El PP organiza sus ‘primarias’ desconociendo el número de militantes que pagan sus cuotas
Las primarias en el Partido Popular pondrán negro sobre blanco el músculo real de la militancia del partido. La formación ha acusado tradicionalmente una falta de control sobre el censo real, porque las listas de afiliación son gestionadas a nivel regional. Eso lleva, por ejemplo, a que en la sede central de Génova se desconozca cuántos afiliados no están al corriente de pago de sus cuotas, uno de los requisitos para poder participar en la elección del próximo líder del PP.
La formación presume de unas abultadas cifras de militancia, con 869.535 afiliados en toda España, según datos actualizados a 6 de junio. Sin embargo, eso no implica que todos estén al corriente de sus pagos. Ni mucho menos. De hecho, según estimaciones del partido, apenas un 10 por ciento -un 20 por ciento en los cálculos más optimistas- cumple con sus cuotas.
El agujero de las bases
Esta circunstancia, aunque conocida desde hace años, preocupa especialmente ahora, cuando las cifras de participación pueden dejar al descubierto el agujero de las bases. Por poner un ejemplo, en el precedente de primarias en la Comunidad de Madrid, en 2017, tan sólo se inscribieron 11.088 afiliados. Es decir, apenas un 11,7 por ciento de los afiliados que el partido decía tener en esta región, 94.200.
La formación presume de unas abultadas cifras de militancia, con 869.535 afiliados en toda España, según datos actualizados a 6 de junio
De ahí que, en las últimas horas, desde las sedes regionales se insista a los afiliados para que se pongan al día, simplemente, con el pago de 20 euros. Cumplir ese requisito es esencial para participar en la votación. Pero no es el único: los militantes tienen también que inscribirse, es decir, comunicar su intención de querer votar.
Fallecidos en el censo
El año pasado, cuando el PP estableció este sistema de doble vuelta para que la militancia participe, ya surgieron dudas sobre la validez del censo. Entonces, la formación vio prioritario hacer un ejercicio de ‘limpieza’, que le permitiera ajustar las cifras a la realidad. Por poner un ejemplo, el alcance del descontrol era tal que algunos censos regionales incluían todavía a fallecidos.
Sin embargo, el partido descartó sacar del censo a los afiliados que debían cuotas, al considerar que, si no comunicaban personalmente su intención de darse de baja, sería porque no querían hacerlo. Algunas federaciones hicieron un esfuerzo por actualizar los datos, pero la conclusión es que Génova sigue sin disponer de cifras precisas, y reales, de cuántos afiliados dispone.
El descontrol en algunos censos regionales es tal que algunos incluían a fallecidos
Entre 2013 y 2016-últimos datos actualizados-el partido ha visto menguados sus ingresos por cuotas de afiliados en un millón y medio de euros (de los 4.436.327,94 a los 2.941.875,66). El dato da una idea aproximada de los afiliados que no han cumplido con los pagos, aunque hay que considerar también que el importe de las cuotas ha podido variar a lo largo de este tiempo. Ese importe es dispar entre los territorios, de forma que en una provincia se puede pagar 20 euros al año y el precio puede superar los 30 euros en otra.
Las cifras serán termómetro de un proceso en el que no sólo los aspirantes, sino también el partido, busca una escenificación de fuerza. Por ahora, el dato es el de los avales presentados por cada candidato: 5.000 en el caso de Pablo Casado, más de 3.200 Cospedal y unos 500 García-Margallo. El resto-Soraya Sáenz de Santamaría, José Luis Bayo, José Ramón García Hernández y el concejal valenciano Elio Cabanes- no desvelaron sus apoyos.
El plazo para la inscripción de los militantes finaliza el próximo lunes, 25 de junio. Los afiliados podrán votar el 5 de julio en un sistema de dos urnas: en la primera, se elegirá al presidente del partido por voto directo, y en la segunda, a los compromisarios.
En esta votación saldrán dos candidatos, que son lo que llegarán al congreso del 20 y 21 de julio, donde ya solo elegirán los compromisarios. Existe eso sí la posibilidad, aunque remota, de que esta primera votación arroje ya un candidato único. Eso solo sucederá si alguno de los siete precandidatos consigue más del 50% de los votos, más del 50% en 30 circunscripciones sobre un total de 60 y una diferencia de al menos 15 puntos sobre el siguiente precandidato. Algo prácticamente imposible.