Sánchez se gasta más de 12.000 € en ir a la gala de los Goya: Super Puma de ida, Falcon de vuelta

Podía haber ido en AVE por 58 € en 55 minutos, pero ha forzado al helicóptero a hacer un vuelo presidencial de récord para esquivar las tractoradas, y luego ha reclamado el Falcon para volver más cómodo

Sánchez Super Puma
Pedro Sánchez, junto al Super Puma presidencial, en uno de sus múltiples viajes aéreos.
Roberto Pérez
  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

El viaje de Pedro Sánchez a la gala de entrega de los premios Goya del cine español sale cara en precio y en emisiones contaminantes. Pese a que hay AVE de Madrid a Valladolid, donde se celebra la gala, el presidente ha vuelto a tirar de helicóptero oficial, el Super Puma, y del avión Falcon. Dejará una factura a los españoles que superará los 12.000 euros. Ha usado el Super Puma para la ida, a fin de aterrizar en Valladolid y esquivar los cortes de carreteras de las protestas de los agricultores. Y, después, para regresar con máxima comodidad, ha reclamado el Falcon, que ha tenido que viajar de vacío hasta el aeropuerto de Valladolid para recoger al inquilino de Moncloa.

Cada hora de vuelo en Falcón tiene un coste que ronda los 6.000 euros. La del Super Puma supera los 4.000 euros. El resultado en este caso es que Sánchez ha obligado a poner en vuelo las dos aeronaves para su ida y vuelta a Valladolid. Super Puma y Falcon han hecho el viaje de ida y vuelta. El helicóptero ha regresado de vacío, porque el presidente ha preferido volver en Falcon.

El gusto de Sánchez por la comodidad refinada con cargo al presupuesto público ha tenido un sobrecoste de más de 6.000 euros. Es el precio del Falcon, que se podía haber evitado. Y, más aún, se hubieran ahorrado los 12.000 euros si hubiera optado por un medio de transporte más «sostenible» y menos costoso, como por otra parte recomiendan con insistencia los mensajes de la izquierda gubernamental para que se lo anoten como receta los ciudadanos.

Pese a que hay AVE de Madrid a Valladolid, donde se celebra la gala, el presidente ha vuelto a tirar de aeronaves oficiales. En AVE, según la web de Renfe consultada este sábado por la tarde, había billetes disponibles para ir de Madrid a Valladolid desde 58 euros. Y eso a precios de este mismo sábado, en el día, que no son precisamente los más baratos. Con antelación, el trayecto sale por mucho menos. Además, dispone de amplia gama de horarios. Por ejemplo, para ir a la gala de los Goya, uno le hubiera encajado a la perfección: podía haberse montado en la estación madrileña de Chamartín a las 20.24 horas y haberse apeado en Valladolid a las 21.19 horas, con 40 minutos de margen para llegar a tiempo al comienzo de la gala del cine español.

Eso sí, la comodidad y pomposidad nada tienen que ver entre ir en coche o en AVE y hacerlo en el flamante Falcon o en el Super Puma con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. De paso, en esta ocasión, yendo en helicóptero el presidente se libraba del riesgo de toparse con los agricultores que se están movilizando contra su Gobierno. De hecho, esto ha sido decisivo a la hora de hacer todo el recorrido Madrid-Valladolid-Madrid en Super Puma, en vez de en el avión Falcon.

Si hubiera usado este último, tendría que haber ido en coche del aeropuerto vallisoletano a la Feria de Muestras de Valladolid, donde se celebra la gala de los Goya. Y esa ruta por carretera se arriesgaba a que se la cortaran los agricultores y sus tractoradas de protesta. Con el Super Puma, Sánchez ha aterrizado directamente en la urbe vallisoletana, garantizándose un acceso sin problemas hasta la gala de los premios Goya.

A la vuelta, con el riesgo de cortes de carreteras ya despejado, no ha tenido empacho en hacer que el Falcon fuera a recogerlo hasta Valladolid, y mandar de vuelta al Super Puma de vacío.

El resultado final es que Sánchez ha forzado al Super Puma a hacer el vuelo presidencial más largo que se recuerda. Lo habitual es que este helicóptero se use sólo para pequeños trayectos. Por ejemplo, Sánchez lo usa como una suerte de taxi aéreo para ir de Moncloa a la base de Torrejón de Ardoz en la que está el Falcon.

Oscurantismo de Moncloa

Desde que llegó a la Moncloa, con la moción de censura contra Rajoy de junio de 2017, Pedro Sánchez ha hecho de su querencia por los vuelos oficiales una de sus recurrentes prácticas cargadas de polémica. Y no sólo por la frecuencia con la que utiliza el avión y el helicóptero oficiales, en contraste con las proclamas ecologistas que pregona con insistencia. También han resultado polémicas porque han ido acompañadas de oscurantismo, en contra de la transparencia que el PSOE de Sánchez exigía cuando estaba en la oposición y de la que hizo también una de sus promesas para cuando llegara al poder. Sin embargo, a la hora de dar cuenta de sus vuelos oficiales, Moncloa ha recurrido reiteradamente a la franquista Ley de Secretos Oficiales para ocultar datos tan esenciales como el coste de dichos desplazamientos.

El argumento recurrente de la Presidencia del Gobierno ha sido que esos desplazamientos forman parte de la seguridad del jefe del Ejecutivo y que es información sensible. El Consejo de Transparencia y Buen Gobierno ha censurado esa persistente ocultación por parte de Moncloa. Considera que los argumentos utilizados para esconder esos datos no se sostienen.

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