarse a distintas formas de ocio y esparcimiento. Tal es el caso de un juego de mesa que despertó tanto furor, que hasta se convirtió en el deporte más popular en la Edad Media.

Y cabe recordar que los juegos de mesa surgieron como una alternativa frecuente para la nobleza y la burguesía, que valoraban tanto la distracción como el prestigio de estas actividades. Mucha agua pasó por debajo del puente, y al día de hoy, este juego permanece vigente, atravesando fronteras culturales y resistiendo la influencia de nuevas tendencias.

¿Cuál es el deporte más popular en la Edad Media y que todavía se practica hoy?

Dos de los juegos más destacados de aquel entonces fueron el ajedrez y el backgammon. Pero vamos a centrarnos en este último, porque este, en particular, se consolidó como el deporte más popular en la Edad Media. El backgammon, conocido en España como tablas reales, chaquete o chanchullo, combina el azar con la estrategia.

Dos jugadores se enfrentan moviendo 15 fichas cada uno sobre un tablero compuesto de 24 triángulos, guiados por el resultado de los dados. El objetivo consiste en retirar todas las fichas del tablero antes que el oponente.

Este deporte, ya establecido en Mesopotamia hace casi 5.000 años, encontró su lugar en la vida cotidiana medieval, especialmente en ambientes cortesanos. La combinación de habilidad táctica y suerte hizo que el backgammon resultara atractivo para la nobleza europea.

La extensa historia del backgammon y todas las fronteras que cruzó

La difusión del backgammon no se limitó a Europa. En el Levante árabe e Irak, el juego recibió el nombre de tawle, que significa mesa. También es conocido como shesh besh en zonas donde predomina el árabe, el persa y el turco. Esta popularidad se extendió hasta el presente, donde sigue siendo una imagen habitual en las cafeterías del Medio Oriente.

Durante el Imperio Bizantino, el juego conocido como τάβλη ya seguía reglas casi idénticas a las actuales. Se documenta que el emperador Zenón participaba activamente en partidas donde las estrategias eran esenciales, aunque el azar de los dados podía determinar la victoria o la derrota.

En Persia, existió una variante denominada nardo, mencionada en textos del siglo VI. El nardo utilizaba dados de marfil y teca, y aunque sus reglas iniciales variaban ligeramente, la esencia del deporte era la misma: la combinación de azar y habilidad para mover las piezas hasta retirarlas todas del tablero.

¿Cómo llegó el backgammon a Europa?

En Europa occidental, el backgammon evolucionó y se adaptó según la región. En Francia, el entusiasmo por los juegos de mesa llevó a Luis IX a emitir un decreto en 1254 prohibiendo su práctica entre los oficiales de la corte.

En España, Alfonso X el Sabio dedicó parte de su Libro de los juegos a describir las reglas de distintos juegos de mesa, incluido el backgammon.

Durante el siglo XVII, el backgammon era un entretenimiento consolidado en Suecia y otras partes de Europa, como reflejan las pinturas de artistas holandeses y alemanes. Obras de El Bosco, Jan Steen y Pieter Brueghel el Viejo incluyen representaciones de este juego.

Hoy, el backgammon mantiene su presencia en numerosos países, desde Grecia, donde todavía se conoce como τάβλη, hasta España, donde se juega en círculos de aficionados y torneos. La forma moderna respeta las reglas esenciales de la Edad Media, confirmando que el deporte más popular en la Edad Media ha logrado conservar su estructura básica a lo largo de los siglos.

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