El PSOE ordena preparar el camino para sustituir al PNV por Bildu en sus alianzas en el País Vasco
El cambio de tercio de las alianzas del PSOE en el País Vasco se acerca. Tras haber sido avanzado por la líder de los socialistas en la comunidad, Idoia Mendia, ahora ha llegado el momento de ejecutarlo. El Ayuntamiento de Eibar ha sido el lugar elegido para que los socialistas inicien el acercamiento formal a los proetarras de Bildu. Y el contexto no ha sido otro que los Presupuestos para 2021, unas cuentas que ascienden a 40 millones de euros y que el PSOE-PSE ha preferido pactar con la formación de Arnaldo Otegi pese a no necesitar a este partido, básicamente, porque ya contaba con la alianza del PNV para evitar la caída de la norma.
A mediados del pasado mes de diciembre los 6 ediles jeltzales dieron su consentimiento para dejar pasar la norma sin tumbarla. El Ejecutivo local socialista se garantizaba, de esta manera, el paseíllo para sus Presupuestos y el permiso para poder llevar a cabo sus propuestas “sociales”. Pero los nuevos vientos del PSOE nacional y regional han exigido un paso previo: pasar por la casa de los proetarras para consensuar su proyecto presupuestario y no molestar a los 5 concejales de Bildu, del partido de Arnaldo Otegi.
De este modo, las cuentas públicas de Eibar salen adelante con un curioso combinado: el de la abstención pactada con el PNV, fruto del clásico esquema de Gobierno de socialistas y separatistas vascos; y el de la abstención firmada con EH Bildu, consecuencia de las nuevas órdenes de Pedro Sánchez de propiciar un acercamiento y blanqueamiento pleno de los proetarras.
El propio portavoz socialista, Jon Iraola, ha señalado dos puntos en sus explicaciones al grupo municipal. El primero, que el proyecto presupuestario asciende hasta los 40 millones de euros gracias a estos pactos y que eso permite destinar 2 millones a un plan de ayuda para combatir las consecuencias económicas y sociales del coronavirus. Y el segundo, que efectivamente se trata de una decisión de gran trascendencia: porque los socialistas ya habían consensuado las cuentas de 2020 y de años anteriores con el PNV, pero no lo habían hecho con EH Bildu desde 2016. Y ahora vuelven a poner el acento en los proetarras, pese a no necesitarlos.
Bildu adelantó el pacto con el PSOE
Hay que recordar que Bildu dejó claro en plena negociación de los Presupuestos nacionales, que no había pactado con Pedro Sánchez para salvar sólo las cuentas del Estado. Lo había hecho para avanzar en poder e incrementar su influencia en toda España y en una parte de ella, en el País Vasco. Por ello, los proetarras trasladaron al presidente del Gobierno, a través de Pablo Iglesias y en medio de aquella negociación, que uno de los siguientes pasos sería exigir la negociación de los futuros gobiernos municipales y autonómicos en el País Vasco con el PSOE-PSE. Y, por lo tanto, que el PSOE debería dejar de tener como socio estable al PNV.
El presidente de Sortu y parlamentario de Bildu, Arkaitz Rodriguez, dejó bien claro en aquellas fechas que el plan de los proetarras marxistas antisistema, evidentemente, no pasaba por meter pluma en unos Presupuestos Generales del Estado. Rodriguez afirmó en el Parlamento Vasco que su apoyo a los Presupuestos tan sólo tenía un fin estratégico: el de «tumbar el régimen en favor de las mayorías y los pueblos».
Parlamentarios proetarras navarros y vascos no dudaron en alardear de ese punto tras pactar los Presupuestos con Sánchez. Y es que, por lo tanto, su fin último es el de tener poder para cambiar eso que ellos llaman «régimen». Las mismas fuentes, conocedoras de estas conversaciones, destacan que desde Bildu se admite abiertamente lo que estos días se materializa en Eibar: que una de las exigencias al PSOE de Pedro Sánchez a cambio de este apoyo es una petición muy incómoda para el PNV: la de que las negociaciones de futuros gobiernos vascos, tanto municipales, como autonómicos, se tienen que hacer de forma prioritaria con Bildu, y no con el PNV.
«Gobiernos progresistas»
Desde la formación proetarra recuerdan que el Gobierno vasco se ha pactado de forma tradicional entre PNV y PSOE-PSE. Y creen que eso debe dar paso a nuevos tiempos de «gobiernos progresistas».
Igualmente recuerdan desde Bildu que en las elecciones de 2019, algunos ayuntamientos quedaron fuera del ámbito de control de los proetarras, precisamente por esos pactos entre el PNV y los socialistas. Lo cierto es que, tras esas elecciones locales, el PSOE-PSE accedió a las Alcaldías en Zumarraga, con mayoría absoluta, y a las de Eibar, Irún, Lasarte, Iruña de Oca, Ermua y Portugalete gracias a pactos con el PNV. Los socialistas también se quedaron con los Ayuntamientos de Larraul y Berrobi, por ser la única fuerza que concurrió. Y con los de Andoain y Pasajes, tras otro pacto con el PNV pese a ser los socialistas segunda fuerza por detrás de EH Bildu.
Podemos es plenamente favorable a este esquema de Bildu. Uno, por su cercanía obvia a los de Arnaldo Otegi. Dos, porque eso les permitiría entrar en las alianzas -con mucha probabilidad serían necesarios en el Gobierno regional vasco para sumar mayoría-. Por eso, ya en la reciente fase final de la carrera electoral por el Gobierno vasco, Iglesias abrió la puerta a una nueva gobernabilidad nacional: la del PSOE y del partido de Pablo Iglesias con Bildu al 100% y sin el PNV.
La formación morada trasladó ya entonces este ofrecimiento a Pedro Sánchez con una doble vertiente: la regional, centrada en el Gobierno del País Vasco; y la nacional, con el fin de sortear los roces, especialmente los económicos y presupuestarios que surgen cada cinco minutos entre PNV y Podemos. Esta segunda vertiente ya se ha cumplido.