«No es cuestión de casta: o somos capaces de definir un proceso integrador o estamos perdidos»

Baltasar-Garzón
El ex magistrado Baltasar Garzón (Foto: Enrique Falcón)

Segundo de cinco hijos de un agricultor y posteriormente empleado de gasolinera. Tiene una calle con su nombre. Dejó los estudios eclesiásticos para estudiar su verdadera vocación y ponerse la toga. Desde este cargo se le ha llamado juez estrella de numerosas causas contra el terrorismo y el narcotráfico.

En mayo de 1993, quedó en situación de servicios especiales en la carrera judicial, al presentarse como independiente en las listas del PSOE a las elecciones legislativas de ese año y obtener el acta de Diputado al Congreso por Madrid. La política le apasiona y actualmente sigue batallando en ella pero sin cargo.

Baltasar Garzón habla alto y claro a Pablo Iglesias, líder de Podemos y con quien tiene una buena amistad. «No es problema de casta, sino de organizarnos. Sin nombres, ni listas: primero un proyecto común que una a toda la izquierda, pero se tiene que hacer antes de las generales sino fracasará», le avisa.

Okdiario entrevista en exclusiva al también abogado de Julian Assange, fundador de Wikileaks. El exmagistrado de la Audiencia Nacional nos explica que mañana asistirá a una conferencia muy importante donde hablará con Evo Morales, «voy a estar todo el mes fuera, así que tenéis suerte», señala sonriente.

¿Cómo ve la confluencia de Podemos imponiendo su lista y a su gente? 

Todavía estamos a tiempo de hablar y de que esa confluencia realmente sea plural como el propio contenido de la izquierda que es quien nutre. No nos dejemos engañar por la sopa de siglas, y esto va dirigido a Podemos, Ahora en Común y a todos y cada uno de los movimientos y mareas que claramente se declaran de izquierdas.

Deberíamos ser conscientes de que estamos en un momento histórico muy importante y la invitación es también al PSOE. No debemos desaprovechar esta oportunidad que se brinda para reconducir lo que han sido unos años de política neoliberal durísima, con una austeridad desorbitada que ha destruido miles y miles de hogares españoles. El Gobierno no ha tratado igual a cada uno de nosotros, sino que ha primado y favorecido a quien más tenía sobre los que más necesitaban.

Esto, obviamente, desde el punto de vista de quienes están arriba dirán que es demagógico, pero es algo tan simple que no merece discusión. Al final de esta crisis en la que estamos todavía, los que más tenían siguen teniendo más y lo que menos no tienen nada.

– ¿Y qué hacemos con la corrupción?

Es la base de todo este problema. La corrupción genera impunidad, se retroalimentan una y otra. Durante mucho tiempo siempre ha habido cosas más importantes por las que luchar y creo que la transparencia está en la base de cualquier confluencia. Aquellas críticas sobre el bipartidismo, sobre la casta, sobre un determinado modo de hacer política, se van a convertir exactamente en lo mismo si no nos lo tomamos enserio y al final el pueblo se retrae y no participa. Habremos hecho más grave el fracaso que el que teníamos.

«El término ‘casta’ también tiene significado negativo»

– ¿Le gusta el término ‘casta’?

Alguna vez he utilizado el término ‘casta’, bastante antes que Podemos. Lo tengo publicado desde el año 2004 en referencia al término ‘casta judicial’. Por tanto no puedo renunciar al mismo, pero creo que el tono de la casta tiene un significado también negativo que deberíamos de superar. No por el hecho de llevar muchos años en política, participar en política, se puede descalificar a las personas. Las personas se descalifican por sí mismas por no cumplir con los programas, con los ciudadanos, por engañarlos, por corromperse, por no hacer lo que exige el servicio público al fin y al cabo.

Quienes hacen política son servidores públicos y aquellos que trabajamos en la Administración, también. Alguien ha dicho que patrimonializar las instituciones es el peor ataque que se le puede hacer a una democracia y comparto esa afirmación. Podemos construir la casta en cualquier nivel, en cualquier ámbito y no necesaria y exclusivamente en la política.

