Crisis del coronavirus

Iglesias impedirá visitar a los ancianos en las residencias antes de finales de junio

El Gobierno se niega a dar los datos de fallecidos en los geriátricos, dependientes del vicepresidente, que han muerto sin poder despedirse de sus familiares

El Ejecutivo rechaza informar sobre los muertos e infectados en las residencias de las que Iglesias se hizo cargo

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Pablo Iglesias
Pablo Iglesias llorando delante del Congreso en enero de 2016.
Joan Guirado

El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, no quiere permitir las visitas a los ancianos ingresados en centros de mayores hasta que España alcance la fase cuatro, a finales de junio. Aunque el plan de desescalada no recoge esta posibilidad un documento interno del Ejecutivo sitúa en la «nueva normalidad» el momento de volver a abrazar a los familiares más mayores.

Al inicio de la crisis del coronavirus Pablo Iglesias compareció ante los medios para informar de que él se haría cargo de la relación con las residencias. Por ello, durante todos estos meses su acción ha sido prácticamente nula mientras en muchos centros morían miles de personas. Los contagios de enfermeros y auxiliares que trabajan en ellos también ha sido muy elevado.

El Gobierno, pese a que hace ya tres semanas que dispone de todas las cifras sobre fallecimientos y contagios en los centros de mayores, se niega a facilitar los datos. Pablo Iglesias y Salvador Illa exigieron a las comunidades autónomas el pasado 8 de abril entregar los datos acumulados hasta ese momento. También les obliga a transferir dos veces a la semana los fallecimientos que se han producido durante esos días.

De momento, aunque tiene ya todas esas cifras contabilizadas, el Ejecutivo no hace públicas las cifras, que son espeluznantes. Varias fuentes apuntan a que ya serían más de 11.500 el número de personas residentes en centros de mayores que, a lo largo de la crisis del coronavirus, han fallecido por las complicaciones derivadas de contraer la enfermedad.

Todos estos miles de personas han muerto sin poder despedirse de sus allegados. En la mayoría de los casos las familias han recibido las cenizas y un certificado de defunción. Tampoco han podido tener contacto físico con sus seres queridos todos los ancianos que han resultado contagiados y que ya han conseguido recuperarse de la enfermedad.

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