ELECCIONES 28M

El partido de Otegi fichó a «históricos» de ETA para «preparar bien» el «choque con el Estado»

Bildu ETA
Arnaldo Otegi.
Pelayo Barro

El fichaje de 44 terroristas de ETA para las listas de EH Bildu responde a una estrategia fijada por parte del ala dura de la formación que dirige Arnaldo Otegi. Un plan plasmado en la ponencia política que Sortu presentó en 2022 para sentar las bases del camino «hacia la independencia», que busca redoblar la «desobediencia» y la «confrontación» con el Estado. Y, para ello, se propuso incluir en su movimiento a los «históricos» del «movimiento de liberación vasco», como denominan a ETA, buscando un «choque con el Estado». Un desafío de la izquierda abertzale para medir el alcance de la respuesta del Gobierno.

La inclusión de los 44 candidatos con pasado en ETA es, en sí misma, un desafío directo al Gobierno. Así se extrae de la ponencia política que firmó en 2022 Sortu, el ala dura de Bildu y responsable de esas incorporaciones electorales, en la que definía los pasos a seguir en el futuro por la formación.

Sortu hablaba de «cristalizar las condiciones que hemos creado a través de 60 años de lucha» (los mismos desde la fundación de ETA), y «habiendo transcurrido diez largos años desde que acometimos el cambio de estrategia» (los que pasaron desde el anuncio del fin de ETA). «Ha llegado el momento de dar por superada la perspectiva de la transición», advertía Sortu anunciando la llegada de un nuevo ciclo político que deberá tener su base en la «desobediencia» y la «confrontación» al Estado. Y es en ese marco en el que se enmarcan los fichajes de los ex etarras, también anunciados entre líneas en ese documento.

El ala dura de Bildu reconoce que se han «centrado en la identidad y en la misión propia de Sortu como representante de la tradición histórica del Movimiento de Liberación Nacional Vasco», como denominaba la izquierda abertzale a ETA. Por ello, Sortu proponía integrar al «bloque histórico» de ese movimiento con el fin de preparar de forma efectiva ese «choque con el Estado».

«Hace falta una organización que represente la tradición histórica y los objetivos estratégicos del movimiento de liberación nacional vasco, porque tiene una visión completa -integral- del proceso de liberación. Además, es una comunidad luchadora sólida, que se ha creado y desarrollado en una trayectoria de radicalidad y que ha avanzado por encima de represiones y ataques», asegura Sortu.

«Cuidar» a ETA

Durante las 64 páginas en las que la familia política de Otegi desarrolla su proyecto político hay múltiples menciones a la necesidad de que «el pueblo» perciba «la opresión» y la «represión» política, haciéndose necesario para ello que se escenifique de alguna forma. Es decir, que el Estado responda de manera contundente a esos desafíos que plantea Bildu en busca del «choque».

La inclusión de las candidaturas de etarras sería, por tanto, una de esas líneas de actuación para medir la respuesta del Estado ante semejante desafío. Y además, es un guiño hacia esa ala más dura del movimiento abertzale, la que encarnan los militantes de ETA, a los que el documento llama a «cuidar» especialmente. No sólo poniendo su salida de prisión en el centro del debate político y de sus negociaciones con el Gobierno, sino velando por su bienestar una vez fuera de la cárcel.

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