BILDU

El partido de Otegi quiere incluir al último nº 1 de ETA, David Pla, en la lista de las europeas

El ala más dura de Bildu exige recuperar para las europeas la estrategia de colocar en listas a candidatos con pasado en ETA

David Pla Bildu
Pelayo Barro

Sortu, la formación abertzale de la que proviene Arnaldo Otegi, plantea a su matriz de EH Bildu un nuevo desafío al Gobierno de Pedro Sánchez. Una nueva patata caliente de cara a las elecciones europeas y una estrategia clara con mensaje a uno de sus caladeros de votos, el de los presos de ETA: que el último jefe de de la banda, David Pla, ocupe puestos de salida en las listas de EH Bildu a las elecciones europeas del próximo mes de junio. Sería, de confirmarse, un nuevo pulso de la formación abertzale, en línea con el que tomó en las pasadas elecciones municipales, cuando colocaron en listas a 44 candidatos con pasado en ETA. Siete de ellos con delitos de sangre.

Pese a que para EH Bildu la inclusión de los candidatos etarras a las municipales fue una decisión que provocó quebraderos de cabeza a su dirección, el ala más dura de la formación, Sortu, quiere volver a repetirlo. Y hacerlo por todo lo alto, no con nombres más o menos desconocidos en el historial de la banda, sino con un pata negra como David Pla, hoy ya en Bildu. Es el hombre que leyó el último comunicado de la banda y que ocupaba la dirección del grupo terrorista durante sus últimos años de actividad criminal. También a quien la Guardia Civil ve responsable, como dirigente de ETA, de los últimos atentados mortales cometidos.

Según ha podido saber OKDIARIO de fuentes de la formación abertzale, en los últimos meses, y especialmente en las últimas semanas, las conversaciones internas entre miembros de Sortu y de la dirección de Bildu se han intensificado para que los de Otegi, de cara a la elaboración de las listas europeas, lleven el nombre de David Pla en los puestos de salida. No encabezándola, explican, ya que ahí hay otro veterano abertzale que tiene todas las papeletas para hacerlo, Pernando Barrena. Pero sí en un puesto destacado, el segundo, y con mayor proyección de poder salir elegido y hacer las maletas hacia Bruselas.

Mensaje a los presos

Tal y como explican estas fuentes, el propio Pla «tiene vocación política, pero ni en el País Vasco ni mucho menos en Madrid ve posibilidad de dar el salto a la primera línea». La Unión Europea, dicen, es otra cosa.

En cambio, quien sí ve una oportunidad para agitar el avispero con esta designación es la cúpula de Sortu. En Bildu son conscientes de la estrategia que plantea su ala más dura: emular aquellas listas con 44 etarras que, si bien provocaron un terremoto político y mediático, fue un movimiento valorado en sus bases más proetarras. Especialmente entre el colectivo de presos y toda la red de apoyo, que este mes de enero ya han dado una muestra de poder de convocatoria sacando a la calle en Bilbao a miles de personas para exigir la puesta en libertad de los presos de ETA.

Según el planteamiento que hacen en Sortu, llevar a Pla en sus listas supondría un mensaje muy en la línea de lo que defienden tanto la formación como plataformas de la órbita proetarra, caso de Sare: que «la militancia en ETA es un camino cerrado y que ahora sólo queda el camino de la política». Y gente como Pla, dicen, «es un ejemplo» de ello. Eso, al menos, es lo que buscan trasmitir a sus bases. Además, pese a que la Guardia Civil no duda de que Pla conoció de cerca los últimos asesinatos de ETA y tiene pistas para desentrañarlos, no tiene a sus espaldas ninguna condena por delito de sangre.

En Bildu, sin embargo, hay dudas. El pacto con el PSOE atraviesa un buen momento, con el futuro de los 140 presos de ETA y las elecciones vascas en el horizonte. Hay voces internas, explican estas fuentes a OKDIARIO, que desaconsejan ruido extra que pueda dificultar otros objetivos. La decisión deberá tomarse en las próximas semanas.

El «comodín» ETA

A David Pla, por otra parte, le molesta que le vinculen a él y a Bildu con ETA. En su artículo Reunir fuerzas para la independencia, recogido en la publicación abertzale Erria y reflejado en OKDIARIO, David Pla sostiene que «es difícil pensar que la elección por la independencia será repentina y explícita (…) comenzará con el derribo de los muros mentales que han creado la estigmatización y criminalización de la independencia. Es por eso que algunas personas todavía usan el comodín ETA para dificultar esa primera conexión», advierte Pla. Vincular a Bildu con ETA para alejar al posible votante.

En su razonamiento, Pla explica que «desde que la izquierda abertzale cambió de estrategia» no se han disipado las dudas sobre cuál debería ser la «estrategia independentista y emancipatoria efectiva». Las dudas giran en torno al «unilateralismo o bilateralismo, acuerdo o confrontación, línea institucional o dinámica callejera, compitiendo por la hegemonía de nuestro proyecto político o buscando amplios acuerdos populares», explica el que fue último jefe de ETA.

Pla aboga, además, por mantener al partido abierto a pactos para «ampliar la base social de la independencia y hacer amplias alianzas con otros sectores». Y asegura que «es fundamental que estas mayorías sociales se conviertan también en mayoría institucional, para aumentar la capacidad de acción e influencia y también para legitimar aún más el proceso».

«Sin esto», escribe, es difícil obligar a los estados a reconocer el derecho a la autodeterminación y, menos aún, imaginar que un proceso de secesión se llevará a cabo de forma unilateral».

Sortu y Pla

El acercamiento de Pla a Sortu fue lento pero decidido y culminó en enero de 2022 con su inclusión dentro de la estructura directiva de la formación. La que encarna los postulados más radicales, si cabe, dentro de la amalgama de siglas abertzales que conforma EH Bildu.

Pla fue nombrado por el Consejo Nacional de Sortu para ser responsable del Marco de Orientación Estratégica (vicesecretaría tercera). Ahora trabaja formando equipo con cinco mujeres y cinco hombres.

Desde entonces, Pla es una de las cabezas pensantes que guía a Sortu y presiona a la cúpula de Otegi para llevar al partido hacia la «desobediencia», la «confrontación» y al «choque con el Estado», como proponía la formación en su última ponencia política y recogía recientemente OKDIARIO.

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