Más seguirá cobrando 115.224 euros como ex presidente pese a su inhabilitación
El ex presidente de la Generalitat, Artur Mas, seguirá cobrando los 115.224 euros que le corresponden de sueldo como ex alto cargo, pese a los dos años de inhabilitación por el 9N. Los diputados de Junts pel Sí dieron por hecha esta prerrogativa tras escuchar en los pasillos del Parlamento catalán que ante la sentencia del Tribunal Constitucional, Mas podría perder sus privilegios como ex presidente.
Lo cierto es que a Mas podría pasarle como a Jordi Pujol y quedarse sin oficina si la Cámara lo considerase. Los estatutos indican que si un partido registra la petición y se obtiene en la votación una mayoría de dos tercios, Mas podría quedarse sin estas prerrogativas que reciben los ex presidentes de la Generalitat. Desde Junts pel Sí advierten que nada de eso pasará porque impedirían esta mayoría cualificada y «no se atreverán», señalaron algunos diputados de la formación.
Junts pel Sí explicó que la «injusticia», en referencia a la inhabilitación del TC, prohibe a Mas presentarse como candidato a las próximas elecciones pero no perderá los privilegios ya adquiridos. A Mas le corresponde el 80% del salario bruto del presidente de la Generalitat, 115.224 euros según, el estatuto del ex presidente y una vez cumpla 65 años tendrá derecho a una pensión vitalicia del 60% del salario que perciba el presidente de la Generalitat en ese momento, algo más de 90.000 euros, según indican fuentes del Parlament.
Mas dispone actualmente de una oficina, colaboradores, coche oficial con chófer y guardaespaldas, por no hablar del tratamiento de «muy honorable» que figura entre estos privilegios. Un cargo honorífico. El ex presidente ya ha comentado que seguirá recurriendo a altas instancias para que pueda ser candidato y mantiene la hoja de ruta fijada en la aprobación de las leyes de desconexión por el Parlamento catalán.
Precisamente este jueves, los diputados de las formaciones secesionistas sugirieron multar al resto de grupos por «dejadez de funciones» si no asisten a la ponencia que reformará el reglamento para facilitar la tramitación exprés de la llamada ley de transitoriedad hacia la soberanía. La oposición se presentó en bloque por primera vez asegurando que sin ellos nos hay ponencia porque se quedarían tres, dos diputados de Junts pel Sí y una de la CUP. Fue entonces cuando el portavoz de Junts pel Sí, Jordi Turull, encendió el debate sugiriendo que se multe a los grupos opositores por no acudir a la sesión. «El ‘procés’ sigue imparable pese a quien le pese», señalaron cercanos a Turull.
De hecho, la Generalitat ya está en el proceso de hacer ‘mártires’ y las nuevas caras de la campaña de desconexión a Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, inhabilitados por el 9N, para difundir el proceso soberanista en el exterior. Mas comparecerá el 29 de marzo ante la Comisión de Asuntos Institucionales del Parlament para dar explicaciones sobre si CDC cobró comisiones de constructoras tal y como han declarado varios acusados y testigos en el juicio del caso del Palau de la Música.
El portavoz adjunto de Junts pel Sí, Roger Torrent, insistió este jueves en que nadie en su grupo se ha planteado que Rigau deje su escaño debido a sentencias «ligadas a poner las urnas». Por su lado, Joana Ortega, ex dirigente de Unió, dijo que no descarta presentarse a las primarias del PDeCAT para ser candidata a la alcaldía de Barcelona en las elecciones municipales de 2019, una vez haya expirado su inhabilitación.