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Sánchez intenta frenar una crisis con los barones por la sedición: «No os afectará en las elecciones»

Sánchez intenta frenar una crisis con los barones por la sedición:
Sánchez intenta frenar una crisis con los barones por la sedición: "No os afectará en las elecciones"
Joan Guirado

Por procedimiento de urgencia. Sin tener en cuenta la opinión del Consejo de Estado ni del Consejo General del Poder Judicial. Así derogará Pedro Sánchez el delito de sedición. Y lo hará, según ha trasladado él mismo a sus barones, antes de acabar 2022. Es el mensaje que el presidente ha hecho llegar, en las últimas horas, a los líderes regionales socialistas. Todo, tras las críticas vertidas por su anuncio. «No os afectará en las urnas», les ha llegado a manifestar. La razón que esgrime es que transcurrirá prácticamente medio año entre la votación en el Congreso y las elecciones municipales y autonómicas de mayo.

La decisión de derogar el delito de sedición ha caído como un jarro de agua fría en algunos Gobiernos autonómicos en manos del PSOE cuya reelección no está asegurada. Es el caso de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha o Aragón. Hay nerviosismo. Y después de haber criticado públicamente la decisión, con el fin de evitar que el fuego vaya a más, Sánchez ha decidido mandar un mensaje de calma a los suyos. «Nadie se acuerda de los indultos», les ponen como ejemplo desde Ferraz a las autonomías.

Con el secretario de Organización, Santos Cerdán, apartado de la interlocución con los barones, por decisión del propio Sánchez, quien intenta ahora calmar las aguas es uno de los hombres fuertes de su gabinete. Ni más ni menos que el ex número dos de Iván Redondo, Paco Salazar. El presidente socialista lo recuperó en verano, tras colocarlo al frente del Hipódromo de Madrid hace un año. Su misión estaba clara: hacer el trabajo sucio de puente entre La Moncloa y el partido.

Sánchez y Salazar han conversado en las últimas horas con distintos barones. El presidente lo ha hecho con los que considera más cercanos, aquellos que no han levantado la voz y aprueban cada una de sus decisiones. El asesor, «el poli malo de La Moncloa» como le llaman algunos en el partido, se ha encargado de aquellos que sí han criticado con vehemencia la medida. A ellos les ha lanzado la advertencia sobre la necesidad de «ir todos a una», además de insistir en ese mensaje de que no afectará a sus resultados ya que se hará con la máxima urgencia posible. Esta justificación no ha tranquilizado mucho a los barones.

Si hasta ahora varios presidentes autonómicos ya habían manifestado a Moncloa y a Ferraz su deseo de que Pedro Sánchez tuviera una «presencia mínima» en sus territorios, ya que consideran que les «resta votos», ahora ese deseo va a más. Algunos, como el manchego Emiliano García-Page o el valenciano Ximo Puig, ya trabajan en campañas personalistas, con el logo socialista prácticamente invisible. Que parezca que no tienen nada que ver con el hombre que dirige el país a golpe de cesiones y concesiones a los que han intentado romperlo en los últimos años. El acto que se iba a celebrar este domingo para conmemorar los tres años de su última victoria «no se prevé recuperar en los mismos términos». Varios presidentes autonómicos ya han dicho que no iban a compartir escenario con Sánchez.

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