El enigma del tesoro perdido de los Incas
La leyenda del tesoro perdido de los Incas no solo es un cuento de riquezas ocultas, sino también un viaje a través del tiempo que nos invita a explorar.
Cultura inca, características
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La vida en la civilización inca
La leyenda del tesoro perdido de los incas ha intrigado a historiadores y exploradores durante siglos. La misteriosa historia tiene lugar en el siglo XVI, cuando el gran Imperio Inca del oeste estaba siendo asediado por los conquistadores europeos. Después de luchar con su medio hermano por el control del imperio, Atahualpa, el último rey inca, fue capturado en su palacio de Cajamarca por el comandante español Francisco Pizarro.
En un intento por salvar su vida, Atahualpa ofreció un trato inesperado: llenar una habitación con oro y otras dos con plata. A pesar de cumplir su promesa, el emperador fue ejecutado en manos de Navarro, quien ordenó su ejecución antes de que se entregara la última y mayor parte del rescate. El resto del tesoro fue enterrado por el general inca Rumiñahui en una cueva secreta en la montaña, dando origen a la leyenda del oro inca.
El derrotero de Valverde
Alrededor de 50 años después de la muerte de Atahualpa, un guía español llamado Valverde emprendió la búsqueda del tesoro. Según cuenta la leyenda, Valverde se hizo rico tras ser guiado hasta el oro por la familia de su novia inca. Después de fallecer, Valverde dejó instrucciones escritas para encontrar su ubicación, el llamado Derrotero de Valverde.
La pista sobre el oro perdido quedó en el olvido hasta 1850, cuando el botánico inglés Richard Spruce viajó a Ecuador en busca del árbol de la quina para poder obtener sus semillas y producir la quinina, un medicamento contra la malaria. Una vez que regresó a Gran Bretaña, Spruce informó que había descubierto la guía de Valverde y un mapa hecho por un hombre llamado Atanasio Guzmán.
La última persona en encontrar el oro
El buscador de tesoros Barth Blake siguió las pistas de Spruce en 1886 y, después de una larga expedición, según sus escritos, encontró el tesoro. En una carta escribió: «Hay miles de piezas de oro y plata de artesanía inca y pre inca, las obras de orfebrería más hermosas que no se puede imaginar». También detalló la existencia de “animales, flores, tallos de maíz y las joyas increíbles», así como «jarrones de oro llenos de esmeraldas». Sin embargo, confesó que no pudo sacar todo el tesoro él solo.
Blake se fue y nunca regresó, llevándose consigo únicamente lo que podía llevar. De acuerdo a diversas fuentes, Blake desapareció cuando se dirigía a la ciudad de Nueva York, donde planeaba recaudar fondos para una expedición para recuperar su premio. Otros aseguran que lo empujaron deliberadamente. La gran mayoría de los exploradores que desde entonces han intentado seguir la ruta de Llanganates también lo han pagado con su vida.
Llanganates: el lugar del tesoro perdido
El lugar más mencionado en las cartas y leyendas sobre el tesoro perdido de los incas es la región de los Llanganates, una cadena montañosa situada en Ecuador. Se trata de un lugar lejano, casi inaccesible, caracterizado por su terreno hostil y densa vegetación. Pese a las innumerables expediciones que se han hecho en el lugar, hasta la fecha, no se ha logrado encontrar la riqueza oculta.
Uno de los pocos exploradores que sobrevivió en el intento fue Mark Honigsbaum, autor del libro Valverde’s Gold (2004). Honigsbaum se unió a dos aventureros que afirmaron haber descubierto por su cuenta una locación de extracción de oro inca, tal cual como lo descubrió alguna vez Valverde: “Hay un lago, hecho a mano, en el que los antiguos arrojaron el oro que habían preparado para el rescate del Inca [Atahualpa] cuando se enteraron de su muerte”
La historia sobre el tesoro perdido cuenta que los incas sacaron el oro de los Llanganates para pagar el rescate del emperador, pero luego lo devolvieron al lugar de donde lo habían sacado. Sin embargo, ni Honigsbaum, ni otros exploradores nunca encontraron el sitio exacto, pues según los expertos este se habría perdido como consecuencia de los terremotos que sacuden con regularidad las montañas densamente pobladas de bosques de Llanganates.
Búsquedas a lo largo de la historia
Desde el siglo XVI, numerosos exploradores y aventureros han intentado encontrar el tesoro perdido de los Incas. Algunos han afirmado haber encontrado pistas o haber estado cerca de descubrirlo, pero hasta ahora, nadie ha logrado desenterrar el legendario botín. Entre los buscadores más conocidos se encuentra Hiram Bingham, el arqueólogo que redescubrió Machu Picchu en 1911. Aunque no encontró el tesoro, su expedición ayudó a arrojar luz sobre la cultura inca y su riqueza.
Otras expediciones han sido más desafortunadas, con relatos de hombres que perdieron la vida en su búsqueda o que regresaron con las manos vacías, dejando detrás historias de desilusión y misterio.
Los mitos y la realidad
El tesoro perdido de los Incas ha inspirado películas, libros y documentales, alimentando el mito de su existencia. Sin embargo, muchos arqueólogos sostienen que, aunque existió una gran cantidad de riqueza inca, gran parte de ella fue saqueada o utilizada por los propios españoles. Además, el entorno geográfico de los Andes, con sus montañas y selvas densas, complicaría enormemente cualquier búsqueda moderna.
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- Historia Antigua