OKDIARIO en el barrio de Lamine Yamal: «Era un niño muy movido, siempre con un balón»
OKDIARIO se ha desplazado hasta el barrio de Lamine Yamal en Mataró y ha hablado con alguno de sus vecinos
En el balcón del piso 3º 2ª de uno de los edificios de la avenida Perú del barrio de Rocafonda de Mataró, cuyo código postal es el 08304, asoma una bandera del Barça que permite detectar rápidamente cuál es el domicilio familiar de Lamine Yamal, la estrella de la selección española que ha pulverizado todos los récords en esta Eurocopa.
Yamal, que este sábado cumplió 17 años, se ha convertido en uno de los ídolos del combinado que dirige Luis de la Fuente. A menos de 24 horas de que dispute la final contra Inglaterra, OKDIARIO se ha trasladado hasta su barrio en la ciudad Mataró (Barcelona) para conocer sus orígenes y hablar con algunos de sus vecinos.
Quien más quien menos ha visto al pequeño Yamal jugar por el barrio. Quien más quien menos conoce a la familia, que hasta la profesionalización del futbolista pasó muchas penurias para salir adelante. Hoy, pese a que el barrio no ha cambiado apenas nada desde entonces, Lamine Yamal y su entorno más cercano viven con mayor comodidad.
En Rocafonda nunca habían tenido un vecino tan famoso. Los vecinos del bloque en el que vive la abuela del futbolista, que se han cruzado con él en alguna ocasión por el rellano, intentan gestionar la presencia de periodistas en la puerta de la mejor manera posible. «Como mínimo esto se llena de prensa por algo bueno, no por cosas malas», bromeaba una vecina al ver las cámaras de este periódico.
«Recuerdo cuando lo traía su padre por la mañana temprano a tomar café antes de irse a Barcelona, a La Masía», explica a este periódico uno de los vecinos que le conocen más. Juan Carlos Serrano, propietario del bar El Cordobés, le servía el desayuno antes del viaje diario en Rodalies a Barcelona.
Serrano, a cuyo establecimiento sigue yendo cada día el padre de Lamine Yamal, también este sábado, antes de poner rumbo a Berlín, ha explicado que «le recuerdo con una pelota en la mano, pegando balonazos, un renacuajo siempre con un balón en la mano». Como a todo crío, relata el propietario de este bar en cuyas paredes cuelga una camiseta del FC Barcelona con el dorsal de Yamal y firmada por el jugador, a la estrella de la Selección también «le echaban muchas broncas porque era muy movido».
Este sábado, en el barrio de Rocafonda, no se hablaba de otra cosa que del partido de este domingo. Serrano tendrá el bar cerrado, el padre de Lamal ya se encuentra en Berlín y la mayoría de los vecinos de este barrio obrero al lado del mar verán el encuentro en una pantalla gigante que el Ayuntamiento colocará en el parque Central. «Imagínate cómo está el barrio, revolucionado, muy nerviosos», sentencia.
El futbolista, afincado ya en Barcelona, a algo más de media hora en coche de Mataró, «sigue viniendo porque va a ver a su abuela, que vive aquí, y luego se va». El pequeño, que deambulaba con la pelota por el barrio, lanzando la pelota a la carretera, ya no puede andar por las calles de una barriada de la que presume con cada uno de sus goles. «Pasar por aquí ya no puede porque viene mucha gente y le agobian», explican.
Otro vecino, ilusionado con la final de mañana, no esconde su deseo de que «esperemos que gane España y que marque Lamine Yamal». «El niño tiene ese don que le ha dado Dios y hay que celebrarlo», manifiesta. Y lo comparan con otro virtuoso del futbol: «Lo mismo que cuando tuvimos a Messi, hoy tenemos a Yamal. Esperando que llegue mañana para celebrarlo».
En Rocafonda sigue viviendo gran parte de la familia del deportista que marcó el gol del empate ante Francia. Su tía, su padre o su abuela pasean a menudo por las calles de la zona. Este sábado, la hermana de su padre, que paseaba junto a su marido, recibía las felicitaciones de los vecinos por la magnífica actuación del sobrino.