El detalle de la Reina Letizia que ha confundido a todo el mundo

reina letizia funeral
Reina Letizia en el funeral de Constantino de Grecia. @Gtres

Para acudir al funeral de Constantino de Grecia en Atenas, la Reina Letizia prendió en la solapa de su traje negro una joya que perteneció a la Reina Victoria Eugenia, la viuda y consorte de Alfonso XII. Se trata, en concreto, de un broche con una gran perla, una de las joyas de pasar –un término acuñado por María de las Mercedes de Borbón, viuda del Conde de Barcelona– que forman parte del joyero real y que se luce en ocasiones muy especiales.

De manera generalizada, se ha destacado que la perla que llevaba la Reina era la famosa ‘Peregrina’, cosa que es harto imposible porque hace siglos que no forma parte de las joyas de la Casa Real Española. La escritora Carmen Posadas, en su libro La leyenda de la Peregrina, relata que «Alfonso XIII, cada vez que le ponía los cuernos a Victoria Eugenia le regalaba una joya. Y era muy mujeriego, así que tenía un joyero espectacular».

«En un momento dado», relata, «el Rey le regala la Peregrina y, al cabo de muchos años, la perla sale a subasta en Nueva York y ella dice: “¡Cómo! ¡Si la Peregrina la tengo yo, me la regaló mi marido!”. Ahí se da cuenta de que la que ella tiene es falsa, aunque lo cierto es que a Alfonso XIII le ofrecieron la auténtica Peregrina en Londres; pero, como le parece muy cara, compra otra y se la regala a su mujer diciendo que es la auténtica».

La Reina consorte Victoria Eugenia enjoyada con la ‘falsa’ perla Peregrina.

La reina inglesa, al enterarse del enésimo engaño de su marido, no se conforma y quiere recuperar la Peregrina verdadera que salía a subasta en Nueva York en los años 60. «Victoria Eugenia manda en una misión secreta a su nieto favorito, a Alfonso de Borbón Dampierre, para que puje por la perla, aunque finalmente se la lleva Richard Burton para regalársela a Liz Taylor en el Día de San Valentín». La actriz, de hecho, lució la Peregrina en el rodaje de la cinta Ana de los mil días.

«En esta fotografía totalmente enjoyada te das cuenta de que, efectivamente, no es la Peregrina porque la que tiene ella es como más gordita, más redonda. Eso sí, ella siempre dijo, hasta el fin de sus días, que esa perla era la Peregrina, aunque ella supiera que no era verdad», concluye Posadas.

El mutis final de la Peregrina se llevó a cabo en la casa de subastas Christie’s cuando la subastó por el precio récord de 11,8 millones dólares. «A pesar de intentarlo por todos los medios, no he conseguido averiguar qué pasó con la perla Peregrina una vez vendida tras la muerte de Liz Taylor. Fieles a la discreción de la casa de subastas, sus responsables sólo me pudieron revelar que su actual propietario es alguien de los países árabes», concluye Posadas.

Lo último en Historia

Últimas noticias