OKENTREVISTA: 2ª ENTREGA, LA PARTE POLITICA

Zaplana: «Aznar y otras personas me apoyaron mucho pero el Partido Popular no»

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Manuel Cerdán

Eduardo Zaplana, en la primera entrevista concedida a un medio de comunicación tras su salida de prisión en febrero de 2019, habla de sus relaciones con Mariano Rajoy, con quien había coincidido en el Gobierno de José María Aznar y en sus cuatro años de portavoz parlamentario. Así mismo, hace una reflexión sobre la nula respuesta de su partido cuando ingresó en prisión preventiva, pese a sufrir un cáncer de médula. Eso sí, según él, algunos compañeros estuvieron a la altura. «Aznar y otras personas me apoyaron mucho, pero el Partido Popular no», afirma.

El ex presidente de la Comunidad Valenciana asegura que Aznar habría gestionado de manera muy distinta la moción de censura que llevó a la Presidencia a Pedro Sánchez. Se muestra contundente: «Todo lo que habría sido impedir la moción de censura de Sánchez lo habría aplaudido», en referencia a la inacción de Rajoy.

PREGUNTA.- Usted siempre tuvo unas excelentes relaciones con Rajoy, incluso, llegaron a veranear juntos en Mallorca. ¿Cómo se entiende ese cambio tan brusco de Rajoy hacia usted?

RESPUESTA.- Bueno, ésa es la vida. Pero no solamente en el ámbito de la política, las relaciones son intensísimas y después se enfrían. Algunas veces vuelven, otras no. A eso no le doy mayor trascendencia, eso es la vida misma. E, incluso, afectan a cuestiones políticas de desencuentros puntuales sobre cualquier tema que se pueda plantear en un momento determinado. Pero esa es la vida.

P.- Utilizando un argot popular, ¿tuvo usted en algún momento la mosca detrás de la oreja de que algunos casos contra dirigentes del PP pudieran surgir desde la propia Moncloa?

R.- Eso son comentarios que se hacen y desde luego sólo le podría contestar conjeturas. No me gusta dar datos que no sean objetivos. Usted me preguntaba sobre las agendas de Villarejo y sobre las grabaciones que se ocupaban de mí. Y yo le respondía si eso era por propia iniciativa o lo había organizado alguien. No lo sé. De verdad que no lo sé. Lo que yo pueda pensar es que no tiene interés ni me sirve a mí, porque no deja de ser una opinión muy personal y subjetiva siempre. Porque los datos objetivos, que son los que a mí me gustan, son los que son.

P.- ¿Datos objetivos? Hay unas grabaciones del caso Lezo, que se hicieron públicas, en las que usted hace algunos comentarios sobre Rajoy. ¿Se produjo algún tipo de fricción?

R.- Eran unas conversaciones con Nacho González. Soy amigo del señor González y hablo con él con frecuencia, sin saber lógicamente que nos están grabando en su despacho. Hablamos de política y se hacen comentarios sobre personas que están en la política. Se habla con libertad y con expresiones que en público no se utilizarían. Todo eran comentarios de personas políticas, de la situación política, análisis político. Es muy desagradable para cualquier persona que publiquen sus conversaciones privadas. Otra cosa es que fueran delictivas.

Las fricciones con Rajoy

P.- Pero se hacían comentarios sobre el señor Rajoy. ¿A partir de ahí podría haberse producido esa fricción?

R.- A ese tipo de conversaciones privadas hay que ponerle las comillas. No se le puede dar la trascendencia… A mí no me asusta algún comentario de alguien que lo ha hecho sin voluntad, que le han grabado.

P.- ¿Cree usted que Rajoy gestionó mal el proceso de la moción de censura que le dio la entrada al Gobierno a Sánchez?

R.- Yo no estaba allí. Llevaba mucho tiempo apartado. No puedo tener todos los elementos de juicio para saber si las decisiones que se adoptaron fueron acertadas o equivocadas. Dicho eso, me parece que el resultado no pudo ser peor y que entonces todo lo que hubiera sido impedir ese resultado yo lo habría aplaudido, sinceramente.

P.- ¿Habría actuado como Rajoy el señor Aznar?

