Crisis del coronavirus

El plan antibrotes de Sánchez desprecia el peligro de los asintomáticos: «No está claro su papel»

mascarilla interiores
Pedro Sánchez, en el Congreso.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El plan del Gobierno de Pedro Sánchez para hacer frente a una nueva oleada de la pandemia del coronavirus desprecia el riesgo de los casos asintomáticos, cuya proporción supera actualmente con amplitud a los pacientes con síntomas.

Pese al desafío que suponen para la contención del virus, y pese a la dramática experiencia de los últimos meses,  la estrategia del Ejecutivo no considera su peligrosidad. De hecho, el documento llega a señalar que «no está claro el papel que los casos asintomáticos tienen en la transmisión de la enfermedad». «Se asume que la mayor parte de ésta ocurre por los casos pre-sintomáticos y los casos sintomáticos», se lee en el informe que constituye la respuesta del Gobierno ante una segunda ola, que ya se ha revelado con brotes en numerosas regiones de España. Sólo en dos ocasiones se cita a los asintomáticos.

El plan se centra fundamentalmente en el refuerzo de la detección precoz, donde destaca la realización de test PCR a las personas con síntomas en 24 horas o el aumento de recursos de vigilancia epidemiológica, que hasta ahora se han demostrado insuficientes. También se incluyen planes de contingencia para asegurar la disponibilidad de recursos hospitalarios, tratamientos en domicilio o la implementación de medidas de «prevención y protección colectiva», las consabidas distancia interpersonal, higiene de manos o utilización de las mascarillas. También se enfatiza el papel de España en las negociaciones para la futura adquisición de la vacuna, la investigación o la dotación de una reserva estratégica de material.

Sin test masivos

Sin embargo, el rechazo a una estrategia de testeo masivo complica enormemente la identificación de los asintomáticos, cuyo papel en la transmisión ha quedado demostrada. En este sentido, el plan se constituye más como una herramienta para contener los posibles brotes que para evitarlos, distinguiendo entre varios escenarios: «Brotes controlados o casos esporádicos limitados», «brotes complejos o transmisión comunitaria esporádica» o «transmisión comunitaria no controlada». En este último caso, por ejemplo, se plantean «acciones simultáneas de confinamiento en todo el territorio estatal o en territorios específicos», restricciones de la movilidad, cierre de establecimientos o cancelación de eventos.

El caso es especialmente llamativo en entornos sensibles, como las residencias. El plan reconoce que «es prioritario evitar la introducción del virus en estos centros», pero se centra esencialmente en la existencia de casos, no en la identificación preventiva de los posibles asintomáticos. Es entonces cuando se activa todo un mecanismo de aislamiento, cuarentena de contactos, búsqueda activa de contagiados o restricciones de salidas. La realización de estudios de cribado, con PCR o serológicos, es una opción marginal que sólo «se valorará».

Otro ejemplo discutido es el control en aeropuertos. El Gobierno sigue rechazando exigir la realización de la prueba PCR -eficaz para identificar la enfermedad activa- antes de entrar en España. En su lugar, el plan de «triple control» sólo contempla tres medidas: un formulario que los pasajeros deben rellenar antes de viajar y que es fácilmente falseable, un «control visual» -basado en criterios tan inespecíficos como la palidez o la sudoración, según confirmaron fuentes de Sanidad a OKDIARIO- o la medición de la temperatura, que sólo se activa por encima de los 37,5º. Incluso la Unión Europea (UE) ha desacreditado esta medida por considerarla ineficaz, y ha avisado que no permite detectar viajeros asintomáticos, con el riesgo que ello supone.

La OMS alerta del riesgo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sí ha avisado que las personas sin síntomas pueden transmitir la infección a otros, en especial en situaciones en las que se expulsa aire con fuerza, como pueden ser los entornos de ocio. El organismo tuvo que aclarar recientemente las afirmaciones de su directora técnica, la epidemióloga Maria Van Kerkhove, que consideró «inusual que una persona asintomática transmita la enfermedad».

En rueda de prensa posterior, el director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Michael Ryan, aclaró que «tanto las personas con síntomas como las personas sin síntomas son parte de la transmisión. (…) Por esto es tan difícil parar este virus».

De hecho, la OMS lleva pidiendo desde hace meses a los países que hagan test y más test para poder controlar lo antes posible la pandemia, ante la dificultad de identificar los casos que no presentan síntomas.

Los asintomáticos disparados

El Ejecutivo, en cambio, es consciente de que la proporción entre pacientes con y sin síntomas está en aumento.

Así lo recogen los balances que diariamente ofrece el Ministerio de Sanidad. Aunque no se aportan cifras concretas, la evolución gráfica (tabla de la derecha) permite observar cómo la diferencia entre los casos asintomáticos y sintomáticos se va incrementando.

 

Lo último en España

Últimas noticias