Marruecos clama contra Vox por señalarle ante la UE como aliado del narcotráfico
Según la prensa marroquí, Vox no gobierna en España por no saber apreciar las "relaciones hispano-marroquíes"
Vox ha pedido a la UE que suspenda todas las ayudas a Rabat hasta que no colaboren contra el narcotráfico y la inmigración
La carta sobre Marruecos y su «presunta colaboración» con el narcotráfico y la inmigración ilegal que el portavoz de Vox en el Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, le ha enviado al Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha escocido y mucho en Rabat. Los medios de mayor difusión y vinculados con la línea oficialista de Mohamed VI han arremetido contra esta iniciativa de Vox, al que califican de «extrema derecha» y circunscriben sus críticas a una «campaña electoral en ciernes» de cara a las Europeas. Además, se defienden de las acusaciones de Vox hacia Rabat sobre sus intenciones de tomar Ceuta y Melilla, a las que su vez denominan «puertos ocupados».
La prensa marroquí clama contra Vox, en lo que consideran una ofensiva «hostil» de la formación «de extrema derecha» contra los intereses y «el buen nombre» de Marruecos ante la Unión Europea. Así lo entiende, por ejemplo, el diario Hespress, el periódico más leído de todo Marruecos, en un largo reportaje dedicado a la ofensiva europarlamentaria lanzada por Vox en base a las complicadas relaciones del Gobierno español con el Reino vecino.
Para esta cabecera, la carta enviada por Buxadé y la posición anunciada por Vox son muestra del «fracaso de los dirigentes del partido a la hora de construir una visión política madura y de dar prioridad a la lógica sólida en el análisis de los datos».
Además, señalan, Vox no ha llegado al Gobierno por, entre otras cosas, sus críticas a Marruecos: «Este partido está fuera del circuito porque no fue capaz de darse cuenta de la importancia y la excepcionalidad de las relaciones marroquí-españolas y el alcance de su influencia».
Con sus críticas, dicen desde Marruecos, Vox suena «a disco rayado» y «se sitúa fuera del dinamismo histórico que define las relaciones marroquí-españolas». Achacan la posición de los de Santiago Abascal a una ofensiva también dirigida contra el Gobierno de Pedro Sánchez, cuya victoria -dicen en Marruecos-, «llevo a España a entrar en una nueva transición española». No es el único cometario respecto a esta carta de Vox que se ha publicado en la prensa marroquí estos días, pero sí el más reseñable.
La carta de Vox sobre Marruecos
En esa carta que tanto ha molestado al otro lado del Estrecho, Vox expresa su «profunda preocupación por las revelaciones recientes sobre la presunta colaboración de la Marina Real de Marruecos con mafias dedicadas al narcotráfico». Cabe recordar que, recientemente, varios agentes de la Gendarmería marroquí fueron detenidos por su relación con una red de narcotráfico, así como la aparición de fotografías en el teléfono de un detenido por la Guardia Civil en las que se ve un cargamento de droga sobre una embarcación policial marroquí. Hecho que refleja un informe del propio Instituto Armado.
Además, Buxadé destaca una serie de «acciones de guerra híbrida por parte de Marruecos hacia España, incluyendo el uso de inmigrantes ilegales como chantaje y amenazas a la soberanía en ciudades como Ceuta y Melilla».
Vox refleja en su escrito las críticas a la «política de la Unión Europea hacia Marruecos», argumentando que «el flujo continuo de fondos hacia el país vecino no ha resultado en un cambio de comportamiento».
Buxadé ha exigido en dicha carta a Borrell que proponga «medidas de sanción en el marco de la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión», así como el fin inmediato de cualquier ayuda a Marruecos financiada por fondos europeos, hasta que se garantice una cooperación leal con todos los Estados miembros.
Alerta en los islotes
Mientras, las fuerzas de seguridad españolas siguen lidiando con una situación complicada en el Estrecho. En sólo 48 horas, a finales de febrero, cerca de 200 inmigrantes ilegales llegaron en pateras procedentes de Marruecos a la Isla de Alborán. Un territorio de soberanía española entre las aguas que separan Melilla y Almería, y que está bajo control de un destacamento de la Armada. Sólo 11 efectivos para hacer frente a unas llegadas que les superan en 1 a 18 hombres.
Unos sucesos que para el Estado Mayor de la Defensa no tienen nada de improvisados: se sospecha que es un tanteo por parte de Marruecos, un mensaje sobre lo «fácil» que se puede poner en jaque unas islas sin apenas protección. Un «ensayo de una invasión» a uno de los enclaves que Rabat reclama como propios. Sobre la mesa hay un plan militar para reforzar la vigilancia y protección de esos territorios, al que sólo le falta la luz verde del Gobierno para implementarse.
«Que sepan que no nos olvidamos de ustedes. Estamos muy pendientes de Alborán y de lo que pasa, y hemos tomado nota de algunas cosas que se necesitan». Esas palabras fueron parte del discurso que la ministra de Defensa, Margarita Robles, pronunció en su reciente visita al destacamento de la Armada que protege la Isla de Alborán, en aguas a medio camino entre África y Europa. Un viaje de logística compleja que se producía sólo días después de que se restableciera el caos provocado en esta plaza de soberanía por una oleada de pateras de Marruecos, con cerca de 200 inmigrantes a bordo (el 98% hombres en edad adulta) que puso al límite a los once militares que la defienden, que convivieron durante días con ellos ante la imposibilidad de trasladarles a Melilla por las malas condiciones de mar.