La Sala de Apelación ratifica que no hubo terrorismo en la paliza a los guardias civiles de Alsasua

La Sala de Apelación de la Audiencia Nacional ha ratificado que la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua (Navarra) en octubre de 2016 no fue terrorismo y ha mantenido las penas de entre 2 y 13 años de cárcel que les fueron impuestas a los ocho acusados, si bien una de ellas ha sido rebajada por una cuestión técnica, han informado a Efe fuentes jurídicas.

Alsasua
Juicio a los agresores de Alsasua. (Foto: EFE)

La sección primera de lo Penal condenó en junio a ocho acusados de participar en esta agresión, ocurrida en la puerta de un bar de Alsasua, por delitos de atentado a agentes de la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y amenazas, pero, en contra del criterio de la Fiscalía, descartó que fueran de carácter terrorista pese a la «notabilísima gravedad de los hechos».

Ahora la Sala de Apelación -compuesta por Enrique López, Eloy Velasco y José Ramón Navarro- confirma la sentencia de la sección primera y rechaza los recursos de las defensas y de la Fiscalía, que pedía aumentar las condenas por haber tenido la agresión una finalidad terrorista.

La sentencia, difundida este jueves, desestima así el recurso planteado por la Fiscalía, que sí calificaba los hechos como terroristas, así como los planteados por las defensas salvo en un caso, el de Iñaki Abad, que fue sentenciado a 10 años de prisión y a quien ahora la Sala rebaja a 6 años la pena al apreciar además de un delito de desórdenes públicos, un sólo delito de atentado a la autoridad y un sólo delito de lesiones, y no los dos que inicialmente se le habían atribuido.

En el resto de los casos, confirma la sentencia inicial que impuso 13 años de cárcel para Ohian Arnanz, 12 para Jokin Unamuno y Adur Ramírez, 9 años en el caso de Jon Ander Cob, Julen Goicoechea y Ararz Urriola y 2 años para Ainhara Urquijo, la única condenada que no ha llegado a ingresar en prisión.

«Fue claramente una paliza»

Los policías forales que acudieron al bar Koxka la madrugada del 15 de octubre de 2016, cuando fueron agredidos dos guardias civiles y sus parejas, corroboraron durante el juicio que se celebró en la Audiencia Nacional que lo ocurrido aquel día no fue una pelea, sino que “fue claramente una paliza”.

Los agentes fueron los primeros en llegar al lugar de los hechos y explicaron al tribunal que lo primero que se encontraron al llegar allí fue bastante gente —unas 40 personas— en la calle y al teniente tirado en el suelo, con sangre en la boca y fuerte dolor en una pierna.

El sargento, por su parte, estaba alterado, “llorando”, y tenía la camisa, que era de color blanco, “llena de suelas de zapato”. “Fue muy impactante”, declaró uno de los policías forales, motivo por el cual llamaron a una ambulancia.

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