El PP no habla ni de Cifuentes, ni de C’s, ni del PNV, ni del Estatuto vasco en su reunión de ‘barones’
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantuvo una reunión de más de tres horas con sus ‘barones’ autonómicos en Génova en la que no se habló ni de las declaraciones ante la Justicia de Francisco Granados –en las que implicó en la financiación B de su partido a la presidenta autonómica Cristina Cifuentes–; ni se habló de las encuestas que sitúan al PP en una caída hasta una órbita cercana a los 100 diputados; ni se habló del nuevo Estatuto vasco reclamado por los nacionalistas -donde se exige una consulta separatista-; ni se habló de la subida en intención de voto de Ciudadanos.
Se habló, eso sí, del pacto del agua. Y de financiación autonómica. Pero no de la situación de fondo que atraviesa el PP.
Mariano Rajoy había convocado a todos sus dirigentes regionales a una reunión con el objetivo principal de hablar del futuro modelo de reparto de los fondos nacionales entre las autonomías españolas. Pero una reunión de estas características parecía prestarse –en un día como ayer– para poder debatir las últimas encuestas que apuntan a un empate técnico entre el PP, Ciudadanos y el PSOE o, incluso, a que Ciudadanos estaría en disposición de adelantar al partido de Rajoy, y para afrontar el problema de las continuas acusaciones de corrupción que siguen apareciendo contra el PP cuando, cada vez, queda menos tiempo para las elecciones autonómicas y locales.
Pero, con más de tres horas de reunión, los máximos responsables del PP no sacaron tiempo para afrontar esos problemas.
Las delegaciones de la Comunidad Valenciana, Baleares y Navarra sí encontraron un momento para advertir del problema de las comunidades cercanas a plazas nacionalista-separatistas. Y es que, según alertaron, el avance de los movimientos independentistas está provocando que existan claramente tensiones a favor de incorporar estos tres territorios a sus regiones vecinas y con clara corriente separatista –Cataluña y País Vasco–.
Pero tampoco se generó un gran debate sobre este asunto. Y ello, pese a que se denunció un adoctrinamiento escolar y cultural generalizado que, pese a todas las evidencias, dentro del partido hay líderes que siguen minusvalorando y lo ven exclusivamente puntual.
Tampoco se habló de una posible estrategia conjunta para evitar el avance de Ciudadanos. El mensaje oficial fue más bien diseñado para amortiguar el debate sobre este asunto. Y es que, según los planteamientos oficiales, todavía es pronto para afirmar que el partido de Albert Rivera vaya a llegar a las elecciones con la intención de voto que hoy muestra en las encuestas. Tampoco nadie preguntó si, a lo mejor, es más útil, analizarlo antes de que, en vez de pronto, sea tarde.
El contagio separatista del País Vasco y su propuesta de nuevo estatuto en el que, según los deseos de Urkullu, se exigirá que haya un referéndum rupturista, tampoco despertó el interés de los responsables del PP, que prefirieron pasar a hablar de financiación autonómica. De hecho, ningún barón del partido preguntó por la estrategia del PP, ni cuestionó las líneas maestras, ni pidió debatir sobre ello.
Temas:
- Mariano Rajoy
- PP