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Hallazgo sin precedentes en Portugal: un tintero cuestiona la historia de la escritura del Imperio romano

Tintero, Imperio romano, descubrimiento
Recreación artística de un tintero.
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

En Portugal, la recuperación de un tintero excepcionalmente conservado ha abierto un debate sobre la tecnología, la alfabetización y el comercio en los confines occidentales del Imperio romano.

Se trata un descubrimiento con un enorme alcance histórico. El hallazgo, publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, tuvo lugar en Conímbriga, uno de los enclaves romanos mejor preservados del país luso.

Descubrimiento arqueológico de un tintero del Imperio romano que reescribe la historia de la escritura antigua

Conímbriga, originalmente habitada por comunidades celtas, fue incorporada al ámbito romano en el siglo II a.C. y floreció hasta convertirse en municipium en la segunda mitad del siglo I d.C. Su prosperidad se mantuvo hasta la invasión sueva en el 468, que marcó su declive definitivo.

Durante las excavaciones recientes, el equipo del Museo Nacional de Conímbriga recuperó un atramentarium, el término latino para designar estos pequeños vasos que los escribas romanos llevaban consigo o colocaban en sus escritorios, tal y como informa Marisol Collazos.

Aunque existen hallazgos similares en otras regiones, este ejemplar es el primero de su clase identificado en la península ibérica, lo que apunta a conexiones comerciales de largo alcance entre este territorio y los centros de producción del norte de Italia o el valle del Rin.

Lo más sorprendente no fue su estructura metálica, sino el contenido que guardaba: restos secos de tinta originales. Esta circunstancia excepcional permitió realizar análisis químicos directos, algo extremadamente raro, ya que el estudio de tintas antiguas suele limitarse a rastros presentes en papiros o pergaminos.

Análisis químico de la tinta romana: ingredientes y tecnología milenaria

Gracias a técnicas avanzadas de arqueometría, los investigadores determinaron que la mezcla recuperada correspondía a una tinta mixta, una fórmula compleja que combina recursos locales y conocimientos técnicos heredados.

Los análisis revelaron estos cuatro grandes grupos de componentes:

  1. Pigmentos de carbón procedentes del hollín generado por resinas de coníferas, identificado mediante el marcador químico reteno.
  2. Elementos ferrogálicos obtenidos de taninos vegetales combinados con sulfato de hierro, una mezcla que intensificaba el color negro.
  3. Negro de hueso, con fosfato cálcico derivado de la calcinación de restos animales.
  4. Aglutinantes naturales, como goma arábiga, resinas, cera de abeja y grasas animales, responsables de la adherencia y estabilidad de la tinta.

Esta composición, aunque estaba destinada a usos cotidianos, revela una sofisticación notable. No se trataba de la tinta imperial reservada a la administración de alto rango, sino de una mezcla funcional, práctica y accesible para comerciantes, funcionarios, etc.

Conímbriga y la cultura escrita en el occidente del Imperio romano

El tintero demuestra que incluso en territorios periféricos existía una producción local altamente especializada de materiales de escritura. Su aleación rica en plomo indica la participación de artesanos cualificados y una demanda constante de utensilios relacionados con la cultura escrita.

Actualmente, el objeto forma parte de la exposición permanente del Museo Nacional de Conímbriga. Los investigadores continúan estudiando posibles talleres vinculados al suministro de resinas o agallas vegetales para reconstruir el circuito completo de producción.

Este pequeño tintero se ha convertido en información directa de la vida administrativa, educativa y comercial de la antigua Conímbriga. Su tinta, preparada hace casi dos mil años, sigue escribiendo la historia.

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