Sánchez prepara un tipo penal más para ‘indultar’ a los golpistas del 1-O: ‘Atentado contra la Constitución’
Oriol Junqueras, Joaquim Forn y muchos de los condenados por el golpe del 1-O empiezan ya a salir de prisión gracias a la aplicación inmediata de beneficios penitenciarios, en contra del criterio de la Fiscalía. Pero no será la única medida de gracia que tengan los golpistas separatistas: Pedro Sánchez no sólo prepara una rebaja de penas en el tipo delictivo de sedición –por el que fueron condenados los cabecillas del 1-O–, sino que, además, pretende restringir el alcance de este delito de forma que deje fuera a parte de los condenados. Y a parte de los que en el futuro pudieran cometer un nuevo golpe.
El plan pasa por vaciar el concepto actual del delito, creando un tipo nuevo denominado ‘atentado contra la Constitución’. De esa manera, sólo los golpistas a los que se les puede imputar la intención expresa de atentar contra al Carta Magna, serían condenados con penas medianamente elevadas. Los segundos niveles de mando y personas consideradas no decisivas se librarían de las penas reguladas para ese delito.
Pedro Sánchez no termina de diseñar mecanismos para cumplir su promesa con los separatistas de “desjudicializar” los delitos relacionados con el independentismo. Y, con ese fin, el presidente del Gobierno y el resto de sus socios están dispuestos a dar la vuelta al Código Penal en la parte que afecta a esas causas.
Rebaja de las penas por sedición
El Gobierno socialcomunista trabaja ya en una propuesta de reforma del Código Penal para rebajar las penas al delito de sedición, por el que fueron condenados los líderes separatistas catalanes en el juicio del golpe de Estado del 1-O. El Ejecutivo ha abierto, de este modo, una nueva vía para reducir las condenas impuestas por el Supremo a los golpistas: una modificación del Código Penal, con efectos retroactivos, que suavizará el tiempo de prisión que cumplen en la actualidad.
El anuncio llegó justo después de plasmar la promesa del PSOE de «desjudicializar» el «conflicto catalán» para obtener el apoyo de ERC a la investidura de Pedro Sánchez. Y esa reforma traerá de la mano, no sólo una rebaja de penas, sino también un vaciado de los comportamientos que pueden provocar que una persona caiga condenada por el tipo penal en cuestión.
Para ello, se pretende regular un nuevo tipo de ‘atentado contra la Constitución’, que vaciará los tipos restantes y exigirá una intención probada y directa de bombardear la Carta Magna. Además, la línea de estudio lanzada para incorporar este nuevo delito exigiría una actitud reiterada en el deseo de torpedear la Constitución española. En caso contrario, no se podrá castigar con este tipo penal. Y, de ese modo, además, se rebajarán aún más las penas en el tipo de sedición, precisamente, por no llevar implícito el deseo de atentar contra la Constitución.
La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ya ha admitido que el Gobierno trabaja en la «revisión del Código Penal» y que ese cambio se incluye en el «acuerdo de progreso y programático» que firmaron con Unidas Podemos. La reforma supone, de esta manera, un abandono expreso del compromiso de Sánchez durante la última campaña a las generales del 10-N de endurecer la ley contra los promotores de referéndums ilegales.
Pero, además, supone una nueva cesión para seguir rebajando las penas aplicables a los golpistas. Y es que, hay que recordar que, de resultar aprobada la reforma en el Congreso, el artículo 2.2 del Código Penal pide aplicar retroactivamente las nuevas penas más suaves a los condenados en firme. Esto es, los golpistas catalanes, incluido Junqueras, se beneficiarán de la reducción del tiempo que deben pasar en prisión.