El Gobierno que aseguró que la mascarilla no era «obligatoria» ahora critica la cartilla Covid de Ayuso

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijo en febrero que el uso de mascarilla «no era necesario» pese a que la pandemia del coronavirus estaba en su momento más incipiente y a la vista de que en otros países, especialmente en Asia, su uso era generalizado. Ahora, el Gobierno carga contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por imponer la llamada cartilla Covid, un método para detectar las personas que ya han pasado la enfermedad o tienen anticuerpos.

El Gobierno madrileño ha tomado dos decisiones importantes este martes en su lucha contra los rebrotes provocados por el coronavirus. Por un lado, ha impuesto el uso obligatorio de la mascarilla. También ha anunciado la implantación de la cartilla Covid, para detectar a personas que ya han pasado la enfermedad o están inmunizadas.

Pero ni al Gobierno de Pedro Sánchez ni a sus socios les han parecido medidas adecuadas. Las han criticado en una nueva campaña contra el Gobierno del PP y Cs en la Comunidad de Madrid. Por un lado, critican que la obligación de llevar la mascarilla llega tarde –el resto de comunidades ya la habían impuesto– y, por otro, consideran innecesaria la cartilla Covid, a la que políticos de Podemos se refieren como cartilla «segregadora».

Uno de los que ha salido en tromba a criticar las medidas de Isabel Díaz Ayuso ha sido el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Aduciendo que ningún organismo internacional aconseja su implantación, Illa asegura que «no lo recogemos en ninguno de nuestros documentos ni ningún organismo internacional apoya medidas de este tipo», ha justificado el ministro en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros de este martes, apostillando que ha conocido la puesta en marcha de esta ‘cartilla’ a través de los medios, y no por comunicación directa con las autoridades madrileñas.

Salvador Illa ha demostrado su falta de memoria. El propio ministro dio unos bandazos durante la gestión de la pandemia dignos de recordar. Por ejemplo, en el mes de febrero aseguró en una rueda de prensa que «el uso de la mascarilla» no era necesario. En ese momento, la pandemia ya había llegado a nuestro país. Sanidad contaba con estadísticas que presagiaban una alta tasa de contagios. Aún así, el propio Ministerio de Sanidad desdeñó el uso de la mascarilla, que se ha visto muy eficiente en el control del virus y cuyo uso, actualmente, está fuera de toda duda.

No fue hasta mediados de abril, cuando ya se producían miles de muertos en España por la pandemia, cuando a Salvador Illa no le quedó más remedio que rectifica y asumir que la mascarilla era necesaria, muy necesaria. «Nosotros recomendamos el uso de mascarilla», dijo en línea con las recomendaciones de organismos internacionales.

Otro que había criticado el uso de la mascarilla fue Fernando Simón, que pasó de decir que en España habría «apenas unos pocos casos de coronavirus» a decir a finales de abril que la mascarilla era «muy deseable».

El Gobierno ha demostrado con sus bandazos una falta de criterio notable, por acción u omisión, en la gestión de la pandemia. Por eso, choca que cuando un Gobierno autonómico como el madrileño tome medidas para avanzar en la lucha contra los rebrotes, salgan en tromba a criticar dichas medidas. Poco ha criticado Illa, posible candidato del PSC a las elecciones autonómicas catalanas, sobre el desastre que ha provocado la gestión de Quim Torra convirtiendo a Cataluña en foco de una oleada de rebrotes.