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El envase que puede ser el fin del vino en botella de cristal

botella de cristal
Botella de cristal (Foto: istock)

Vino es sinónimo de botella de cristal. Al menos desde el siglo XVIII, porque antes de esta fecha el vino se almacenaba en barriles o recipientes de barro. Cuando se comenzaron a fabricar las botellas de cristal, no había dos iguales: se hacían a mano. Entonces su forma era redonda más que alargada porque a los artesanos les resultaba más fácil hinchar y rodar la masa incandescente que estirarla. En 1820 una fábrica de Bristol mecanizó el proceso. Y hasta hoy.

El cristal es estupendo para preservar el vino, ya que le protege de su mayor enemigo: el oxígeno. Pero el vidrio pesa. Y se rompe.

Desde hace muchos, el sector del envasado no deja de buscar nuevos contenedores. El más conocido en España -para vino de gama baja- es el tetra brik. En el caso de las botellas de plástico…¿Es una novedad? Realmente no: en los aviones, por ejemplo, las botellas de 25 cl son de este material. La razón es su escaso peso: 19 gramos.

Lo que sí es noticia es que en muchos países, como es el caso de Reino Unido, los supermercados cuentan con varias marcas que comercializan sus vinos en botellas de plástico. Y el número está aumentando. La razón fundamental es porque los Gobiernos apoyan esta iniciativa, al reducir así las emisiones de dióxido de carbono. Para los supermercados -y la industria alimenticia en general- esto es parte de su estrategia. Ahora solo falta convencer al consumidor.

Te mostramos las ventajas e incovenientes de ambos envases:

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Bodega Matarromera es la primera bodega española en subirse al carro. Ha desarrollo un envase sostenible para sus vinos; se trata del bioplástico PLA. Reproduce el diseño de las tradicionales de cristal, pero con las ventajas que ya hemos visto. Un peso mucho más ligero (50 gramos), menor coste e impacto ambiental en la fabricación.

El asunto de la imagen ligada a la botella de plástico, no es baladí. Y es que quizás es el único punto en contra. Asociamos su contenido a un producto de escaso valor, como es el caso de agua, refresco o zumo. Así que parece difícil que el plástico gane la batalla a los vinos de alta gama. Como dice un bodeguero, «yo no usaría el plástico para los vinos que ya comercializo. Me inclino por crear uno donde este envase sea parte de su imagen».

El vino por copas…de plástico

¿Creías haberlo visto todo en cuanto al vino? Quizás te falte este invento: copas de plástico con vino blanco, tinto y rosado. La cantidad de vino que contiene (187 ml, un cuarto de botella) es mayor que la que tradicionalmente encontramos en una copa.

El producto ya era conocido antes de salir al mercado. Su creador, James Nash, se presentó a un concurso de televisión donde presentó la idea a varios inversores. Les contó el plan sobre el producto y pidió 250.000 euros. Ninguno de ellos quiso formar parte del proyecto. Pero James no se desanimó. Patentó la idea y recibió multitud de solicitudes para ser su socio. Ahora es un ‘bestseller’ en los supermercados Marks & Spencer. Como muestra, se vendieron 12.000 unidades en el concierto de Westlife, Inglaterra. Hasta la fecha, ha vendido millones de copas.

No hay que negar que el invento es práctico. Y mucho.

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Vino en copa de plástico (Foto: Tulipwine)

Visto lo visto, la pregunta no es si el vino en botella de plástico llegará si no cuándo lo va a hacer. Veremos.

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