Los sondeos internos del PSOE le dan 150 diputados el 10-N y una caída de hasta 20 escaños a Podemos

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Carlos Cuesta

La maquinaria electoral se ha puesto en marcha. El PSOE analiza ya los posibles resultados en caso de tener que ir a elecciones el 10 de noviembre y sus sondeos le otorgan un claro ascenso hasta la órbita de los 145 ó incluso 150 diputados. La subida, sin embargo, sería contrarrestada en buena medida por el desplome del partido de Pablo Iglesias. Podemos restaría entre 15 y 20 escaños a la suma del bloque de izquierdas.

Ya no se trata del CIS. Se trata de los datos internos que manejan los expertos electorales del partido de Pedro Sánchez sobre el PSOE y Podemos. Y pueden convertirse en todo jarro de agua fría para la formación morada en caso de que Iglesias decida mantener el pulso con los socialistas y llevar España a una repetición de elecciones generales el 10-N. Los datos internos que maneja el Partido Socialista dan una cierta ganancia de poder al bloque de izquierdas, pero no la suficiente como para que Sánchez pueda  gobernar sin apoyos separatistas.

El principal beneficiado de esta repetición de elecciones sería el PSOE. El partido del presidente en funciones pasaría de los actuales 123 escaños a una órbita cercana a los 145 ó incluso 150 diputados. Traducido en terminología de bloques, esto significaría que el cúmulo de partidos de izquierdas unido a los separatistas ganaría hasta 27 diputados.

Desplome de Podemos

Pero lo cierto es que los datos del PSOE arrojan más cifras. Una de ellas hace alusión al desplome de Podemos. La formación liderada por Pablo Iglesias e Irene Montero recogería ese 10-N una caída de entre 15 y 20 escaños. Traducido de nuevo a terminología de bloques, esto supondría que el conglomerado socio-separatista tan sólo ganaría siete diputados en conjunto contando con la evolución global de Podemos y el PSOE.

Según el análisis de los socialistas sobre la evolución del PSOE y Podemos, en un potencial 10-N, el resto de escaños que gana Pedro Sánchez procedería de forma mayoritaria de Ciudadanos. Y es que la formación de Albert Rivera podría sufrir un deterioro sensible fruto de la fuga de votantes hacia los socialistas y hacia el PP.

De este modo, tras unas hipotéticas elecciones en noviembre, Pedro Sánchez debería volver a negociar apoyos, pero con un claro retroceso del peso de Podemos en su órbita de alianzas políticas. Y, por lo tanto, con un mayor peso ponderado en las decisiones por parte de partidos separatistas como podrían ser el PNV o ERC, siempre y cuando estas formaciones mantengan sus resultados del 28-A.

Unos datos, que, de confirmarse, se pueden convertir en todo un factor a tener en cuenta por parte de Pablo Iglesias a la hora de decidir si fuerza a España a ir a unas nueva elecciones generales o no.

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