GOBIERNO DE ESPAÑA

Sánchez aparta a Cerdán y encarga a Zapatero y Bolaños la negociación de la amnistía con Junts

El plazo para alcanzar un acuerdo expira dentro de una semana

El PSOE ya sopesa pedir una segunda prórroga ante la falta de acuerdo con Junts

Sánchez amnistía
Joan Guirado

La amnistía es una patata caliente para Pedro Sánchez que cada vez quema más. Los «pocos avances» en la negociación de la ley, que fue rechazada por Junts el pasado 30 de enero, y la situación interna que vive el PSOE con Santos Cerdán en el foco de la trama de presunta corrupción entorno a Koldo García, han llevado al presidente a quitar el mando de las conversaciones al número 3 del PSOE. Sánchez ha apartado a Cerdán y ha encargado a José Luis Rodríguez Zapatero y Félix Bolaños que comanden ahora la negociación de la ley de amnistía. A siete días del límite de plazo para alcanzar un acuerdo con Junts. Hace unos días OKDIARIO ya informó de un viaje sospechoso de Zapatero a Suiza, resorte de las negociaciones con mediador entre el PSOE y Junts.

El ex presidente del Gobierno y ex líder del PSOE, según fuentes cercanas a Sánchez, es «el que se encarga de hablar en el extranjero con Junts». En especial con Carles Puigdemont. Bolaños, por su parte, es el que mantiene el diálogo abierto a nivel parlamentario con Míriam Nogueras. Le ayuda el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas. Cerdán, que era hasta ahora el hombre de Sánchez con Junts para la amnistía, «tiene que dedicarse a otras cosas de carácter interno». Por lo que «no puede emplear todo el tiempo que requiere» esta parte final de la negociación con los separatistas. Los últimos fracasos de Santos Cerdán en los encargos que ha recibido por parte de Sánchez, el último el no ser capaz de convencer a José Luis Ábalos de dejar su escaño, también «han empujado al presidente a tomar esta decisión».

Esta nueva fase de las conversaciones entre el PSOE y Junts, para dar luz verde a la amnistía que Pedro Sánchez prometió a los independentistas, es «la más delicada». «Todo pende de un hilo» y «el tiempo nos juega a la contra», señalan fuentes gubernamentales consultadas por este periódico. La reciente hospitalización del secretario general de Junts, Jordi Turull, tras padecer un infarto el pasado lunes, no ha hecho más que añadir otra dificultad a la negociación. Y es que Turull, ex consejero de la Presidencia de Puigdemont durante el golpe de 2017, era el mejor aliado de los socialistas para convencer al ex presidente catalán. «El único capaz de firmar un acuerdo más cercano a nuestro proyecto de amnistía», señalan en el PSOE. Ahora la alternativa es menos halagüeña, pues reconocen que «Nogueras tiene mucha más ascendencia» sobre Puigdemont.

Fuentes socialistas, como ya hicieron antes del revés en la votación del pasado 30 de enero, aseguran desde hace días que «habrá acuerdo». Pero en Junts son mucho más prudentes y cautelosos. Los de Puigdemont hablan de que «aún estamos lejos» de cualquier tipo de pacto, «ya que el PSOE no se mueve ni un milímetro». Tampoco se mueven los junteros. Está por ver si tras la detonación del caso Koldo, y a modo de cortina de humo, como ha hecho en otras ocasiones, Pedro Sánchez da la orden a los nuevos negociadores de aceptar cualquier cosa a cambio de que la amnistía sea aprobada. «No está previsto por ahora», admiten fuentes cercanas al presidente. Pero, como nada en él, tampoco es descartable un golpe de efecto en esta dirección.

Nueva prórroga

A falta de ese posible factor sorpresa, que Sánchez siempre guarda con mucho celo, el PSOE ya contempla la petición de una nueva prórroga para seguir negociando la Ley de Amnistía en el marco de la comisión de Interior del Congreso. Sería la segunda tras la devolución del texto al ser rechazado por el pleno de la Cámara Baja. Fuentes socialistas creen que la ampliación del tiempo para negociar «puede ser muy beneficiosa». Entre otras cosas para dar tiempo al convaleciente Turull a reincorporarse a las conversaciones –abandonó el hospital este jueves–. Que Turull vuelva a la negociación rebajaría el poder de Nogueras y Puigdemont en caso de verse obligados a alcanzar un acuerdo a lo largo de la próxima semana.

Pero la segunda prórroga, que sería para un plazo de dos semanas más, tiene dos aspectos en contra, según fuentes gubernamentales. En primer lugar, el retraso en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. María Jesús Montero quería tenerlos aprobados para finales de marzo. En segundo, la posibilidad de que la decisión del Tribunal Supremo de investigar por terrorismo a varios encausados se tope con los límites de la amnistía en los términos que la plantea Sánchez a día de hoy.

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