Crisis del coronavirus

Sanidad aprueba un protocolo para detectar las nuevas cepas supercontagiosas un mes después de la alerta

Cepas
El ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Ministerio de Sanidad ha publicado un protocolo dirigido a la identificación de las nuevas cepas del coronavirus mediante la secuenciación, el único instrumento que, hoy por hoy, se considera fiable para la detección. La guía llega, sin embargo, más de un mes después de que Reino Unido alertase de su nueva cepa hasta un 70% más contagiosa y, según el primer ministro británico, un 30% más mortal. El 14 de diciembre, las autoridades del país informaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que se había identificado una nueva variante del SARS-CoV-2 mediante secuenciación genómica viral. Hoy, se propaga sin control por España.

El director del Centro de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, afirmó hace dos semanas que «el impacto de la variante, en caso de tener algún impacto, será marginal en nuestro país». Sin embargo, el pasado jueves, el jefe de las alertas dio un giro de 180 grados a su predicción inicial al asegurar que se espera que sea una «cepa dominante» a mediados del mes de marzo.

Ahora, con la pandemia totalmente desbocada, la Ponencia de Alertas del Ministerio de Sanidad ha elaborado un documento que sirve como guía para trabajar en la determinación de la incidencia de las variantes del virus, así como la identificación de nuevas cepas que puedan ser de interés para la salid pública. Indirectamente, el protocolo admite las carencias en que se encuentra el sistema de identificación en nuestro país.

El informe admite que «la aparición de variantes que aumenten la transmisibilidad del virus, su virulencia o que escapen a la acción de los anticuerpos neutralizantes generados tras la infección natural o la vacuna, constituyen un problema de salud pública de primer orden que puede repercutir de forma importante en el control de la pandemia».

El protocolo aprobado señala que, para integrar la secuenciación genómica en el sistema de vigilancia epidemiológica, se debe establecer una red de laboratorios que desarrolle las capacidades de secuenciación. Esta red estará coordinada por el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III.

Los objetivos son, entre otros, identificar la incidencia de estas cepas en la población, detectar de forma precoz nuevas cepas que sean más contagiosas, virulentas, o ante las que existan «sospechas de fallos vacunales, de reinfección o cualquier otro fenómeno de escape a la respuesta inmune», así como identificar grupos vulnerables a la infección por estas mutaciones.

Mucho más contagiosa

La circulación de la variante británica por España se ha convertido en un hecho preocupante en plena explosión de la tercera ola. El primer ministro británico, Boris Johnson, advirtió el pasado viernes de que, de acuerdo a la evidencia disponible, esta cepa podría ser hasta un 30% más mortal. La afirmación ha sido matizada por el ministro de Sanidad, Matt Hancock, quien ha señalado que «no hay certeza» pese a que sí ha admitido que «los científicos piensan que puede ser más mortal» y que «han realizado varias estimaciones».

Lo que sí está fuera de toda duda es que es mucho más transmisible. La Organización Mundial de la Salud (OMS) atribuye esa mayor mortalidad a la sobrecarga que está sufriendo el sistema sanitario ante el incremento de nuevos positivos. «Si infectas a más gente, más gente llega a estar grave y muere», indicó el director de Emergencias Sanitarias del organismo, Mike Ryan.

Sanidad, no obstante, en un informe emitido apenas unas horas antes de las afirmaciones de Johnson -‘Circulación de VOC 202012/01 (B.1.1.7) y otras variantes de SARS-CoV-2 de interés para la salud pública en España’- zanja que «las personas infectadas por esta variante no tienen mayor riesgo de padecer una enfermedad grave». 

El Ministerio sí admite el «impacto potencial» de las nuevas cepas. En concreto, sobre la variante detectada en la Amazonia brasileña, advierte de que «está en estudio la transmisibilidad y el escape a la respuesta inmune».

La cepa detectada hace unas semanas en Brasil preocupa porque, según algunos expertos, podría escapar a la inmunidad de la vacuna, algo que no ha sido aún probado.

Pese a esas advertencias, el Gobierno no considera necesario restringir los vuelos. El Centro Europeo para el Control y la Prevención de las Enfermedades (ECDC) ha avisado de que el riesgo por estas cepas es muy alto y ha instado a los países a reforzar las medidas de secuenciación y rastreo, además de estudiar restricciones más duras en previsión de un empeoramiento de la situación epidémica.

La UE acordó la pasada semana limitar viajes intracomunitarios no esenciales y crear una nueva categoría para zonas donde el virus circule a nivel muy alto.

Menos de lo que dice la UE

En el documento, Sanidad admite, indirectamente, las dificultades para la secuenciación. Así, propone analizar únicamente entre el 1 y el 2% de los casos diagnosticados, frente a lo que dice la Comisión Europea, que eleva el porcentaje entre el 5 y el 10%.

«El 19 de enero la Comisión Europea publicó un comunicado instando a los países a incrementar la tasa de secuenciación ya que consideran que la actual no es suficiente para identificar la progresión de las variantes o detectar nuevas. Plantean que los Estados Miembros deben alcanzar la capacidad de secuenciar al menos el 5%, y preferiblemente el 10%, de los resultados positivos de las pruebas de Covid-19, minimizar los retrasos en los resultados y garantizar que estos datos se comparten de forma comparable», recoge el Ministerio.

Sin embargo, más adelante admite: «Aunque el objetivo es que de forma progresiva se llegue a los porcentajes de secuenciación propuestos por la Comisión Europea, en este momento se propone analizar un número de muestras que se sitúen alrededor del 1-2% de los casos diagnosticados en cada comunidad autónoma, que deberán ir incrementándose según las capacidades de cada comunidad».

En otro momento se reconoce también que la Red de laboratorios para la identificación y seguimiento de las cepas circulantes en nuestro país «se encuentra todavía en desarrollo».

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