NARCOTRÁFICO

Marlaska denegó a la Guardia Civil el uso de Pegasus para pinchar a los narcos de Cádiz

Las unidades de inteligencia de la Guardia Civil pudieron acceder a chats de narcos gracias a operaciones de Francia y EEUU

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Pelayo Barro

La Guardia Civil lo ha tenido muy difícil para luchar contra el narcotráfico en el Estrecho, un problema que ha aflorado con el asesinato de dos guardias civiles en Barbate (Cádiz) el pasado viernes 9 de febrero. Y entre esos obstáculos, tal y como relatan agentes que han participado en esa lucha contra el narco en el terreno de la información, la Guardia Civil se encontró la imposibilidad de acceder a los dispositivos móviles de los traficantes a través de programas como Pegasus.

Interior no dio luz verde para su uso, a pesar de tener licencias y que incluso la Fiscalía lo solicitaba. Los agentes españoles tuvieron acceso a información extraída de chats encriptados de narcos gracias a favores de otros países como Francia o Estados Unidos.

El 2022 fue el año de Pegasus, la herramienta informática espía de origen israelí que utilizó el CNI, con permiso judicial según ha manido siempre el servicio secreto, para vigilar a diversos dirigentes del separatismo catalán. Y la herramienta que un «tercer país» utilizó para acceder al teléfono móvil del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y del de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Todas las pistas apuntan a que ese tercer país habría sido Marruecos, ya que los pinchazos se produjeron en medio de la grave crisis provocada por el salto masivo a la frontera de Ceuta, en mayo de 2021.

Sin embargo, 2022 no fue el año de Pegasus para la Guardia Civil. Principalmente, porque no pudieron utilizarlo. Fuentes de la seguridad del Estado señalan a OKDIARIO que los operativos de la Guardia Civil desplegados contra el narcotráfico habían solicitado el acceso a herramientas de vigilancia «invasivos de derechos fundamentales». Es decir, de los que requieren no sólo el visto bueno de Interior y del Gobierno, que es quien gestiona las licencias que se adquieren a la firma NSO Group israelí, sino que necesitan también la autorización de un juez.

Según relatan, fueron varias las operaciones en las que este tipo de herramienta hubiera sido clave para la consecución de un golpe contra el narcotráfico. Pero, aseguran, Interior no dio su visto bueno para que unidades como el Crain (Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el Narcotráfico) pudiese operar con ese software que sí tenía el Centro Nacional de Inteligencia.

Por ejemplo, la Guardia Civil sabía que había ciertas personas que ofrecían sus servicios de vigía a los narcos a través de grupos de pago de WhatsApp. Los narcos que pagaran la cuota podían saber cuándo salían las lanchas y patrulleras del Servicio Marítimo a patrullar el Estrecho, gracias a informantes que vigilaban a turnos las 24 horas las instalaciones portuarias y daban la voz de alarma. El uso de Pegasus hubiese sido clave para tumbar esta trama.

Por la parte judicial, explican, sí había predisposición a su utilización para perseguir al narcotráfico. La Fiscalía Antidroga era consciente de esa petición de la Guardia Civil e incluso, como señalan estas fuentes, llegó a mediar para que los agentes pudiesen acceder a este tipo de tecnología. Pero sin éxito.

EEUU y Francia

En cambio, la colaboración con otros países sí tuvo grandes resultados en la interceptación de mensajes de los narcos. Fue gracias a «favores» e investigaciones paralelas de otros países como Francia y Estados Unidos dirigidas a los servidores de los principales sistemas de chats encriptados que los narcos utilizaban en aquel momento: EncroChat, SKY-ECC y ANOM.

El primero, EncroChat, era el favorito de los narcos del Campo de Gibraltar. Una aplicación encriptada que permitía a los traficantes negociar, acordar y planificar sus intercambios de droga. Y la forma de trasladarla, el punto que más le interesaba a la Guardia Civil. Fue Francia quien reventó sus servidores. SKY, similar, también fue responsabilidad gala, aunque con apoyo técnico de Países Bajos y Holanda. En el caso de ANOM, fue Estados Unidos quien logró la intervención y dejó al descubierto los chats secretos de los narcos -incluidos los gaditanos-.

La Fiscalía Antidroga aportó información sobre los procedimientos contra narcotraficantes iniciados gracias a la colaboración extranjera en materia de interceptación de comunicaciones. En total fueron 69 casos los que llegaron a la Justicia gracias a estas intervenciones, que la Guardia Civil no pudo hacer por sus propios métodos al no tener acceso a Pegasus y herramientas similares.

La propia Fiscalía Antidroga señalaba en su memoria que las pesquisas sobre el narcotráfico son «procedimientos de gran complejidad en su investigación, dadas las medidas de seguridad que los investigados adoptan, por lo que cualquier vigilancia por parte de los investigadores es rápidamente detectada por los miembros del «clan». Ello exige, en la mayoría de las ocasiones, adoptar medidas de investigación tecnológica, ante la imposibilidad de avanzar en la instrucción por los medios tradicionales, no invasivos de derechos fundamentales». Los invasivos, vetados.

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