Sánchez a sus ministros: «Tramitamos el indulto pero no habrá que darlo, ni ellos ni nosotros lo queremos»

ERC quiere amnistía para los presos golpistas, que es una figura distinta a la medida de gracia

El Gobierno anuncia que empezará a tramitar los indultos de los golpistas la semana que viene

Pedro sánchez indulto
Pedro Sánchez presidiendo su consejo de Ministros. (Foto: Francisco Toledo)
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez acaba de abrir la puerta a la tramitación del indulto para los golpistas. Su intención es contentar a ERC y engrasar el acuerdo presupuestario. Pero pretende hacerlo con un peligroso juego en el que piensa que nunca tendrá que cumplir con la medida de gracia que exoneraría de prisión y condena a los responsables del golpe separatista del 1-O.

El mensaje de Pedro Sánchez a los ministros desvela su estrategia: «Tramitamos el indulto pero no habrá que darlo. Ni ellos ni nosotros lo queremos». El PSOE no lo quiere porque es consciente del impacto en la opinión pública. Y ERC es verdad que prefiere otra fórmula: la amnistía, porque el indulto implica asumir un perdón que, en el fondo, se administra en nombre del Rey.

El Gobierno empezará a tramitar la semana que viene los perdones a todos los golpistas catalanes condenados por el Tribunal Supremo. Así lo ha anunciado el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, en respuesta a una pregunta de la portavoz de JxCAT en el Congreso, Laura Borràs, durante la sesión de control al Gobierno de este miércoles. El titular de Justicia ha asegurado a la diputada separatista que su tramitación «es lo que toca».

Varias peticiones

El Ejecutivo de Pedro Sánchez tiene sobre la mesa varias peticiones de indulto para los condenados por su participación en el golpe separatista. La primera se registró el pasado mes de diciembre por parte de un abogado particular. En su escrito solicitaba el indulto para todos los golpistas condenados semanas antes en el alto tribunal.

Meses más tarde, la UGT de Cataluña solicitó el indulto para la ex consejera de Asuntos Sociales y Familias, Dolors Bassa. Hace unas semanas tres ex presidentes, Núria de Gispert, Ernest Benach y Heribert Barrera, pidieron indultar a la ex presidenta del Parlament Carme Forcadell.

Sánchez ha iniciado la tramitación en plena negociación de apoyos a sus Presupuestos. En pleno cortejo a ERC para que le de su respaldo en las Cortes a las cuentas del Estado. Sabe que necesita esas cuentas públicas para alargar la legislatura.

Ahí entra el juego. Un peligroso juego blanqueador que Sánchez piensa que le puede salir bien a él y ser asumible para ERC. Por eso tramita un indulto que no espera tener que dar. Porque el indulto, tal y como ha esgrimido ya ERC, no es asumible para ellos. ¿Por qué? Porque ERC quiere la amnistía para los presos golpistas, que es una figura distinta del indulto.

Aunque el indulto, sobre todo si es total, y la amnistía, pueden tener exactamente los mismos efectos finales ―la extinción de la pena―, el indulto tiene carácter individual y no supone el perdón del delito: la persona indultada sigue considerándose culpable. Y ERC no acepta que sean culpables porque consideran que tienen derecho a ese tipo de golpes separatistas.

La amnistía, por su parte, tiene naturaleza colectiva y se concede por razones políticas extraordinarias, extingue la infracción y exonera, por lo tanto, de la condena. Y eso a ERC le gusta más. Además, el indulto lo otorga el Rey, puesto que, según la Constitución, al jefe de Estado corresponde «ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley». En realidad, lo concede el Consejo de Ministros tras un expediente que tramita el Ministerio de Justicia. Pero aceptar un perdón de la pena impulsado por el Rey manteniendo el carácter de culpable no es lo idóneo para ERC.

Pedro Sánchez sabe además que conceder un indulto con el Tribunal Supremo y la Fiscalía en contra es un trago muy amargo. Y no quiere llegar a ese punto por el desgaste político que supondría.

Dictamen de la Fiscalía

Ahí, de nuevo, el indulto plantea un problema, en esta ocasión para el Gobierno de Pedro Sánchez. Porque en sus expedientes es preceptivo el informe del tribunal sentenciador, en este caso, de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. El órgano presidido por Manuel Marchena deberá recabar, además, un dictamen de la Fiscalía, que como hoy publica OKDIARIO, es contraria a la medida.

Ese informe del Supremo no es vinculante, porque la decisión última sobre la concesión del indulto corresponde al Ejecutivo. Pero si es preceptiva la emisión del informe. Y en caso de tener que contravenirlo por parte del Gobierno el escándalo político estaría servido.

Desde el Gobierno, según ha asegurado Juan Carlos Campo, respetan y acatan todas las decisiones judiciales como la sentencia a la que fueron condenados los líderes separatistas. Sin embargo, el ministro ha defendido también este miércoles que el Ejecutivo socialcomunista está «dispuesto a dialogar» como vía para encauzar una solución política al conflicto que, según él, existe entre el Estado y el separatismo.

En concreto, apuntan fuentes del Ministerio de Justicia, el plazo para la resolución de los indultos puede durar entre cuatro y seis meses. El primer paso, ahora, es escuchar a todas las partes implicadas. Los tramitadores de la petición del indulto escucharán la versión del tribunal sentenciador, el Supremo, la Fiscalía y los mismos presos que piden ser indultados.

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