Bombazo en la arqueología: aparece en Egipto el edicto religioso más importante descubierto en 150 años

Cuando se trata del pasado, la historia nunca deja de sorprender. Siempre hay algo que aparece y cambia lo que se creía. Y la arqueología es la principal responsable de que podamos entenderlo.
Esta vez, lo que han hallado en Egipto es el edicto religioso más importante de los últimos 150 años. Una pieza que revela cómo se mezclaban poder, fe y astronomía en tiempos de los faraones griegos.
Este es el edicto religioso que reinventó el calendario y consolidó al faraón como dios viviente
El Decreto de Canopo es un documento que fue emitido en marzo del 238 a.C. por el rey Ptolomeo III Evergetes tras una asamblea de sacerdotes en la ciudad de Canopo. Aquella reunión dio lugar a un texto que no sólo glorificaba a la familia real, sino que también fijaba políticas fiscales, celebraba campañas militares y, como avance técnico, proponía añadir un día extra al calendario cada cuatro años.
Ese pequeño ajuste marcó el precedente del calendario juliano, siglos antes de su implantación en Roma. Además, el edicto refuerza la figura del monarca como deidad viviente, mezcla religión y propaganda política con una naturalidad que define la época helenística.
Ahora, una nueva versión del decreto, descubierta en Tell El-Fara’in (gobernación de Sharqia), ha llamado la atención de la comunidad arqueológica. La diferencia es clave: esta copia está escrita íntegramente en jeroglíficos, sin rastro de griego ni demótico, como sí aparecía en otras versiones más conocidas.
Así es el decreto sagrado encontrado en Sharqia que reescribe la historia ptolemaica
La estela, tallada en piedra arenisca, mide 1,27 metros de alto y 83 centímetros de ancho. En la parte superior, un disco solar alado entre dos cobras reales con las coronas del Alto y Bajo Egipto marca el tono del mensaje. El texto, dividido en treinta líneas, está tallado con una precisión que asombra por su estado de conservación.
El contenido refuerza la imagen de Ptolomeo III como rey justo, generoso con los templos, atento al pueblo en tiempos difíciles y promotor de la paz interna. Se menciona un nuevo festival vinculado a la estrella Sirio, se detalla la deificación de su hija fallecida Berenice, y se crea incluso un nuevo rango sacerdotal en honor a la pareja real, llamada «los dioses benéficos».
Este tipo de decretos no eran simples comunicados. Estaban pensados para ser grabados en los templos más importantes del país, en tres lenguas distintas, para que nadie pudiera ignorarlos. Lo curioso es que esta versión se sale de la norma. Todo está escrito sólo en jeroglífico. Los arqueólogos creen que esta estela pudo estar destinada a un recinto sagrado donde el uso del lenguaje faraónico tenía un peso simbólico mayor.
El hallazgo no sólo aporta una nueva copia del texto, sino que amplía el conjunto de inscripciones ptolemaicas conocidas en una zona (el delta oriental) que no suele acaparar tanto protagonismo como Luxor o Alejandría.
Sharqia se confirma como una zona clave para estudiar el Egipto helenístico. Este hallazgo da a los arqueólogos nuevas pistas y obliga a revisar parte del relato histórico.