El PNV pone precio a sus 5 escaños: acabar con la inviolabilidad del Rey y los secretos oficiales
Gesto del PNV que pone en valor sus 5 escaños, imprescindibles tanto para la investidura de Alberto Núñez Feijóo como para la de Pedro Sánchez. Los nacionalistas vascos han presentado este martes sus primeras proposiciones de ley en el Congreso de los Diputados con dos objetivos claros: acabar con la inviolabilidad del Rey y los secretos oficiales. No son nuevas, pues se trata de sendas iniciativas que se quedaron en la nevera de la pasada legislatura, pero ahora adquieren una nueva dimensión por el carácter irrenunciable que el voto del PNV tiene para los dos candidatos que aspiran a formar Gobierno.
El mercado de la investidura está en ebullición. Si la mañana de este martes era Arnaldo Otegi, líder del EH Bildu, quien fijaba los «tres grandes ejes de actuación» que deberán desplegar el PSOE y Sumar al frente del Gobierno (libertad de los presos etarras, reconocimiento del País Vasco como nación y agenda social), el PNV ha marcado territorio en la Carrera de San Jerónimo con iniciativas como la de limitar la inviolabilidad del Rey a sus actos institucionales.
Creen los nacionalistas vascos que la previsión constitucional no se puede interpretar hasta el infinito porque el monarca, que además es el Jefe del Estado, no puede estar situado por encima de los valores estructurales de la propia Constitución y de las leyes. Aseguran, además, que «la voluntad del legislador no era que la inviolabilidad fuera absoluta». La iniciativa fue registrada en junio del año pasado, al hilo de la polémica surgida por las actividades privadas de Juan Carlos I, pero no llegó al Pleno del Congreso. El PSOE y el PP siempre se opusieron a abrir este melón.
Las huestes de Andoni Ortuzar en Madrid vuelven a insistir también con su reforma de la Ley de Secretos Oficiales, una norma en vigor desde 1968, cuando aún vivía el dictador Francisco Franco, y que el PNV viene intentando cambiar desde hace siete años. Llegó a ser tomada en consideración por el Pleno del Congreso la pasada legislatura, pero que quedó sepultada en decenas de prórrogas de enmiendas porque el Gobierno de coalición prometía presentar su propia reforma.
La idea del PNV es que en toda clasificación de una materia se establezca el plazo de su vigencia, no pudiendo superar los veinticinco años para materias calificadas secretas y los diez años para las reservadas, salvo que el Consejo de Ministros disponga su prórroga excepcional y motivada, en el exclusivo caso de las materias secretas, por un nuevo período máximo de diez años. Son condiciones menos restrictivas que las que planteaba el proyecto del Ministerio de Presidencia de Félix Bolaños.
Como viene haciendo desde diciembre de 2016, el PNV vuelve a intentar que se revoque la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional que aprobó el PP de Mariano Rajoy para imponer el recurso previo de inconstitucionalidad y para inhabilitar a cargos que incumplen las sentencias del Constitucional. El PSOE aceptó tramitar esta ley la pasada legislatura porque estaba dispuesto a reformar esas sanciones, pero no contemplaba derogar el recurso previo. Sea como fuere, la iniciativa decayó con la disolución de las Cortes y ahora vuelve a la Cámara. Los cinco escaños del PNV tienen ahora una fuerza mayor que los últimos cuatro años.
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