R.- No se ha visto nunca enfrentado a una situación de esa naturaleza, pero creo que no. Pero intentar comparar a dos personas que son tremendamente distintas es imposible. El señor Aznar, en sus comportamientos, en su forma de dirigir, y el señor Rajoy no tienen nada que ver. Son personas muy distintas. La verdad es que el resultado fue calamitoso. A las pruebas me remito.

P.- Señor Zaplana, ¿cómo se entiende que su partido haya promovido que el señor Griñán no ingrese en prisión y, en cambio, no movió un dedo ni por Rita Barberá ni por usted en unos momentos tan difíciles?

R.- Hubo personas que sí lo hicieron. El presidente Aznar, por ejemplo, que lo hizo de forma reiterada. La respuesta la tienen los responsables en aquella época del partido. Después, con Rita Barberá, hubo un reconocimiento por parte del partido de las mismas personas que dijeron alguna barbaridad, tremendamente exagerada, sobre ella.

P.- ¿Cree usted que en su caso o en el de Camps el ex presidente Rajoy habría actuado de la misma manera que el Gobierno de Sánchez, que se ha volcado con Griñán?

R.- Creo que eso se lo debería preguntar a ellos.

P.- Sólo le pido que se moje un poco.

R.- Sería una opinión subjetiva la que le podría dar. Pero insisto, un partido democrático primero tiene que respetar a su gente mientras no se demuestre que es culpable. Me parece elemental. Otra cosa es que, lógicamente, hay códigos internos que me parecen también razonables de apartar de responsabilidades a una persona mientras está siendo investigada. Todo eso es compatible con la presunción de inocencia.

Líneas rojas con Valencia y Madrid

P.- Hay algunos compañeros de su partido que aseguran que Rajoy y Génova en un momento determinado trazaron una línea roja con Valencia y Madrid para parapetarse de la corrupción.

R.- Sí, hay gente que lo opina. Si fue así, no me consta. Lo que yo puedo poner de manifiesto a estas alturas es las injusticias que se han cometido con muchísimas personas. Hay infinidad de casos que no quiero citar porque a lo mejor recordarlos les viene incluso mal a los afectados, pero es algo evidente. El ex portavoz socialista Manuel Mata decía el otro día que la UCO de la Guardia Civil tenía una visión sucia de la política. Yo creo que la política ha estado criminalizada injustamente, que algunos han intentado extender una visión sucia. Pero que lo hagan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y que lo haga la Fiscalía me parece un atentado al Estado de Derecho.

P.- Volviendo a su partido. Le voy a dar un dato. ¿Sabe que el mayor número de dirigentes del PP fueron detenidos o investigados durante el mandato de Mariano Rajoy? Rato, Matas, González, Camps y usted mismo.

R.- Mire, esos hechos pasaron estando el Partido Popular en el Gobierno. Es una obviedad, no se la voy a discutir yo. Eso es así. Más interpretaciones no voy a hacer. Pero, efectivamente, cronológicamente ocurrió en esa etapa.

P.- Pero que sea usted quien haya tenido que sufrir un proceso de ese tipo y en medio de un partido como el suyo, al que le ha dedicado tanto tiempo, debe ser duro.

R.- Bueno, yo he recibido muchísimos apoyos, no del partido. Formalmente de miembros y amigos del PP. Yo creo que esta opinión que usted traslada hoy está muy generalizada. En aquellos años creo que por la parte dirigente del partido sí se tomó esa decisión de criminalizar más a los compañeros que incluso las propias acusaciones que existían en los procedimientos. Y eso es así. Eso es una evidencia. Yo creo que ahora se está haciendo una reflexión profunda, sobre todo, después de las resoluciones de sobreseimiento. Voy a poner un ejemplo: el caso Púnica, del que llevo oyendo años y años y noticias y noticias. Han acabado con la carrera de infinidad de compañeros del Partido Popular y ahora, antes de Navidad, he visto que a 80 o 70 investigados les han sobreseído la causa. Pero, ¿cómo puede ser eso? ¿Cómo puede ser que durante 10 años una persona tenga dificultades para encontrar trabajo o acaben con su carrera política y los conviertan, entre comillas, en apestados? Y después de años digan que aquí no hay nada. Tenemos que reflexionar sobre eso.

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