– ¿Ha hablado recientemente con Pablo Iglesias?

Estuve con Pablo en La Tuerka me hizo una entrevista muy interesante a finales de junio. Le tengo respeto y admiración.

– ¿Cómo es?

Es un tipo muy afable y próximo pero como le he dicho en alguna ocasión, Podemos tiene que ser consciente de la diversidad en la que estamos en este movimiento plural de izquierdas y que mucha gente que estamos en la izquierda no debemos estar en una sopa de siglas para poder sumar.

Esa suma es necesaria hacerla antes. La confluencia tiene que producirse antes porque después va a ser tarde. No es una cuestión de política de coaliciones posteriores, porque si mientras tanto en el camino se pierden cientos o miles de votos, es posible que posteriormente no llegue.

«Muchos son cabeza de cartel y ni siquiera son cola de ratón»

– ¿Se siente con fuerzas para ser cabeza de cartel? 

Ya he dicho que no es cuestión de ser cabeza de cartel, muchos son cabeza de cartel y ni siquiera son cola de ratón. No es el nombre. Recuerdo siempre a Julio Anguita que decía siempre: «Programa, programa y programa». Creo son las ideas.

Al final en un conjunto de personas que se presenta con una opción cualquiera, aunque siempre hay alguien que tiene que encabezarlo. No quiere decir ese cabeza sea el mejor, sino alguien que han elegido que forma ese partido. Lo importante no es estar a la cabeza. Lo importante es participar en un proceso en el que buscamos que los y las mejores den todo lo que puedan por la causa pública y la ciudadanía.

No son cuestión de casta, no es cuestión de estructuras ni de aparatos: o somos capaces de definir un proceso integrador de la sociedad o estamos perdidos. Lógicamente yo me ubico en una posición ideológica muy clara, lo cual no quiere decir que sea enemigo de otras, pero discrepo de planteamientos que nos han llevado a una situación muy grave en España y que cientos personas están sufriendo una política de austeridad, neoliberal y poco dialogante que nos ha sometido a unas estructuras económico-financieras por encima de los propios gobiernos. Eso se tiene que acabar.

– ¿Cómo se define políticamente? 

Una persona de izquierdas, progresista, humanista y que centra en el diálogo y el respeto a la diversidad y pluralidad todo el sentido. No puede ser de otra forma. Me declaro defensor de los pueblos originarios y de todos que formamos parte de este inmenso jardín que llamamos mundo y que pertenece a todos.

«Julian Assange lo ha dado todo y está pagando por ello»

– Lleva el caso de Julian Assange, ¿cómo es y cómo se está desarrollando el caso? ¿Alguna novedad?

Es una persona muy inteligente, convencida de que el acceso a la información está por encima de los valores del oscurantismo y de las falsas seguridades nacionales. Esas que tanto se proclaman, sobre todo para garantizar la impunidad.

A través de su plataforma Wikileaks , como editor de la misma, lo ha dado todo y está pagando por ello. Está en un proceso de muy difícil situación pero no imposible, para ello estamos trabajando toda una serie de abogados y personas que creemos que a través de los mecanismos de Tribunales Nacionales e Internacionales vamos a encontrar la salida para que pueda hacer efectiva de una forma definitiva el derecho de asilo.

En definitiva, Assange está en la situación que está porque descubrió y desveló una serie de mecanismos y actuaciones secretas muy alejadas de lo que debe de ser la correcta actuación de un sistema democrático.

– ¿Eso es mucho tiempo? 

Ya está siendo mucho tiempo, tres años. Pero es firme y sin perjucio. A mí me preocupa porque ninguna persona en un espacio tan reducido en el que vive puede permanecer definitivamente así, porque se está atentando claramente a su propia integridad psicológica, física y mental y eso es muy peligroso. En el Siglo XXI podríamos dar alguna justificación diferente por el desinterés al incumplimiento de los Derechos Humanos.

 

 

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