Crisis del coronavirus

Sánchez agita el miedo para conservar su poder absoluto: «Es el único camino para frenar al virus»

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Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha agitado el miedo en el debate de la quinta prórroga del estado de alarma en el Congreso de los Diputados para mantener su poder absoluto: «El estado de alarma es el único camino para frenar el virus».

Sánchez asegura que «no es todavía el momento de levantar el estado de alarma». Y se ha preguntado: «¿Qué beneficios obtendríamos con ello?». Para el presidente sería una decisión «irresponsable» y ha atacado a la oposición avisando de que «nadie tiene derecho a derrochar lo que hemos conseguido estas semanas».

Con el nerviosismo de quién no tiene la votación ganada, fruto de su mala gestión y el hartazgo de la oposición por el menosprecio constante al que les somete, el jefe del Ejecutivo ha espetado que «resulta falso pedir al Gobierno sustituir el estado de alarma por un rosario de medidas que entorpecerían». En este sentido ha recordado que «se ha dicho que existían herramientas alternativas pero el estado de alarma está en la Constitución».

No obstante, Sánchez ha anunciado que se comprometía a «planificar, negociar y modificar leyes» para gestionar el seguimiento de la pandemia una vez expire el estado de alarma. Estas leyes, que ahora no considera válidas, y que la oposición le pide substituir por el decreto que se prorroga este miércoles, son la ley de salud pública y la ley de seguridad nacional. A la práctica, con ambas leyes, Sánchez podría mantener gran parte de las medidas actuales, pero con un sistema más transparente y democrático que le retiraría poderes y le obligaría a dialogar más en el Congreso.

Moncloa defiende que durante el estado de alarma no se ha limitado ningún derecho, que, según el presidente, «están garantizados». Pedro Sánchez ha alardeado que, durante estos más de dos meses de excepcionalidad, «se ha sido respetuoso con todos los derechos individuales», no tocando ni el derecho de información ni el de expresión. Todo mientras su ministerio del Interior, dirigido por Fernando Grande-Marlaska, deniega constantemente las peticiones de autorización para celebrar protestas contra su gestión.

Sánchez, al inicio de su intervención, ha hecho un repaso a todas las decisiones que ha tomado su Gabinete desde el inicio de la pandemia en un ejercicio de autocomplaencia sin hacer la más mínima autocrítica. El presidente ha vuelto a decir que «fuimos el primer país europeo en decretar el estado de alarma en número de contagios y de fallecidos» . Ha sido al término, ya en el tiempo de descuento, que ha reconocido «errores» y ha pedido perdón por no «encontrar a tiempo los recursos materiales».

Según el jefe del Ejecutivo «la pandemia no ha sido un problema de nuestro país» ya que «todos los países han vivido la misma tragedia». No obstante España es el lugar donde se registra una mayor letalidad y donde se contabilizan más sanitarios afectados. Pedro Sánchez defiende su gestión afirmando que «en solo 30 días pasamos de la incredulidad a la necesidad».

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