Terrorismo de ETA

La Guardia Civil no tiene duda: el fichaje estrella de Otegi está tras los últimos asesinatos de ETA

Otegi ETA
David Pla posa con un cartel de Bildu a su salida de la cárcel en 2019.
Pelayo Barro

David Pla, el que fuera el último jefe de ETA y el hombre elegido por la banda para dar la noticia que nunca quisieron dar, la de su rendición, lleva meses en la órbita de Sortu. De hecho, hace tiempo que ya trabaja desde sus oficinas de Pamplona. Pero su estatus en la formación, la plataforma integrada en EH Bildu que dirigía Arnaldo Otegi, cambiará seguramente el próximo mes de enero cuando Pla entre en la dirección de Sortu. Ya ha sido propuesto para ello. Un fichaje que siguen con atención en la Guardia Civil, donde consideran una realidad que Pla tiene las manos «manchadas de sangre»: pertenecía al comité de dirección de ETA cuando la banda realizó sus últimos asesinatos, entre ellos, los de los dos guardias civiles de Palmanova.

El que fuera el último jefe de ETA ha sido señalado por el Consejo Nacional de la formación para ser responsable del Marco de Orientación Estratégica (vicesecretaria tercera). Trabajará formando equipo con cinco mujeres y cinco hombres. No será la primera vez que Pla forma parte de un comité directivo: lo hizo con el de ETA entre 2008 y 2015.

Fuentes de la lucha antiterrorista aseguran a OKDIARIO que el periodo en el que Pla fue considerado uno de los dirigentes de ETA, con participación activa en la Zuba (como denominaban internamente a ese órgano ejecutivo en la banda) se remonta «a mediados de 2008». Año en el que la banda aún estaba activa. Y mataba.

Quienes han dedicado su vida a luchar contra ETA en la Policía Nacional y la Guardia Civil no dudan en señalar que los integrantes de esa zuba no sólo eran quienes daban las órdenes de matar, sino que también proponían y aceptaban propuestas de asesinato. La luz verde de este comité de dirección terrorista era necesaria en ciertos tipos de atentado: aquellos que se cometían fuera de España, en territorio francés principalmente, los que se ejecutaban en periodos electorales, grandes atentados con bomba o aquellos cuyo objetivo era un político. También en momentos clave para la banda, cuando hubiese sobre la mesa algún tipo de vía de negociación en marcha con el Gobierno español.

Ascenso tras la tregua trampa

En 2006, ETA rompe su tregua trampa con una furgoneta cargada de explosivos en la T4 del aeropuerto de Barajas (Madrid). La banda entra en su última fase vital, que culminará en 2010 con el anuncio de un nuevo alto el fuego. Se refrendará con el comunicado de cese «definitivo» de la lucha armada en octubre de 2011. El hombre que leyó aquel comunicado es, precisamente, David Pla. El último jefe político de ETA.

Pese a que la izquierda abertzale se ha empeñado en señalar ese perfil de «liquidador» de ETA de Pla, la realidad para fuentes de la Guardia Civil es bien distinta. Su huella, como dirigente de ETA, se encuentra en al menos 5 atentados. Los últimos de la banda en suelo español.

Cinco asesinatos

Desde mediados de 2008 hasta finales de 2009, ETA asesina al Brigada del Ejército de Tierra Luis Conde de la Cruz (Santoña, Cantabria), al empresario vasco Ignacio Uría (Azpeitia, Guipúzcoa), al inspector de Policía Nacional Eduardo Puelles (Arrigorriaga, Vizcaya), y a los agentes de la Guardia Civil Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salva (Palmanova, Baleares). A los investigadores de la lucha antiterrorista consultados por OKDIARIO no les cabe duda de que siendo miembro de la zuba, Pla conocía estos atentados, de los que han pasado poco más de una década.

Esa vía, la de la «autoría tras el autor», ha sido precisamente la que ha argumentado la imputación en las últimas semanas de dos ex jefes de ETA: Mikel Antza (aparato político desde 1992 hasta 2004) e Iñaki de Rentería. Ambos citados como investigados por el asesinato en 1995 del concejal del PP en San Sebastián Gregorio Ordóñez. Pueden ser los primeros de una larga lista en desfilar de nuevo ante la Audiencia Nacional por crímenes no prescritos de lesa humanidad.

«Vías políticas»

Sortu, sin embargo, sigue insistiendo en el perfil eminentemente político de Pla, tal y como le ha definido el secretario general de la formación batasuna, Arkaitz Rodríguez: «(Pla) vendría a corroborar la apuesta de la izquierda ‘abertzale’ por vías exclusivamente políticas y democráticas. David ha sido una de las personas clave en la apertura de este nuevo ciclo, en la medida que fue uno de los protagonistas del cambio de estrategia. Una de las personas que contribuyeron de forma determinante a retirar la violencia de ETA de la ecuación vasca»

Sortu defiende el papel que, en su opinión, ha jugado Pla en la estrategia de abandono de la violencia: «David ha sido una de las personas clave en la apertura de este nuevo ciclo, fue uno de los protagonistas del cambio de estrategia», asegura el partido de Otegi.

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