El PSOE pasa al ataque en Murcia: prepara una auditoría de urgencia para tener un ‘escándalo’ antes del 4M

Moción censura Murcia
Carlos Cuesta

El PSOE logra su objetivo. José Antonio Serrano es el nuevo alcalde de Murcia: el socialista ha conseguido la vara municipal tras salir adelante la moción de censura que presentó su formación junto a Ciudadanos para desbancar a José Ballesta, hasta ahora alcalde del Consistorio con el PP. Y el primer objetivo del nuevo equipo de Gobierno tendrá mucho que ver con una estrategia nacional: realizar una auditoría de urgencia con el propósito de provocar un rápido levantado de alfombras y encontrar cualquier atisbo de escándalo que poder usar en la campaña electoral del 4M, las autonómicas de la Comunidad de Madrid.

La moción ha triunfado gracias a los 15 votos a favor de PSOE, Ciudadanos y Podemos. La suma de PP y Vox (14) no ha sido suficiente para mantener a Ballesta como alcalde. Se trata de la primera moción de censura de la historia en el Consistorio murciano. Los socialistas recuperan la Alcaldía tras perderla en las elecciones municipales de 1995. El PP la pierde a pesar de que fue la lista más votada en los comicios de 2019, con 11 concejales, frente a los 9 socialistas.

Ése es precisamente uno de los argumentos de los socialistas para pensar que pueden haber encontrado un filón del que extraer un escándalo político. Según su versión, tras más de dos décadas de Gobierno municipal ‘popular’, algo deben poder encontrar. Y ese algo es lo que pretenden usar como arma arrojadiza de urgencia. A poder ser, con el objetivo de generar un escándalo mediático que sirva para alterar el curso de la campaña de las elecciones autonómicas de Madrid del próximo 4 de mayo.

La moción de censura que acaba de abrir una grieta en el poder ‘popular’ en esta región se presentó al mismo tiempo que la del Ejecutivo autonómico de la Comunidad de Murcia. Ciudadanos y PSOE presentaron una moción para intentar derrocar al Gobierno de Fernando López Miras, del PP. En este caso no salió adelante después de que tres de los seis diputados de la formación naranja alterasen su decisión inicial de tumbar el Ejecutivo del PP y se incorporaran definitivamente al equipo de Gobierno de López Miras: Francisco Álvarez, Isabel Franco y Valle Miguélez. La candidata de esta moción fue Ana Martínez Vidal, de la formación naranja.

Pero el PSOE ve ya la puerta abierta en el Ayuntamiento de Murcia a una auditoría económica. Y política. De ahí parte del enorme interés mostrado por los socialistas en estas mociones. De hecho, el pacto inicial entre el PSOE y Cs asumía un reparto más que generoso en favor de los naranjas: la Presidencia autonómica quedaba en manos de Ciudadanos y el Ayuntamiento -como así ha acabado siendo- pasaba a la nómina del PSOE.
La iniciativa autonómica fracasó al no contar con los apoyos parlamentarios necesarios: 21 votos a favor, 23 en contra y una abstención. Ciudadanos presentó esta moción junto a Diego Conesa, el secretario general del PSOE en Murcia que está imputado por corrupción. Pero ese pequeño detalle no pareció importarles a la hora de anunciar que las mociones eran necesarias para «luchar contra la corrupción».

En concreto, Conesa está acusado de un presunto delito de prevaricación administrativa por no tramitar una sanción a un concejal de IU durante un control de alcoholemia cuando el socialista era regidor en el municipio Alhama de Murcia, donde gobernaba con mayoría simple y dependía de los apoyos cruzados con el resto de formaciones políticas.

Terremoto político

La presentación de la moción de censura en la Región de Murcia, provocó, de hecho, un terremoto político que afectó al resto de ejecutivos autonómicos en los que gobiernan en coalición el PP y Ciudadanos. La principal reacción fue el adelanto electoral que convocó Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid para evitar la moción que iba a presentar Ignacio Aguado, entonces vicepresidente autonómico, de la mano también del PSOE. Los comicios madrileños se presentan como claves a nivel nacional, después de que Pablo Iglesias deje el Gobierno de Pedro Sánchez para presentarse como candidato por Madrid.

Esta maniobra de la formación naranja ha acabado convertida en todo un desastre para el partido de Inés Arrimadas: ha provocado una lluvia de bajas en su dirección y la publicación de varias encuestas electorales que anticipan un total batacazo electoral en la Comunidad de Madrid y en otros puntos de España.

Traducido: que el único ganador final de esta alianza entre el PSOE y Ciudadanos parecen ser los socialistas: se quedan con el Ayuntamiento de Murcia y, encima, pretenden obtener material con el que atacar al PP en el resto de plazas de España.

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