UGT y CCOO reúnen en Madrid a 500 personas, 800 veces menos que agricultores y ganaderos el domingo

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CCOO y UGT reúnen en Madrid a 500 personas, 800 veces menos que agricultores y ganaderos el domingoTras permanecer varios meses en silencio, y con España en colapso, los sindicatos han salido este miércoles a la calle para pedir medidas contra el precio de la energía que, en cualquier caso, no pasan por una bajada de impuestos. Las movilizaciones han sido impulsadas en varias ciudades españolas por UGT, CCOO, UPTA, Uatae, Facua y la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales (CEAV). La principal, en Madrid, apenas ha reunido a 500 personas, según datos de la delegación del Gobierno. Muy lejos de las 400.000 que, el domingo, se manifestaron contra Sánchez en la capital al grito de «¡Qué se vaya ya!».

Los sindicatos- que han discurrido por la calle Atocha bajo el lema Contener los precios, proteger el empleo, frenar el deterioro de nuestras condiciones de vida- coinciden en la propuesta socialcomunista frente el alza de los precios: un tope en el precio máximo del MWh y desvincular los precios de la electricidad y del gas. Ésta es precisamente la medida que Sánchez ha defendido estos días en una gira por varios países europeos y que está condenada al fracaso por el rechazo de Alemania.

Además -y como también hace el Gobierno- descartan que la solución pase por una bajada de impuestos, la medida que reclaman los ciudadanos y partidos como el PP. Según UGT, supondría «rebajar la capacidad del Estado para redistribuir la riqueza y aumentar los beneficios de las empresas». Según CCOO, sólo «ocultaría la raíz del problema».

Foto: Rodrigo Villar

Los sindicatos, al igual que viene defendiendo Podemos, piden asimismo que se «ponga fin a los beneficios» de las empresas eléctricas y de hidrocarburos, que consideran «abusivos». En el manifiesto de la convocatoria, se quejan de que «mientras la gran mayoría sufrimos esta situación no puede ser que haya quien saca tajada de la desgracia».

Mientras los españoles se ven golpeados por la crisis económica, la estrategia de Sánchez ha sido dilatar la respuesta. El Gobierno descarta en cualquier caso bajar los impuestos y es más partidario de un sistema de bonificaciones.

«Si bajas los impuestos y esa bajada se ve absorbida inmediatamente por una subida de precios de la energía lo que hacemos es empobrecer al sector público sin tener ningún resultado positivo sobre la población», defiende la vicepresidenta económica Nadia Calviño.

El evidente malestar social ha estallado ya en la forma de una huelga de transportes -que está provocando problemas de abastecimiento- y en la protesta masiva del mundo rural. El domingo, centenares de miles de personas discurrieron por el centro de Madrid para reclamar medidas a Sánchez ante la situación límite que viven agricultores y ganaderos por la escalada de los costes de las materias primas y la energía. Los manifestantes exigieron al Gobierno un plan de choque urgente para hacer frente a la crisis.

17 millones

A pesar de la crisis, los sindicatos han visto incrementadas exponencialmente las subvenciones que reciben del Gobierno. Desde la llegada de Yolanda Díaz al Ministerio de Trabajo, estas ayudas se han duplicado, pasando de los 8,8 millones que recibían con Mariano Rajoy a los 17 actuales. Y todo ello, mientras los españoles sufrían las consecuencias de la gestión económica del Ejecutivo. En el último año, la inflación no ha parado de crecer hasta alcanzar el 7,6% interanual en febrero de 2022. La cifra más alta de los últimos 36 años. El precio de la electricidad multiplica por siete el que se registraba hace un año.

Sánchez, por su parte, insiste en buscar culpables de la crisis, sin asumir sus responsabilidades. «Esta legislatura está marcada por una pandemia de la que aún no nos hemos sobrepuesto; estamos gestionando incluso las consecuencias económicas de un fenómeno natural, como un volcán en La Palma, y ahora, una guerra», defendió este miércoles en el Congreso de los Diputados.

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