Una soltera de ‘First Dates’ descoloca a su cita con una confesión: «Es una cosa muy cavernícola»
"¿Dónde has comido oso?", alcanzó a preguntar el soltero


No es ningún secreto que First Dates, poco a poco y con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los programas de televisión que más éxito continúa cosechando en nuestro país. Y siendo honestos, no es para menos. Cada vez son más los solteros que deciden poner rumbo al restaurante más famoso de la televisión en busca de su media naranja. El pasado lunes 14 de julio, los espectadores disfrutaron de una nueva entrega de First Dates Summer Resort. De esta manera, pudieron conocer a José Carlos, un empresario de 54 años que llegaba desde Málaga. Lo más sorprendente de todo es que lo hizo con un tarro de agua salada y otro de arena de su ciudad. Algo bastante poco habitual en este programa. Lo cierto es que el soltero lo único que buscaba era sorprender a su cita: «Me gustan los deportes relacionados con el agua», confesó.
Tras un matrimonio de 19 años, José Carlos tenía como objetivo encontrar a una mujer que fuese «bonita por dentro». Su cita para esa noche era María, una responsable de desarrollo de 37 años que llegaba desde Sevilla. Entre otras cuestiones, no dudó en definirse como una mujer profundamente aventurera, a la par que apasionada: «No tengo miedo, aunque a veces debería tener miedo a algunas cosas». La primera impresión de ambos fue bastante positiva. «Me parece muy guapa», aseguró el malagueño. Ella, por su parte, fue más allá: «Muy apuesto, muy guapo. Podría ser modelo». Tras un intercambio de palabras, él sorprendió a su cita con su regalo: «Te traigo un pedacito de lo que me hace feliz. Mar y arena para compartirlo contigo. ¿Navegamos juntos?», decía la nota que escribió. Ella se sintió muy agradecida por el gesto: «Pues vamos a navegar». Poco después, pusieron rumbo a la mesa que tenían reservada para disfrutar de la velada.
Los dos no tardaron en descubrir algo que tenían en común, y era su pasión por viajar. «Es una de las cosas que puse, que fuera aventurera y le gustase viajar», reconoció el soltero. «Pues creo que han acertado», respondió la sevillana. El malagueño estaba cada vez más fascinado con ella: «Sabe estar, es educada, me da muy buena sensación. Estoy muy cómodo con ella».
Al sentirse a gusto con él, María se animó a hacer una inesperada confesión a su cita: «Me gusta hacer fotos a los osos en libertad y después me gusta comerlos al mismo tiempo. Es una cosa muy rara y muy cavernícola». Él se quedó sin palabras: «¿Dónde has comido oso?». Ella respondió: «En Eslovenia. Voy a un sitio y quiero probar lo más raro».
En el ámbito amoroso, Acqua –que es como al malagueño le gusta que le llamen- se definía como alguien profundamente enamoradizo. Algo que nada tenía que ver con María: «Yo casi he tirado la toalla en el amor. No me suelen gustar muy fácilmente las personas». La sevillana no dudó en ir más allá: “Entonces tenía las expectativas muy bajas, pero las habéis superado con creces”.
En un momento dado de la cita, el soltero dio a conocer su gran afición por el mundo acuático. Un dato que hizo que saliera a la luz la fobia que María sentía por el mar: «Aunque sé nadar», comentó, entre risas. A pesar de algún que otro aspecto en que no estuvieron de acuerdo, ambos tenían clara su respuesta en la decisión final de First Dates.
Y es que su conexión había sido tan grande que estaban convencidos de que lo suyo podía tener futuro fuera del restaurante más famoso de la televisión. Por ese mismo motivo, se mostraron de acuerdo a la hora de tener una segunda cita para conocerse un poco más y descubrir si podrían crear una historia juntos. ¡Qué bonito!
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