Maya avisa de que Pamplona será «el centro del mundo» el 6 de julio: «Hay que dar ejemplo»
El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha apelado, en una acto en el que también ha participado la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, a la responsabilidad ciudadana de cara a la inminente llegada del 6 de julio, fecha en la que tradicionalmente dan comienzo los Sanfermines, este año suspendidos por el coronavirus.
Maya y Chivite han confiado en los pamploneses, y en los turistas que se puedan acercar a la capital navarra por esas fechas, al mismo tiempo que han pedido que no se celebren actos paralelos que pudieran poner en riesgo la situación controlada del coronavirus en la Comunidad Foral.
El alcalde de Pamplona ha participado este viernes en un desayuno informativo en el que han subrayado que los Sanfermines de este año están suspendidos, una decisión «difícil de tomar», pero «necesaria» porque «se hace para proteger la salud y la vida». En esta misma línea, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha destacado que el próximo 6 de julio a las 12 horas la capital navarra «va a ser el centro del mundo» y ha llamado a «dar un ejemplo de que Pamplona responde ante una situación tan dura como es esta de no poder celebrar las fiestas».
También ha pedido a la ciudadanía ser «ejemplo» para el resto de municipios, ya que «lo que se haga en Pamplona puede ser también trasladable a otros lugares de Navarra», en los que, según ha dicho, también existe «preocupación» sobre la posible celebración de actos paralelos. «El mensaje que podamos lanzar aquí es el mismo mensaje que hay que lanzar para todas las fiestas», ha comentado. Además, Maya ha puesto de manifiesto que «hay una cierta percepción social de que el coronavirus ya es pasado» y ha querido dejar claro que «no es así» y que el Covid-19 es «presente». Por lo tanto, ha agregado, «tenemos que trabajar desde esa óptica de que tenemos que hacer las cosas bien para que no vuelvan a producirse de una manera significativa esos rebrotes que ya han surgido en algunos lugares».
El Nicolette cerrará por responsabilidad
Con unas raíces hundidas en lo más hondo de la cultura navarra, los Sanfermines se han convertido con el paso de los años en una de las fiestas más famosas a nivel mundial. Tanto es así que las autoridades, a pesar de la cancelación de las fiestas a nivel institucional, esperan una gran afluencia de personas al centro de la ciudad durante las fechas señaladas. Por esto, el Ayuntamiento de Pamplona ha decidido establecer un aforo de 400 personas en la plaza Consistorial y de 3.675 personas en la plaza del Castillo el día 6 de julio. También se han coordinado dispositivos policiales y sanitarios, en colaboración con otros cuerpos policiales como Policía Foral, Policía Nacional y Guardia Civil, y con Cruz Roja y DYA, para evitar cualquier tipo de riesgos y de aglomeraciones.
La hostelería de Pamplona se enfrenta a una situación comprometida en lo que respecta a esas fechas, y de cara a 2021. Se trata de un sector cuyas máximas ganancias anuales se condensan, precisamente, durante la primera quincena de julio, coincidiendo con los Sanfermines. Muchos de los bares del casco viejo cubren las pérdidas de la época invernal con el extenso superávit de las fiestas de San Fermín. Este año, se enfrentan a una situación anómala en la que tendrán que controlar el aforo de acceso a sus locales con las significativas pérdidas que ello conlleva.
Esta semana, el emblemático bar ‘Nicolette’ del casco viejo de Pamplona anunciaba que por «responsabilidad» habían decidido no abrir este año, ni el 6 ni el 7 de julio. Se trata de uno de los locales nocturnos que más afluencia experimenta durante los Sanfermines por su ambiente y horario casi ininterrumpido durante los nueve días que duran las fiestas, del 6 al 14 de julio. Aunque la decisión ha sido muy bien acogida por sus parroquianos y secundada por algunos establecimientos como el Caballo Blanco, muchos establecimientos del casco viejo abrirán.
«La semana pasada decidimos no abrir este año tanto el día 6 de julio como el día 7 de julio. Necesitamos trabajar como el comer. También salir de fiesta, bailar y divertirnos, como los que más. Pero este año preferimos cerrar, apelar a la responsabilidad que tenemos como sociedad, ponérselo fácil a las instituciones competentes y que salgamos en las noticias de 2021 por liarla bien gorda, pero no en 2020 por inconscientes» dice el aplaudido mensaje publicado en las redes sociales del club Nicolette.
Cortes en calles y aforo en bares
El acceso a la plaza Consistorial se podrá realizar únicamente por las calles San Saturnino-Nueva, por la calle Zapatería o por la calle Mercaderes, con los consiguientes controles de aforo. Unos paneles indicarán si el aforo de la plaza está completo. Los accesos por la cuesta de Santo Domingo, por la plaza de los Burgos y por la calle Calceteros permanecerán cerrados al público. En el caso de la plaza del Castillo se podrá entrar y salir por cualquier de sus siete accesos a través de Carlos III, paseo de Sarasate, calle San Nicolás, pasadizo de la Jacoba, Chapitela, Bajada de Javier y calle Espoz y Mina. En todos ellos se establecerán controles de aforo para que no se supere el máximo de 3.675 personas.
En cuanto a los bares, no se prolonga su horario de apertura, en contra de lo que es habitual durante los Sanfermines. El dispositivo policial preparado controlará también aquellas zonas, principalmente del Casco Antiguo, donde hay una mayor cantidad de bares y establecimientos hosteleros en las que se prevé una gran afluencia de público.
Se han establecido siete zonas para las que, además, se ha calculado el aforo en función de los metros cuadrados de la calle en cuestión. A pesar de ser zonas al aire libre, se deben cumplir las medidas de distanciamiento social de al menos 1,5 metros entre las personas o el uso de mascarillas. Se controlará también el aforo de los establecimientos hosteleros.
Las siete zonas de ese operativo policial se corresponden con la calle y la plaza de la Navarrería, con la calle Calderería, con la calle Estafeta y Espoz y Mina, con las calles Comedias y Pozoblanco, con la calle y la plaza de San Nicolás y con la calle Jarauta. A ellas se une la zona del Primer Ensanche de la avenida de Roncesvalles.
Sobre la decisión del Arzobispado de mantener los actos religiosos de los días 6, 7 y 14 de julio e invitar a ellos a los corporativos municipales, Enrique Maya ha afirmado que «la misa la organiza el arzobispado y lo que ha hecho es informarnos de que se celebran las misas y nos invita a acudir». «Esto ha llegado a protocolo del Ayuntamiento y lo que hace protocolo es trasladar a los distintos corporativos la invitación. De manera voluntaria cada uno puede acudir a las misas», ha dicho, para señalar que «evidentemente no habrá ni cuerpo de ciudad, ni trajes de gala, ni nada de nada, el que acuda, acudirá a título personal y no creo que sea contradictorio con nada».