OKENTREVISTA: 2ª ENTREGA, LA PARTE POLITICA

Zaplana: «Yo aprobé una ley de parejas de hecho en Valencia que fue revolucionaria»

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Manuel Cerdán

Eduardo Zaplana, que durante cuatro años tuvo que combatir desde el Congreso de los Diputados la política del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, se pronuncia sobre la Presidencia de Pedro Sánchez y sus socios de coalición e investidura. El ex ministro habla de líneas rojas que se han cruzado y del alejamiento de lo que se conoce como espíritu del 78, año en el que se aprobó la Constitución vigente en España. Zaplana también recuerda algunas de las manifestaciones que le montó la izquierda a la puerta de su ministerio por asuntos que, comparados con los efectos de la ley del sólo sí es sí, supondrían una nimiedad. Y recuerda que él aprobó «una ley de parejas de hecho en Valencia que fue revolucionaria» en 2000.

PREGUNTA.- ¿Comparado con el arranque de la democracia y los años de la Transición, cree usted que Sánchez ha sido el presidente más nocivo?

RESPUESTA.- A mí me gusta hacer juicios políticos y no entrar en temas personales. Pero le contesto. No me gusta jugar a quién es peor. Intento hacer un análisis. ¿Sánchez? Desde mi punto de vista, esto se rompe a partir del año 2004, cuando perdemos las elecciones y cuando el PSOE toma la decisión de adoptar como socio preferente a Esquerra Republicana. Y, posteriormente, esa es la quiebra real. Los socialistas podrían haber gobernado en esos momentos sin necesidad de las concesiones que se le hacen a Cataluña y al País Vasco. Había ganado Zapatero las elecciones y nosotros teníamos menos votos. Se produce una deriva que yo creo que es el germen de lo que ahora nos toca vivir que, por supuesto, exponencialmente, es mucho más grave que lo de aquella época.

P.- ¿Y ahora?

R.- Ahora lo veo con gran preocupación porque ya se está haciendo estructural. Sabemos que, si Sánchez revalida la Presidencia del Gobierno, será con los mismos socios. Y sabemos lo que dicen los socios, lo que piensan los socios y lo que quieren los socios. A finales de 2004, en esa legislatura en la que yo soy portavoz, vi con gran preocupación algunas de las decisiones que se tomaron, que entonces podían parecer no tan graves, pero que la evolución de esa dinámica nos ha llevado donde estamos ahora.

P.- Pero al final las líneas rojas se cruzan con el Gobierno de Sánchez.

R.- Según qué líneas rojas. Se cruzan muchas.

P.- Me refiero al trato y al poder que ha dado a Bildu y ERC. Ahora son más visibles.

R.- Claro, es que la debilidad parlamentaria del PSOE ahora es mayor y además existe una imposibilidad de poder mantener el Gobierno sin el apoyo de sus socios. Hoy todas las encuestas, menos la del CIS, dan al Partido Popular por delante del Partido Socialista, pero además dan un número considerable de diputados a Vox.

El PSOE de Rubalcaba

P.- ¿Cree usted que Sánchez con la alianza con Bildu y ERC ha destrozado lo que se define como el espíritu del 78?

R.- Ha cambiado todo. En mi etapa era impensable que Bildu se considerara como un aliado. Ningún socialista del grupo parlamentario que yo conocí en aquel momento te hubiera admitido esa hipótesis. Nosotros estábamos reunidos en torno al Pacto Antiterrorista. Un pacto que ya no existe, lógicamente que se destruyó también.

P.- Usted convivió en el Parlamento, incluso lograron pactos difíciles, con Alfredo Pérez Rubalcaba. Desgraciadamente, Rubalcaba ya no vive. ¿Cuál cree usted que sería la reacción de Rubalcaba ante los pactos con los proetarras de Bildu o con los independentistas golpistas de Esquerra Republicana?

P.- El señor Rubalcaba tenía una ventaja, que era inteligente. Es que yo en cualquier faceta de la vida prefiero personas inteligentes. Y yo creo que a pesar de las dificultades por las que atraviesa el Partido Socialista, de necesidad de apoyos, no habríamos llegado a donde estamos. En el grupo parlamentario socialista que yo conocí había personas de nivel. Siempre ponemos los ejemplos de Rubalcaba, Alfonso Guerra, Benegas, también desaparecido, Jáuregui…, 25 cabezas tremendamente bien ordenadas, con solvencia y con coherencia. Con ellos ese devenir no se habría producido.

P.- ¿Qué pasaría en España, si con un Gobierno del Partido Popular se hubieran beneficiado de una rebaja de penas más 200 violadores y otros 20 fueran excarcelados? ¿Cuántas mareas saldrían a la calle?

R.- La frase no es mía para valorar las situaciones: «Cómo se cogen las cosas y cómo se dejan». Eso es un dato objetivo. Yo aprobé en Valencia una ley de uniones de hecho. Algunos dirán que se quedó corta, pero cuando yo la hice fue revolucionaria y había que dar ese paso. Los planes de apoyo a las mujeres víctimas de violencia los hacía el Partido Popular. Yo llegué a un gran acuerdo con el PSOE, con Izquierda Unida y con Convergencia. A pesar de todo ello, a mí me hacían manifestaciones en la puerta del Ministerio, con cifras bastante más favorables a la mujer que las de hoy, llamándome «asesino».

P.- Yo me refería a la doble vara de medir. Con el PP, en Madrid, se organizaban al año tres mil y pico manifestaciones de todo tipo de mareas: verdes, naranjas, blancas, de sanidad, de seguridad. En cambio, se beneficia a más de 200 violadores y la gente de izquierdas no sale a la calle.

R.- Pues eso es brutal. Eso, el Partido Popular lo hubiera soportado con tremenda dificultad, con manifestaciones todos los días y nos harían personalmente responsables de esa situación. Eso es una evidencia. Es decir, el tratamiento nada tiene que ver.

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