FUNDACIÓN MIGUEL ÁNGEL BLANCO

Sánchez dio 5 veces más dinero al documental de Ternera que a uno sobre el acoso de ETA a los Baglietto

El Ministerio del Interior ha dado 14.603 euros a la Fundación Miguel Ángel Blanco para el documental

La película cuenta la historia de la familia Baglietto y la persecución que hizo ETA de la derecha durante la Transición

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Paula Baena

El Gobierno de Pedro Sánchez ha subvencionado con 14.603 euros el documental Una Familia Vasca. Los Baglietto. El centro-derecha objetivo de ETA que ha realizado la Fundación Miguel Ángel Blanco y que este martes se ha presentado en el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo de Vitoria. Una cantidad casi cinco veces menor que los 68.715 euros con los que el mismo Gobierno de Sánchez regó a la productora de Jordi Évole, Producciones del Barrio SL, cuando inició su reportaje para blanquear al que fuera número 1 de ETA, Josu Ternera.

Tal y como consta en el Sistema Nacional de Publicidad de Subvenciones y Ayudas Públicas de la Administración General del Estado, la Fundación Miguel Ángel Blanco, que tiene como objetivo mantener viva la memoria del concejal del PP en Ermua asesinado por ETA en 1997 y la de todas las víctimas del terrorismo, recibió por parte del Ministerio del Interior 14.603 para financiar el proyecto del documental, que cuenta la sistemática persecución que ETA llevó a cabo en el País Vasco contra la derecha y el centro-derecha durante los años de la Transición a partir de la historia de los Baglietto.

En 1962, Ramón Baglietto Martínez salvó la vida de un bebé de 11 meses, Cándido Azpiazu Beristain, al arrebatarle de los brazos de su madre antes de que esta fuera arrollada por un camión junto a su otro hijo. Ambos fallecieron. Dieciocho años después, ese bebé a quien Baglietto había salvado la vida fue quien le asesinó.

La noche del 12 de mayo de 1980, Ramón, que había sido concejal por UCD (Unión de Centro Democrático), fue ametrallado en su coche por miembros de un comando etarra cuando regresaba a casa de su tienda de muebles en Azcoitia (Guipúzcoa). Tras perder el control del coche por los disparos, se estrelló contra un árbol y fue rematado con un tiro en la sien por Cándido, el niño al que años atrás había salvado de una muerte segura.

El documental de la Fundación Miguel Ángel Blanco cuenta la historia no sólo de la familia Baglietto, sino del acoso y terror que sembró ETA a finales de los setenta y principios los ochenta en el País Vasco, con la intención de excluir a los representantes de los grupos de derecha, como Alianza Popular y Unión del Centro Democrático, de las tres provincias vascas.

Además de la partida para financiar este documental, la Fundación Miguel Ángel Blanco recibió por parte del Ministerio del Interior otros 59.283 euros repartidos para financiar la campaña por el XXVI aniversario del concejal, el espacio que lleva su nombre y los proyectos Estamos con las Víctimas y La voz de las Manos Blancas.

La Fundación recibe también anualmente 40.000 euros de subvención por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid, institución que el próximo 18 de enero presentará el documental de Los Baglietto en la región capitalina.

Mientras tanto, tal y como ha publicado esta semana en exclusiva OKDIARIO, Sánchez dio cerca de 69.000 euros públicos a la productora de Évole cuando comenzaba a preparar la entrevista-documental a Ternera, el sanguinario etarra que dio la orden de atentar contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza en 1987 y dejó 11 muertos, entre ellos seis niños, y 88 heridos, la mayoría de ellos civiles. El asesino confeso -la palabra que Évole no quiso usar durante su presentación del documental- admite sin ambages que aquel atentado «no fue un error».

Según la documentación a la que ha tenido acceso OKDIARIO, el Ministerio de Cultura del Gobierno de Pedro Sánchez dio una «subvención y entrega dineraria sin contraprestación» a la productora de Évole en concepto de «ayudas selectivas para la producción de largometrajes sobre proyecto». Se da la circunstancia de que en ese momento el productor ya había comenzado a trabajar en el documental No me llame Ternera.

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