Sánchez se reivindicará como presidenciable con un discurso constitucionalista sobre Cataluña
Pedro Sánchez prepara un discurso constitucionalista para defender la moción de censura contra Mariano Rajoy. Su alocución prestará mucha atención a la defensa de la integridad territorial, el cumplimiento de la ley y la Constitución y la prolongación del 155 en Cataluña para hacer frente al desafío separatista. Según fuentes conocedoras del mismo, será un discurso propio de una investidura.
El líder socialista, que regresa al atril del Congreso tras haber renunciado a su acta de diputado y abandonar su escaño en octubre de 2016, no quiere desaprovechar la ocasión de reivindicarse como candidato a la Presidencia del Gobierno, pensando en unas elecciones generales que de un modo u otro no tardarán en convocarse, y utilizará el altavoz mediático que le proporciona la moción de censura.
Por ello, trabaja con su equipo más cercano -el que le apoyó en la decisión de registrar la moción de censura aún sin consultar a las bases como marcan los estatutos del PSOE- en el texto de un discurso que pondrá un alto precio al apoyo de nacionalistas e independentistas, a quienes resultará muy complejo votar a favor. Sánchez y su círculo son conscientes de que la moción es difícilmente viable, pero han fijado las ideas fuerza sobre las que reivindicar el papel de los socialistas en el escenario político y tratar de reconquistar a sus votantes.
El candidato del PSOE defenderá la integridad territorial, el cumplimiento de la ley y la prolongación del 155
Sánchez centrará su discurso en la falta de legitimidad de un Gobierno condenado por corrupción en el contexto del caso «Gürtel». También tendrá que defenderse de las interpelaciones de Rajoy. El presidente, como ha avanzado OKDIARIO, se centrará en delatar el interés personal de Sánchez para llegar a la Moncloa, “a cualquier precio y con quien sea” y en la ausencia de “legitimidad” del PSOE para presentar la moción por sus propios escándalos de corrupción (los ERE de Andalucía y la financiación irregular del partido en la Comunidad Valenciana).
Diputados independentistas
Hasta la fecha, Sánchez no ha querido pronunciarse sobre las cuestiones formales de la moción de censura. Preguntado en varias ocasiones, la última en el día de ayer tras reunirse con el Comité Federal Nacional en la Sede de Ferraz, sobre si no le preocupaba ser investido con los votos de los independentistas, ha evitado comentar la cuestión de forma y explícita, apelando a la responsabilidad de los diputados en el apoyo a su iniciativa para derrocar el Gobierno de Rajoy y sin hacer distinciones entre ellos por razón de siglas.
La posibilidad de que el PSOE triunfase en su iniciativa con el apoyo de, entre otros, ERC, PNV y Bildu -considerada la heredera de Batasuna, brazo político de la banda terrorista ETA- no gusta a ninguno de sus barones. Éstos han fijado una línea roja infranqueable para prestarle su apoyo: nada que negociar ni ceder frente a los independentistas. En palabras del histórico dirigente socialista Alfonso Guerra: «Hay gente a la que ver al PSOE accediendo al Gobierno gracias al voto de independentistas no le gustaría».
Por otra parte, tampoco Sánchez tiene mucho que ofrecerles. Entre sus propias filas resultaría complicado entender cómo ha prestado su apoyo en el Senado para la aplicación del 155 -cuya vigencia reforzará desde la tribuna del Congreso el próximo jueves y viernes, como mecanismo imprescindible para hacer frente a la amenaza separatista en Cataluña- mientras intenta negociar en paralelo con los independentistas, que exigen su retirada inmediata, a cambio de un sillón.
Sánchez ya vivió un precedente cuando en 2016 los detractores de su Comité Federal forzaron su renuncia como secretario general (que posteriormente recuperaría al imponerse a Susana Díaz en primarias) y le afearon sus negociaciones con Podemos y los independentistas como opción para su acceso a la Moncloa. El líder de los socialistas no está dispuesto a reeditar errores ni a dar un paso en falso en esta ocasión.