El PSOE acepta la mesa bilateral que exige ERC y promete que las nuevas reuniones serán secretas

Ambas formaciones ven "avances" tras los tres encuentros públicos mantenidos, y otros tantos en secreto, y dan por hecho que habrá investidura, aunque seguramente ya en enero.

PSOE ERC
Gabriel Rufián y Adriana Lastra antes de la reunión

«A partir de ahora más discreción». Así resumía una fuente cercana a la negociación entre el Partido Socialista y Esquerra Republicana, finalizado el tercer encuentro de este martes, el escenario que se abre a partir de ahora. Y ese escenario será similar al de ayer martes. Los negociadores se han prometido abandonar la transparencia, que en su día defendió fervientemente Pedro Sánchez, para continuar viéndose en secreto, alejados del foco mediático y del centro de la vida política. Cerrojazo informativo. Sin cámaras y sin apenas información pública. El objetivo final: avanzar en la mesa de negociación, bilateral, que exigen los separatistas.

La última reunión pública celebrada entre ambos, este martes en Barcelona, se cerró sin acuerdo. “Ha ido” aseguraban a la salida fuentes conocedoras del encuentro. Ni bien ni mal. Las caras de la delegación del PSOE eran significativas de que la negociación no prospera al ritmo deseado, y que el optimismo de investir a Sánchez antes de que acaba el año se diluye. El PSOE se resigna ya a no poder formar gobierno antes del mes de enero.

Otro referéndum

«Hay avances» afirman todos los actores implicados, sin concretar cuáles. Los socialistas siguen asegurando que «todos los pactos estarán dentro la Constitución», pero sí se muestran dispuestos a explorar una mesa de diálogo, de tipo bilateral, y con «lealtad institucional». Esto es, equiparando el Gobierno y la Generalitat. El objetivo final de ERC, en cambio, es quebrantar el orden constitucional con la celebración de otro referéndum secesionista. No hay término medio. Blanco o negro.

Y para que esa mesa de diálogo dé sus frutos el PSOE y ERC no sólo negocian la investidura. Según las mismas fuentes, en los dos últimos encuentros, se ha hablado ya de dar estabilidad al ejecutivo socialcomunista que formen Sánchez e Iglesias. Eso garantiza a ambas partes cuatro años de tregua para cumplir con sus objetivos. El Gobierno subir los impuestos y derogar leyes del Partido Popular y los catalanes continuar con el desafío separatista para no cabrear a sus bases, pero con la tranquilidad de que no habrá «represión» por parte del estado.

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