Moncloa prepara otra ronda de negociaciones para pactar el CGPJ con el nuevo PP de Feijóo

Sánchez Feijóo
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.
Carlos Cuesta

El PSOE logró cerrar la renovación del Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y un largo listado de órganos constitucionales con el PP de Pablo Casado, pero no consiguió el acuerdo para cerrar un pacto en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Ahora, el Gobierno está convencido de que mejoran las oportunidades con Alberto Núñez Feijóo de llegar a ese acuerdo en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y quiere volver a intentarlo. Por eso, los socialistas preparan ya un nuevo intento de negociación en el momento en el que el nuevo presidente del PP confirme este cargo.

Los responsables de la negociación por parte de Pedro Sánchez están convencidos de que ahora podrán cerrar el pacto de renovación del Poder Judicial. Creen que puede abrirse un nuevo tiempo de entendimiento en asuntos de Estado y que Núñez Feijóo puede aceptar negociar sobre estas materias con el fin de alejarse de Vox y de enseñar al PSOE una vía de gobernabilidad al margen de Bildu, Podemos y ERC.

Por ahora, el PSOE ha conseguido llegar a cerrar la renovación del Tribunal Constitucional y del Tribunal de Cuentas como grandes hitos. Pero, tras el paso de Pablo Casado por la Presidencia del PP ha quedado pendiente el gran reto de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Y es que con Casado al frente de las filas populares, el Gobierno y el Partido Popular acordaron dejar fuera de las pasadas negociaciones este organismo constitucional decisivo ante la falta de entendimiento entre las dos formaciones.

Una exigencia del PP impidió cerrar el pacto de la renovación del CGPJ. Y es que el Gobierno nunca quiso aceptar la condición inexcusable de Pablo Casado de caminar hacia una mayor independencia de los vocales del Poder Judicial por la vía de que fueran designados por los propios jueces y no designados por los partidos políticos.

La condición se convirtió en un hecho insalvable para el PSOE, y eso que se trata de la misma exigencia que reclama Europa y las propias organizaciones judiciales. El Ejecutivo ha defendido abiertamente que a los jueces «no los pueden» elegir sus pares, un criterio que ha puesto ya en alerta a Bruselas y que arriesga a España a un próximo aviso público desde la UE.

Hay que recordar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ya ha criticado el modelo de hiperpolitización de los jueces: lo ha hecho en el caso de Polonia, aludiendo a la falta de independencia judicial y el caso polaco se ha utilizado frecuentemente desde instancias europeas como ejemplo de la preocupación que para las instituciones comunitarias supone el bloqueo a la renovación del Poder Judicial en España.

Bruselas ha mantenido una actitud muy crítica con Polonia, por lo que ha tachado ya como un incumplimiento de la autonomía judicial. Pero también ha avisado a España en repetidas ocasiones con el mismo argumento. En su segunda evaluación anual sobre el Estado de derecho, en julio, el Ejecutivo comunitario recordó los sucesivos llamamientos a renovar el CGPJ con la fórmula de que una mayoría de los vocales deberían ser designados por los propios jueces. Es decir, la condición que exigió Casado.

El comisario de Justicia, Didier Reynders, ha insistido también en esa línea en diversas ocasiones. Algo que ha recordado el PP en repetidas ocasiones, apremiando al presidente socialista a renovar cuanto antes el CGPJ, pero para dotar de garantías de independencia al máximo órgano del Poder Judicial. Ahora los socialistas creen que el cambio de presidente puede abrir las puertas de una negociación en base a la actual norma, la que regula una mayoría de jueces propuestos por los políticos.

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