La sevillana que se puede quedar en la calle por unos okupas: «Han logrado tener electricidad con un contrato falso»
Sandra es la dueña de una casa de dos pisos ubicada en una urbanización de Espartinas (Sevilla) que se quedó sin trabajo -regentaba un bar- debido a la crisis del coronavirus. La falta de ingresos, y por supuesto la okupación de su domicilio, ha llevado a esta joven sevillana a una situación límite, en la que si no se van el próximo mes, en el que vence su alquiler, tendrá que dormir en la calle. Por si esto fuera poco, los vecinos están completamente amenazados y atemorizados. Tanto, que ni siquiera se atreven a protestar junto a la casa de Sandra porque los okupas les graban desde una cámara situada en su ventana. Además, los continuos destrozos de vehículos dan fe de la violencia de estos delincuentes, una pareja en la que el hombre, según la propietaria del inmueble, es de origen extranjero. OKDIARIO ha hablado con Sandra.
«Estábamos acondicionando la casa para poder entrar a vivir, pero nos confinaron, yo estaba en otra ciudad, no podía venir a Sevilla, y cuando quise volver a mi domicilio me la encontré okupada», explica Sandra a este periódico, al que afirma que «sigo de alquiler, pero de aquí al mes que viene pues no sé, supongo que me tendré que quedar en la calle o en el coche». Y es que la falta de ingresos ha llevado a esta sevillana a una situación límite. «Duermo con ansiedad. Con ataques de ansiedad. A veces me río, a veces me harto a llorar», continúa la afectada, que admite también que está sin apenas comer desde hace semanas.
«Sigo de alquiler, pero de aquí al mes que viene pues no sé, supongo que me tendré que quedar en la calle o en el coche»
Los vecinos, explica Sandra, llaman continuamente a la Policía Local «porque molestan, gritan, ponen la música a todo trapo» y, lo peor de todo, «les arañan los coches, les parten los espejos y le echan silicona a sus cerraduras. Son bastante conflictivos».
«Están denunciados, se amplió por amenazas que nos hicieron, y también por falsedad documental, porque han presentado un contrato que ninguno de los titulares ha firmado ni nada para así dar de alta suministros de luz y de agua y empadronarse en la vivienda; en el contrato no aparece ninguno de los titulares y han conseguido hacerlo todo tranquilamente», explica Sandra, que espera, visiblemente afectada, que «se solucione pronto» para así «poder quedarme en un sitio a dormir por las noches».