Rajoy sale vivo por su firmeza y por el bajo nivel de los abogados de la acusación
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha declarado esta mañana durante cerca de dos horas como testigo ante el tribunal que juzga la primera etapa de la trama Gürtel (1999-2005).
Rajoy ha salido airoso de la comparecencia al responder con firmeza a las preguntas planteadas por las distintas acusaciones populares (ejercidas por la asociación Adade, el PSOE de la Comunidad Valenciana y el PSOE de Madrid), la Fiscalía Anticorrupción y los abogados de la defensa de varios imputados.
El presidente del Gobierno ha recalcado que «jamás» se ha ocupado de «ninguna cuestión de contabilidad» del partido en los distintos cargos que ha desempeñado, ni en su etapa como vicesecretario general del PP (durante la presidencia de José María Aznar), ni como presidente del Gobierno ni como coordinador de cuatro campañas electorales: en las europeas de 1994, las municipales y autonómicas de 1995, y las generales de 1996 y 2000.
Como director de campaña, ha explicado, su labor era exclusivamente de «tipo político»: se ocupaba del programa electoral, de la elaboración de las candidaturas, la preparación de debates, la estrategia de campaña y la elección de las provincias prioritarias en las que había que centrar los principales actos de campaña.
«Jamás cobré en dinero b»
La elaboración del presupuesto y el control de los gastos electorales era competencia exclusiva de los «servicios económicos», encabezados por el tesorero (Álvaro Lapuerta), el gerente (Luis Bárcenas) y su equipo de colaboradores, ha señalado. Tras las elecciones, ambos informaban al comité ejecutivo del PP sobre los gastos de campaña, sin que ello generara «jamás» ningún debate interno.
Rajoy ha negado rotundamente que en ningún momento tuviera conocimiento de una contabilidad b controlada por Bárcenas: «Jamás me he ocupado de ninguna cuestión de contabilidad», ha insistido, «lo único que me importaba es que el Tribunal de Cuentas dijera que las cuentas [del partido] estaban bien».
El presidente también ha asegurado que «jamás» cobró ningún sobresueldo en dinero b: «Eso es absolutamente falso», ha dicho, «cobrábamos nuestro sueldo de diputados, y bastantes personas del partido percibían un complemento que se declaraba a Hacienda. Cuando entramos en el Gobierno dejamos de cobrarlo porque no estaba permitido».
La declaración ha resultado especialmente tensa durante el interrogatorio planteado por el letrado de la Asociación de Abogados Demócratas de Europa (Adade), José Mariano Benítez de Lugo, al que el presidente del tribunal ha amonestado varias veces por plantear preguntas «improcedentes», relativas a otras piezas separadas del caso Gürtel.
«Usted se ha equivocado de testigo»
«No sé si usted se ha equivocado de testigo», ha espetado Rajoy al abogado, cuando ha insistido en preguntarle sobre la contabilidad del PP. Lo ha dicho cuando el letrado de Adade le ha preguntado por las declaraciones de Francisco Correa, quien sostiene que cobraba donaciones anónimas de empresarios, que luego se repartía con Bárcenas.
«Usted dice que los cargos del PP no recibían cantidades en b, ¿tampoco ningún sobre?», ha preguntado en otra ocasión Benítez de Lugo. Esta vez, el presidente del tribunal, Ángel Hurtado, ha llamado la atención a Rajoy por contestar con ironía: «No parece un razonamiento muy brillante».
Rajoy ha asegurado que no conoce personalmente al cabecilla de la trama Gürtel, aunque es posible que haya coincidido con él en algún acto: «Es posible que le viera en algún acto público, cosa que no puedo afirmar. Pero no tenía ninguna relación con él, ni vino nunca a mi despacho». En cambio, ha reconocido que sí conocía al número 2 de Correa, Pablo Crespo, pues procedía del PP de Pontevedra.
Meses atrás, durante su declaración como acusado, Correa afirmó que se movía con total libertad en la sede de la calle Génova y que incluso tenía una tarjeta para entrar en su parking subterráneo. Algo que no ha podido confirmar Rajoy: «Puedo asegurarle que yo no tenía ni la más remota idea», ha dicho al respecto, «ni sé quién aparca en el garaje. Entenderá usted que un presidente no se ocupa de esas cosas».
La reunión con Lapuerta y Aguirre
Los abogados de la acusación popular han preguntado varias veces a Rajoy sobre la reunión que mantuvo en 2004 con Esperanza Aguirre y el entonces tesorero Álvaro Lapuerta, quien le advirtió que las empresas de Correa estaban utilizando el nombre del PP para conseguir contratos en varios ayuntamientos.
«Lapuerta pidió verme con Esperanza Aguirre», ha explicado Rajoy, «citó dos ayuntamientos, creo que Arganda del Rey y Majadahonda. Le pregunté si había algo irregular y me dijo que no tenía pruebas, pero no le gustaba. Yo prácticamente no intervine. La competencia era de Aguirre como presidenta del partido en Madrid», ha recalcado, «le dije que se enterara de qué había ocurrido y tomara las decisiones justas, oportunas y convenientes».
Las cuestiones más espinosas del interrogatorio han sido las referidas al ex tesorero del PP Luis Bárcenas. «¿Usted autorizó o consintió que apareciera su nombre para avalar la cuenta que Bárcenas abrió en Suiza?», ha preguntado un abogado de la acusación. «En absoluto, ¿cómo iba a hacerlo?», ha replicado Rajoy.
El letrado ha insistido: «¿Usted sabía que Bárcenas tenía una cuenta en Suiza?». El presidente del Gobierno se ha mostrado aún más tajante: «Ni la más remota idea». El abogado de la asociación Adade ha preguntado sobre las palabras de Bárcenas, quien declaró inicialmente que había recibido una donación de 300.000 euros del constructor Juan Miguel Villar Mir, y Rajoy le dijo que entregara el dinero a José Manuel Romay Beccaría. «Eso es absolutamente falso», ha indicado el presidente.