Independentismo en Cataluña

Puigdemont dice que una «herencia genética» distingue a los catalanes españoles de los separatistas

Carles Puigdemont
Carles Puigdemont en una imagen de archivo.
Agustín de Grado
  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

La justificación racial del independentismo catalán vuelve a enseñar la patita. Carles Puigdemont, el ex presidente dado a la fuga, asegura que existe un componente genético que permite distinguir a los catalanes que a la vez se sienten españoles de los que no. Y esa «herencia genética» procede, cómo no, de 1714, la fecha mítica que el nacionalismo catalán ha falseado para documentar su victimismo.

Lo ha explicado Puigdemont en un tuit que, con motivo de la Diada, no ha pasado desapercibido. Según el ex presidente, «la Diada no conmemora la victoria borbónica. Nació para recordar la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas y la consecuente represión. Los herederos genéticos y políticos de los ganadores no deberían de sorprenderse».

Es la primera vez que Puigdemont apela a lo racial para justificar la existencia de catalanes que se consideran también españoles o únicamente españoles, la mayoría social según el Centro de Estudios de la Generalitat, popularmente conocido como el CIS catalán.

Antes que el prófugo, fue su sucesor en la plaza de Sant Jaume, Quim Torra, quien pretendió acreditar en el ADN la diferencia entre los catalanes y el resto de los españoles. «Hay alguna cosa freudiana en en estas bestias. O un pequeño estremecimiento en su cadena de ADN. ¡Pobres individuos!», escribió en 2012, en un artículo titulado ‘La lengua y las bestias’.

Y aún más lejos en el tiempo, en 2008, Oriol Junqueras declaró al diario separatista ‘Avui’: «Los catalanes tenemos más proximidad genética con los franceses que con los españoles».

Todos los nacionalismos excluyentes siempre han pretendido autojustificarse con un supuesto origen racial. Lo hizo Adolf Hitler con la raza aria para justificar el Lebensraun, el «espacio vital» del Reich, y lo hacía el PNV cuando Xabier Arzallus defendía la identidad racial vasca con el RH positivo de la sangre. «La cuestión de la sangre con el RH negativo confirma sólo que este pueblo antiguo tiene raíces propias, identificables desde la prehistoria como sostienen investigaciones de célebres genetistas», explicaba el histórico dirigente vasco a todos los que querían escucharle.

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