CATALUÑA

Un policía denuncia a la independentista que le dio un beso no consentido durante los disturbios del 1-O

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Ángel Moya

Un policía nacional ha presentando una denuncia por agresión sexual a la independentista que le dio un beso en la boca durante los disturbios del 1-O de 2017. El agente relata que el beso fue de forma sorpresiva y no consentido, buscando una reacción que desencadenara una situación de violencia generalizada en un momento de máxima tensión entre los manifestantes y los policías que decomisaban las urnas del referéndum ilegal de 1 de octubre de 2017.

La denuncia se ha interpuesto ante el Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona. En ella, el denunciante que es uno de los 45 policías imputados por su actuación durante los disturbios, describe los hechos acaecidos el 1 de octubre de 2017 en la calle Vía Augusta número 202 de Barcelona, ante los servicios centrales del Departamento de Enseñanza. Según el agente, «allí, una mujer desconocida y de manera sorpresiva, inopinada, repentina y consentida me da un beso en la boca, constitutivo de un delito contra la libertad sexual del art. 181 y siguientes del Código Penal».

La acción de la manifestante tuvo lugar, según el policía, cuando se acababan de intervenir las urnas electorales ubicadas en el centro, que funcionaba como un colegio electoral.

En ese momento, cuando los agentes se replegaron entre gritos, insultos, agresiones y vejaciones, una señora de unos 60 años, según el relato del agente le agarró «con ambas manos del cuello y del casco antidisturbios, acercando su cabeza», le inmovilizó y le besó.

El policía que ha presentado la denuncia ha explicado, además, que «todo ello aconteció en un ambiente de extrema violencia ambiental y buscando además del ánimo libidinoso que le pudo complacer el hecho, una reacción que sirviera de desencadenante de una situación de violencia generalizada».

La reacción del agente, según reza en la denuncia, fue de profundo asco, pero de contención ante la situación de extrema violencia que los policías vivían en cada lugar habilitado como colegio electoral y ese en concreto.

El policía recibió el beso tras el 1-O

«Al agarrarme de la parte baja del casco no puedo zafarme ni impedir que doble mi espalda, todo ello al intentar evitar tener una respuesta brusca al abuso que pudiera desencadenar una situación de riesgo aún mayor para la integridad de los actuantes de la que ya estábamos soportando», ha agregado al respecto.

La denuncia termina solicitando al juzgado que identifique a la demandada, al aparecer visiblemente en el vídeo que proporciona, incluso a través de la divulgación pública del mismo, dado que lleva expuesto en el canal de la plataforma de vídeos desde el día que se produjo.

También, solicita que se imponga a la demandada una orden de alejamiento de 1.000 metros respecto al denunciante y la prohibición de comunicación con el mismo por cualquier medio.

Desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP), al que está afiliado el agente denunciante, instan a los poderes públicos a que pongan a disposición de este agente y de todos sus compañeros heridos durante los disturbios del procés, las herramientas necesarias para proteger sus derechos. «Seguimos con un procedimiento judicial en el que han sido imputados 45 policías, mientras nosotros recibimos insultos, vejaciones y agresiones como en este caso, cuyos autores siguen impunes», sostienen fuentes del sindicato policial. El agente denunciante está a su vez imputado por su actuación durante los disturbios.

La denuncia por agresión sexual tiene pocos visos de prosperar, ya que un beso no consentido sólo se considera agresión sexual a partir de la reforma de la Ley Montero en 2022 y en España no es posible aplicar la Ley de forma retroactiva. Antes de la última reforma legislativa, la acción que denuncia el policía encajaría en la calificación de un delito de abuso sexual.

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