Fallas

¿Cómo dormir con el peinado de fallera sin estropearlo?

Peinado de fallera
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Las Fallas de Valencia pueden presumir de ser una de las fiestas más importantes y populares de España. Declaradas como Fiesta de Interés Turístico Internacional e inscritas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, cada año personas de todo el mundo llegan a la ciudad para disfrutar de la semana grande de las Fallas. Las falleras, la mayor representación de una comisión fallera, son uno de los principales iconos de la fiesta, y su peinado resulta muy peculiar.

Peinado de las falleras

Las Fallas de Valencia son famosas por su indumentaria característica, especialmente los elaborados peinados que lucen las mujeres falleras. Estos peinados tradicionales son una parte integral de la celebración y han evolucionado a lo largo de los siglos.

El peinado típico de la valenciana o fallera tiene sus raíces en el siglo XVIII, cuando las mujeres solían recoger su largo cabello en un elegante moño. Este proceso implicaba dividir el cabello en ocho secciones, cruzar una aguja gruesa alrededor de la cual se formaba un moño en forma de ocho, y luego realizar dos trenzas que rodeaban el moño central.

En el siglo XIX, este peinado experimentó una ligera modificación debido a las tendencias de la época. El cabello se dividía en tres secciones, con una raya en medio y otra de oreja a oreja. Se realizaba un moño similar al del siglo XVIII con la sección de cabello detrás, y se añadían pequeños moños en forma de caracol a cada lado de la cara, cerca de las orejas, conocidos como «rodetes». Estos se aseguraban con horquillas, y el peinado se complementaba con una peineta trasera y dos réplicas más pequeñas en cada rodete.

Aunque laborioso, el peinado típico de la fallera valenciana es uno de los más distintivos de todas las indumentarias tradicionales. El resultado es una belleza única que realza la elegancia de la mujer fallera y forma parte integral de la celebración de las Fallas.

Trucos para dormir con el peinado de fallera

La realización del peinado de fallera lleva en torno a media hora si es de la mano de profesionales. Por este motivo, muchas falleras se preguntan cómo dormir con el peinado sin que se les estropee. Pues bien, hay varias opciones disponibles.

Cada vez son más las mujeres que recurren a los moños cosidos, tanto el de detrás como los ‘rodetes’. Lo mejor es acudir a una tienda especializada para que queden lo más natural posible, tanto por tamaño como por color y forma. De esta manera, es posible estar peinada en apena cinco minutos.

Otro truco que se puede hacer para ganar tiempo es dormir con los moños. En este caso, lo más recomendable es quitarse los ‘rodetes’ y ponerse un pañuelo de satén o de seda que cubra toda la cabeza para evitar que el moño de detrás se deshaga.

También hay en el mercado un cojín especialmente diseñado para dormir con los moños de fallera. Tiene un agujero central con el tamaño perfecto para apoyar los moños y que el cuello pueda descansar. e puede utilizar tanto tumbada hacia arriba como de lado, apoyando los ‘rodetes’.

Historia de las Fallas

La celebración de las Fallas en Valencia tiene sus orígenes en diversas tradiciones que se han entrelazado a lo largo del tiempo. Una de las versiones más conocidas sugiere que la costumbre se remonta al siglo XVIII, cuando los carpinteros, en vísperas de la festividad de San José el 19 de marzo, quemaban trastos viejos frente a sus talleres para dar la bienvenida a la primavera. Esta práctica evolucionó con el paso del tiempo, incorporando la quema de figuras humanas vestidas, dando lugar a los primeros «ninots» y fallas propiamente dichas.

Otra teoría sostiene que las Fallas tienen su origen en una tradición europea más antigua de lanzar un pelele satírico a una hoguera. En Valencia del siglo XIX, se colgaban monigotes grotescos en ventanas y balcones durante la Cuaresma, como una forma de crítica social. Sin embargo, en aquel entonces, las autoridades prohibían las hogueras en las calles por motivos de seguridad, lo que llevó a la creación de estas representaciones más pequeñas.

Otra hipótesis sugiere que las Fallas podrían estar relacionadas con las celebraciones de los equinoccios y solsticios, fechas en las que se encendían hogueras. Esta teoría establece una posible conexión entre las hogueras del solsticio de verano en la festividad de San Juan y las del equinoccio de primavera en la festividad de San José.

Con el tiempo, las Fallas se convirtieron en un importante atractivo turístico, con la llegada del primer «tren fallero» a Valencia en 1927. A lo largo del siglo XX, se formalizaron muchas de las tradiciones asociadas con las Fallas, como la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados y la Exposición del Ninot.

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