Vicente Gil: «Sánchez juega con fuego, ¿imaginan al Rey firmando la amnistía tras su discurso del 3-O?»
El Rey Felipe ha iniciado una nueva ronda de consultas que, se supone, terminará, tarde o temprano, en el encargo a Pedro Sánchez para intentar su investidura. Sánchez obliga al Rey a hacer un acto de fe porque sus socios independentistas no van a Zarzuela y es Sánchez quien tiene que hablar al Rey en nombre de ellos. ¿Va a Zarzuela Sánchez con una carta del prófugo de Waterloo o lleva un mensaje de Otegi? Sánchez tiene prisa para una investidura exprés este mes de octubre, pero Puigdemont -parece- quiere exprimirle hasta el final, dejando correr el calendario hacia el 27 de noviembre con la amenaza de elecciones. Aquí entraría el factor «audacia» de Sánchez, que dicen sus hagiógrafos. Como lo de convocar elecciones generales a la mañana siguiente del batacazo monumental del 28M. Darle la vuelta a la tortilla y forzar a Junts a retratarse ya con lo que tengan pactado. Si Junts votara «no» a Sánchez, Sánchez siempre podrá decir eso de que él no cedió al chantaje de los independentistas. Guerra de relatos y a elecciones.
¿Qué le contará Sánchez al Rey en Zarzuela si hasta Yolanda Díaz ha dicho que no tiene cerrado el acuerdo con el PSOE? ¿Le dirá -por ejemplo- Sánchez al Rey que «quiere intentarlo», pese a todo, forzando al Rey a decir que sí? ¿O el Rey le dirá que a él no le salen las cuentas? Si el Rey le hace el encargo, Sánchez pasa a controlar el calendario por la vía de la sumisa Armengol.
Sánchez fuerza las costuras de la Jefatura del Estado. Si el Rey propone a Sánchez para presidir el Gobierno y Sánchez logra formarlo, ¿imaginan al Rey firmando la ley de Amnistía de Sánchez, que es la negación de su discurso del 3-O? Este martes, precisamente, es 3 de octubre y se cumplen siete años de aquello. Un papelón para don Felipe.
El Rey va a saber qué debe hacer hoy, mañana o más adelante. Ha cumplido hasta ahora impecablemente sus deberes constitucionales. Como en aquel discurso del 3 de octubre de 2017 en el que habló del flagrante incumplimiento de la Constitución y de las leyes por parte de Puigdemont, la Generalitat y los independentistas para romper la unidad de España y el Estado de Derecho.
Si Sánchez forma gobierno y se aprueba la amnistía, Sánchez dejará al Rey a los pies de los caballos. Será decirle, no solo a él, sino de él para abajo, a todas las instituciones de nuestra democracia, al gobierno, al Senado que aprobó el 155, a la Policía, a los jueces y a los fiscales… que Puigdemont tenía razón, que España es un estado opresor y que, por tanto, pueden volver a hacerlo.
Si se borran aquellos delitos con la amnistía de Sánchez, ¿significa que la proclamación -por 8 segundos- de la República catalana fue legítima y que la pueden reactivar cuando lo deseen? Puigdemont habló aquel día de «dejarla en suspenso».
¿Significará, por ejemplo, que si Otegi es lehendakari en marzo tendrá una base legal y carta blanca para hacer lo mismo que Puigdemont? ¿Quedará España desnuda e indefensa, también, ante los tribunales europeos?
Sánchez está dando un golpe de Estado en nuestras narices sólo para mantenerse en el poder. Eso es lo que está haciendo. Estirar -ya- las costuras de la más alta institución del Estado, su Jefatura, después de manosear las leyes, la sedición, los indultos o la malversación y de okupar las restantes instituciones, con Pumpido en el Constitucional, como haría un dictadorzuelo bananero.
¿La masa votante que consume realities es consciente de lo que nos estamos jugando?
En la entrevista que este lunes publicamos en OKDIARIO con Cuca Gamarra -en la que adelantaba prácticamente que Feijóo estará el domingo en Barcelona, que es donde debe estar- le preguntamos a la secretaria general del PP: ¿Imagina al Rey firmando la ley de Amnistía después de aquel discurso del 3 de octubre? ¿Alguien es consciente de lo que esto supone?
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