Queda en libertad un preso etarra que exigió a la banda matar a funcionarios de prisiones
A los acercamientos de presos de ETA al País Vasco, con 11 aprobados por el Gobierno de Pedro Sánchez este mismo jueves, se suma el incesante goteo de puestas en libertad de terroristas de las cárceles vascas. El último en salir, este mismo viernes, ha sido Karlos Apeztegia Jaka. Cumplía condena en Martutene (Guipúzcoa) tras haber sido detenido en 2018: una larga investigación policial encontró una carta que Apeztegia envió a la dirección de ETA pidiendo matar a funcionarios de prisiones. Señalaba, especialmente, a los «fascistas» de ACAIP. La misiva fue incautada a un comando terrorista y contenía datos concretos sobre personas a asesinar e incluso sugiriendo «poner un coche bomba en la sede de dicho sindicato en Madrid».
«¡Bienvenido Karlos! Uno menos». Con ese mensaje, la plataforma de presos Etxerat anunciaba la puesta en libertad de Apeztegia. El último preso en quedar libre tras su paso por una cárcel vasca. Esta misma mañana era recibido por amigos y familiares a las puertas de prisión, donde se fotografiaba con una ikurriña y con la bandera que reivindica la libertad para los presos.
Apeztegia, de 58 años, ha pasado en varios periodos por la cárcel por su militancia activa en ETA. Fue clave en el engranaje del sistema de cobro del impuesto revolucionario, llegando a intentar asesinar a un empresario que se negó a pagar 50 millones de pesetas a la banda.
En su penúltima estancia en prisión, cuando cumplía condena en Málaga por estas extorsiones, consiguió enviar una carta en euskera a ETA. Fue en 2003. El texto, que años más tarde incautaría la Guardia Civil en manos de un comando, cayó en el olvido entre un montón de documentación pendiente por revisar. Fue en 2013 cuando un equipo de investigadores de la Guardia Civil la encontraron revisando papeleo, mientras buscaban pistas para reabrir asesinatos sin resolver de la banda.
La carta
«Hay que enviar un mensaje claro a los carceleros. Cada vez que peguéis una paliza a uno de nuestros compañeros, pegaremos contra vosotros. Son del sindicato de carceleros fascistas ACAIP y probablemente sería un mensaje claro poner un coche bomba en la sede de dicho sindicato en Madrid. Una acción de ese tipo tendría un eco considerable y sería ideal para meter el miedo en el cuerpo a los carceleros», decía sucintamente la carta, escrita en euskera y que consiguió pasar los filtros de la prisión malagueña.
Apeztegia, tras una larga investigación de la Guardia Civil denominada Lenteak («gafas»), fue detenido en Hernani en 2018. Regresó a prisión por integración en organización terrorista. Hasta hoy, que vuelve a estar en libertad tras cumplir un total, en varias condenas, de 26 años en la cárcel.
Ion Parot
Entre los etarras que han quedado en libertad esta misma semana también está Ion Kepa Parot, hermano mayor de Henri Parot, que recientemente ha sido trasladado al País Vasco.
Ion Parot Cumplía condena una cárcel francesa, en Muret, y ahora deberá pasar un año en arresto domiciliario en su domicilio de Bayona con una pulsera electrónica. Ha cumplido íntegramente los 32 años de cárcel a los que fue condenado en Francia, donde, a diferencia de lo que está ocurriendo en España, no se le ha aplicado ninguna reducción de penas.